Los arrendatarios son los que enfrentan los peores quebrantos y deberán echar mano a grano almacenado o a reservas de años anteriores; se evalúan modos para refinanciar deudas
Los daños provocados por la sequía en la agricultura ya son claramente palpables entre los operadores involucrados. Los productores mixtos que alquilaron campo y les fue mal analizan hacer frente a los pagos de esta época reduciendo su stock vacuno.
Los arrendatarios agrícolas son los que enfrentan los peores quebrantos y deberán echar mano a grano almacenado o a reservas generadas en años anteriores; sin embargo, aparentemente son muy pocos los que cuentan con ellas, porque se calcula que más del 50% de la agricultura argentina se realiza con financiaciones que permiten el pago en cosecha. Para salir del paso y para la siembra de la campaña 2023/2024 analizan la posibilidad de endeudarse fuerte y/o convocar a inversores.
Las agrupaciones de siembra recibieron sogazos importantes. Un pool grande, que alquiló campos en distintas regiones, calcula que devolverá menos fondos de los que recibió porque estima rendimientos muy bajos en casi todos los lotes. Otra agrupación de siembra le avisó al dueño del campo que no va a pagar la última cuota del arrendamiento y ofreció cancelarla en tres pagos en 2024, con lo que también se asegura seguir en el campo.
Muchas cuentas y conversaciones
Mientras tanto, todos los que sembraron soja están haciendo recuentos para estimar los rindes probables y para ver si vale la pena gastar el equivalente a dos quintales por hectárea para pagar el servicio de cosecha.
En lotes de rendimientos muy bajos se está hablando con los cosecheros para analizar la posibilidad de una especie de aparcería, por la cual productor y contratista se repartirían por mitades lo que se coseche.
En tanto, agronomías, cooperativas, acopios y compañías proveedoras de insumos saben que tendrán que refinanciar a muchos clientes. Una forma que se está analizando para ese objetivo es pasar la deuda en dólares a grano y sumarle una tasa de interés. Por ejemplo, si un cliente debe 430.000 dólares y no pueden pagarlos, ese monto se convierte en toneladas de soja de la campaña 2023/2024 y se le agrega un 5 por ciento.
Si la cuenta diera, por ejemplo, 1000 toneladas, el productor deberá devolver aproximadamente 1050 toneladas de soja en el otoño de 2024. Para el acreedor aparece el aliciente de que, nuevo gobierno mediante, la soja que reciba se podría llegar a vender a un tipo de cambio superior.