La principal región productora de soja hoy está sufriendo las consecuencias negativas directas ante la peor sequía en 70 años.
La caída de tal volumen de producción tiene un impacto inmediato y directo en la oferta de soja disponible al momento de la cosecha. Habiéndose cosechado a fines de abril casi el 30% de la superficie de siembra, con un rinde promedio de 16 quintales por hectárea (qq/ha), es el mejor indicador del fracaso estrepitoso de la cosecha. Se presupone que los rindes de la soja de primera, en un año normal, deberían estar en el orden de los 45 a 50 qq/ha. En esta campaña los rendimientos han perdido entre 30 y 35 qq/ha
Y esto es lo que está sucediendo en estos momentos, por la baja de la producción la oferta de soja disponible, que apenas llega a las 300 mil toneladas por semana, cuando en un año de buenos rindes la oferta de soja supera holgadamente el millón de toneladas por semana. Durante marzo y abril de este año, los productores de soja solamente vendieron un total de 2 millones de toneladas, contra 7 millones y 6 millones de ventas en igual período de 2022 y de 2021, respectivamente.
El primer sector que ha sufrido la caída en la oferta de soja, además de los productores cuya pérdida en sus ingresos supera los U$S 16.000 mil millones, ha sido la agroindustria molturadora, especializada en la elaboración de aceite de soja y de harina de soja, destinada en su mayor porcentaje a la exportación.
Los datos de molienda en los primeros meses del año comercial muestran una muy fuerte caída en los volúmenes procesados, por caso la molienda de soja acumulada del primer trimestre fue de 5,5 millones toneladas, versus 8,1 millones toneladas procesadas en igual período del 2022 y 9,4 millones de toneladas en el 2021. Ya no hay dudas, estamos ante la menor molienda de soja en 20 años.
Será el Gobierno el que también estará directamente afectado por la caída en el volumen de molienda, con su impacto inmediato en la caída en el ingreso de divisas al país. En el primer cuatrimestre ingresaron divisas por un total de U$S 5.237 mil millones, una baja de U$S 5.861 mil millones con respecto a igual período del 2022, cuando ingresaron U$S 11.098 mil millones. Y este ha sido el principal motivo por el cual el Banco Central no ha logrado recomponer sus reservas y, muy por el contrario, esta última semana perdió casi U$S 500 millones de sus reservas.
Se recuperan las exportaciones de harina de soja, pero siguen en baja con respecto a la historia reciente. Durante marzo llegaron a 1.156 millones de toneladas, pero continúan muy por debajo de los registros del 2022 (2.035 millones) y del 2021 (2.278 millones). Esta caída en las exportaciones de harina de soja es aprovechada por Brasil, que este año será el primer exportador del mundo, desplazando a la Argentina por primera vez en la historia, como indica el informe de CIARA-CEC de esta semana, conocido como Monitor Agroindustrial.
Con este escenario por delante, el cluster sojero en su conjunto necesita una fuerte señal de parte de la comunidad política, cualquiera sea el partido, una vez definidas las Paso. La primera medida que deben comprometerse a implementar el día 11 de diciembre es la baja de las retenciones a la exportación de todo el complejo soja, hecho que debería hacerse público por quienes van a competir por la carrera presidencial, en forma inmediata al resultado de la Paso. Una baja en las retenciones de 10 puntos como mínimo (poroto de soja al 23% y aceite de soja y harina de soja al 20%) sería una buena señal para incentivar la siembra de soja 2023/24