Se prevén 1,5 millones de toneladas menos en la soja, maíz y poroto. El desastre climático tendría un fuerte impacto en el stock ganadero.
El presidente de la Sociedad Rural Salteña (SRS), Carlos Segón, describió ayer la situación actual del agro y la ganadería, anticipó un escenario sombrío en el ingreso de divisas y calificó de irrisorias las medidas que anunció la cartera de Economía de la Nación a fines de enero para productores afectados por la sequía.
«En Salta ya se calcula una disminución en soja, maíz y poroto de 1,5 millones de toneladas, lo que significaría unos 500 millones de dólares menos de ingresos en la actividad agrícola de la provincia, siempre y cuando se recompongan las lluvias en marzo», remarcó Segón.
El dirigente rural precisó que solo por las siembras tardías habrá un 20% menos de rendimiento en las cosechas de granos. Y agregó que la irregularidad de lluvias podría llegar a tener un impacto no menos significativo en los rindes. «La cosecha terminará de definirse en marzo», tras asegurar que, si bien en febrero hubo algunas lluvias, «la situación todavía es grave, sobre todo para la ganadería».
Segón resaltó que en las mediciones del índice verde, un indicador obtenido con imágenes satelitales, «tenemos la menor producción de pasturas conocida hasta ahora. La anterior era la de 2012, año en la que se estimó en 2.600 kilos de materia seca por hectárea. Los índices actuales se ubican muy por debajo, cuando el promedio normal es de 7.500 kilos», advirtió.
El presidente de SRS señaló que «en estos momentos la zona registra una importante venta de hacienda que hará bajar el stock ganadero en un nivel considerable. Ante el aumento de la oferta de animales para engordar, está bajando el precio ya que en todo el país hay restricción de pasturas y también habrá una limitante en el grano para suplementar al ganado».
Tras describir el crítico contexto, que tiene realidades semejantes en otras regiones, Segón recalcó que «por eso desde el sector insistimos en que los impuestos sobre las exportaciones, del 35% en el caso de la soja y del 9% en la carne, son una carga insoportable en los costos de producción». El dirigente agropecuario recordó que las entidades rurales que conforman la Mesa de Enlace piden que «al menos por este año no se cobren retenciones, se bajen impuestos y se habiliten líneas de crédito, con un mínimo de dos años de gracia, para que el sector pueda recomponer el capital de trabajo».
Otro reclamo es la creación de un seguro multirriesgo, con aportes de los sectores privado y estatal, para asistir ante adversidades climatológicas a productores afectados en distintos puntos del país. «El sector asume que el clima es parte del riesgo, ya que se trata de una industria a cielo abierto, pero el problema es que en épocas de vacas gordas y buenas cosechas el Estado se lleva hasta el 60% del valor de la producción, en el caso de la soja, y del 40% en las otras actividades, lo que no le permite a los productores hacer reservas para poder soportar campañas con sequías tan severas como la de este año», puntualizó.
Anticipan caída de divisas
Carlos Segón insistió ayer en que las medidas de emergencia agropecuaria dispuestas tanto a nivel nacional como provincial «son irrisorias» frente a los impuestos que aporta la actividad. Advirtió que «el famoso crédito rotativo de $5.000 millones del Banco Nación no está a disposición de productores. Además, el monto es insignificante», cuestionó, y advirtió que la sequía tendrá un fuerte impacto en las reservas del Banco Central, «ya que habría una caída de más de 20.000 millones de dólares en las divisas de la exportación de granos, a lo que se sumará el impacto del cierre de exportaciones de la actividad avícola por el brote de fiebre aviar», acoto Segón.