La Argentina es el primer proveedor de ese recurso a Estados Unidos. Los proyectos de capitales extranjeros y los tropiezos en el país.
Por otra parte, Biden promulgó en agosto del año pasado la Ley para la Reducción de la Inflación, un paquete extraordinario de incentivos fiscales para la transición energética con beneficios para fabricantes de baterías de vehículos eléctricos, pero con una restricción expresa al régimen para los los minerales y derivados que provengan de países que no tengan acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. Chile tiene acuerdo, y Argentina no.
Esa situación está en la agenda de temas que propuso el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, que está a la espera de la letra de la reglamentación de esa ley de incentivos de Biden, pero ya advirtió que si nuestro país no recibe el mismo trato que otros países con acuerdos de libre comercio, las empresas estadounidenses con inversiones en Argentina podrían verse forzadas a vender su producto a otros mercados, por ejemplo, China.
Hace dos semanas, la secretaria de Energía, Flavia Royón, recibió al vicesecretario de Energía de los Estados Unidos, David Turk, para analizar el tema del litio. En el comunicado conjunto establecieron que están buscando que “Argentina y Estados Unidos colaboren en cadenas de suministro de minerales críticos, sostenibles y responsables».
Estados Unidos tiene dos gigantes mineros ya instalados e invirtiendo en el país. Desde la década del ´90 -con cambios en su composición societaria- en Catamarca, en el Salar del Hombre Muerto, la controlante es la empresa estadounidense Livent y su subsidiaria en Argentina, Minera del Altiplano SA que opera en Proyecto Fénix. Allí producen carbonato y cloruro de litio para exportar. El año pasado anunciaron que van a triplicar la cantidad de toneladas de litio productivo hacia el año 2025.
Livent Corporation, con sede en Filadelfia, tiene entre el 20% y el 25% del mercado global del hidróxido de litio, es proveedora de Tesla, Toyota, Mercedes Benz, por ejemplo.
En Argentina tuvo algunos “tropiezos”. En 2022, la Dirección General de Aduana (DGA) descubrió que la empresa subfacturó exportaciones y le generó un perjuicio al fisco por 8 millones de dólares, fue multada en 6.700 millones de pesos. En febrero, un camión de la empresa volcó y derramó en los salares 20 mil litros de ácido, según informó el gobierno catamarqueño.
La otra minera de litio norteamericana es Albemarle, con sede en Charlotte, Carolina del Norte, que tiene presencia en Estados Unidos, Australia, China, Alemania y Chile. En el salar de Atacama, Albemarle es una de las dos únicas empresas que explotan el litio en Chile desde 1980. La empresa es socia de Tianqi Lithium, un gigante Chino y operan juntos la mina de litio más grande de Australia: Greenbushes.
Albemarle tiene en Catamarca, la concesión para explorar la existencia de litio en el Salar de Antofalla, donde ya dijeron que hay muy buenas prospecciones para producir litio de alta calidad. El año pasado designaron Country Manager en el país, Luciano Berestein, que dejó su cargo de director Ejecutivo en la Cámara Argentina de Empresarios Mineros.