Lo aseguró Gustavo Idígoras, titular de CIARA-CEC y referente del sector. «Recibimos cuestionamientos permanentes, sobre todo de la política, que no termina de entender el rol y el valor que tiene el agro en nuestro país», se quejó.
“La agroindustria del complejo oleaginoso es el principal centro exportador de la Argentina. De cada 10 dólares netos del país 7 vienen de este sector, que emplea a más de 22.500 personas y 53.000 de manera indirecta. Y toda la cadena de valor de los complejos cerealeros y oleaginosos generan 10 veces más empleo que la industria automotriz o de la industria minera o petrolera”, afirmó el vocero del sector.
“Sin embargo recibimos cuestionamientos permanentes, sobre todo de la política, que no termina de entender el rol y el valor que tiene el agro en nuestro país”, lamentó y sostuvo que la misma “no termina de tener una visión federal y de industrialización del agro para permitir que la Argentina pueda despegar y salir de todas las vicisitudes que todos los días nos aquejan”.
Por eso, aseguró: “Hay de parte de la política una visión extractiva sobre el sector”.
Idígoras puso el foco en eventos macroeconómicos sensibles “que no pueden administrar” de parte de los estamentos del Estado. “Apelan habitualmente al esfuerzo del productor agropecuario, del sojero, o de cualquier otro productor oleaginoso y al de la industria exportadora para tratar de tener la respuesta necesaria en el corto plazo”.
“HEMOS PERDIDO EL TREN DEL DESARROLLO”
“Esta política extractiva no debería existir en el futuro. Tenemos que tratar de estabilizar el desarrollo federal inclusivo, exportador, transformador, agroindustrial y federal que promueva justamente las bases de un desarrollo sustentable”, remarcó.
“Si vemos lo que están habiendo otros países del mundo claramente nos estamos quedando atrás. Hemos perdido el tren del desarrollo”, dijo.
En la Cámara analizaron que el sector privado “padece una situación de incertidumbre económica, pérdida de empleo, alta inflación, inseguridad, un contexto macroeconómico que tampoco promueve las inversiones”.
“Y crecen los impuestos, las tasas, y son todos los mecanismos que no permiten el crecimiento económico y social”, sostuvo y comparó: “Brasil creció su producción un 100%, Estados Unidos, pensando en un país que es el líder mundial y que desarrolla tecnologías, la soja creció un 45%. En Argentina producimos en los últimos 10 años lo mismo. Nos estancamos. Pero no solamente nos estancamos, hemos perdido mercados. Pero además nos hemos primarizado”.
“El resultado del 2022 que acaba de publicar el INDEC muestra que Argentina duplicó su primarización. Exportamos 10 millones de toneladas de poroto de soja cuando perdimos miles de puestos de empleo que tendríamos que haber transformado en harina, aceite, biodiesel, glicerina y muchos otros productos”, definió.
“Cayó la exportación en volumen de aceite. Cayó en volumen la de harina, pero mejoramos los ingresos. Fue el año mas exitoso en materia de ingresos porque los precios internacionales nos acompañaron y eso ayudó a que la Argentina tuviera todos los insumos, desde los medicamentos hasta los insumos electrónicos para poder seguir viviendo gracias a esos dólares adicionales que trajeron los precios”, ponderó.
EL NUEVO ESCENARIO
En CIARA -CEC analizan un cambio de escena. “Pero ahora estamos en un nuevo contexto. Un contexto internacional que nos está cambiando y alertando de introducir nuevos requisitos, sobre todo de sustentabilidad. Es así como hace tres años venimos trabajando en una plataforma para lograr que la soja sea libre de deforestación junto a toda la cadena de valor agregado de la soja que Europa lo va a pedir en 2025”.
“También tenemos un programa, el de “Argentina carbono neutro” con las bolsas de comercio y de cereales del país, para lograr la certificación de la balanza de carbono del complejo cerealero y oleaginoso, y seguimos trabajando cotidianamente para introducir la trazabilidad. Los consumidores necesitan saber de donde surge cada producto, el trigo, la harina, el pan y los fideos, el aceite, que comen en sus casas”, expresó.
Y cerró: “Para eso necesitamos cambiar la visión. La agroindustria exportadora siempre va a estar con el convencimiento de que es un actor clave en el desarrollo social de la Argentina va a acompañar. Pero no perdamos esta oportunidad porque sino esta ‘gallina de los huevos de oro’ cada día va a tener menos posibilidad para responder a las necesidades del país”.
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