El productor, consultor y ex dirigente rural, Néstor Roulet, realizó proyecciones para la próxima campaña sojera y alertó sobre que mientras los productores pueden salir en «rojo», en el Gobierno «siempre ganan».
Además de esperar por nuevas lluvias que terminen de impulsar la siembra de granos gruesos, los productores hacen números, para ver cuál será la rentabilidad en 2023.
De acuerdo al productor y consultor Néstor Roulet, también ex secretario de Agregado de Valor durante el Gobierno de Cambiemos, y tomando como punto de partida un rinde en soja de 2.800 kilos por hectárea, el Estado recaudará –vía retenciones y otros impuestos- unos U$S 723 por hectárea.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario estima cuántos dólares podrían ingresar al país y cuál es la recaudación extra que podría obtener el Gobierno, gracias al Programa de Incremento Exportador.
Un factor que explica las brechas en soja: solo 18% de la siembra es con semilla fiscalizada
Esta situación genera una brecha en rindes que ya es visible, en comparación a los nuevos eventos biotecnológicos que ya se usan en otros países.
El productor, por su parte, se quedará con U$S 95,9 en mano. Si la sequía impacta en el desarrollo del cultivo, el Gobierno recibirá menos mientras que el agricultor quedará en cero.
Para el análisis, el consultor tomó como referencia un valor FOB para el poroto Marzo 2023 de U$S 510 por tonelada. A partir del rinde de 2.800 kilos por hectárea, el ingreso bruto que calculó fue de U$933,2 por hectárea.
El costo impositivo para el campo, que incluye impuesto al cheque, Ingresos Brutos, Ganancias, Bienes Personales, Impuesto Inmobiliario y Tasas Municipales, ascienden a U$S 251 por hectárea. Además, se deben contabilizar el equivalente en pesos a U$S 471,2 por hectárea que el Estado recibe por derechos de exportaciones. Descontando los costos directos e indirectos de producción, el productor se queda con U$S95,9 en el bolsillo.
Si al cálculo se extiende a 100 hectáreas, el Gobierno en sus tres niveles recaudará el equivalente en pesos a U$S 72.302, mientras que los productores recibirán U$S 9.594.
QUÉ PASA SI NO LLUEVE
En un segundo escenario y con la premisa de un rinde que por la seca cae 20% en relación a la campaña anterior, la cosecha sería de 2.200 kilos por hectárea. Con este nivel de producción, el Estado recaudaría unos U$S 560 por hectárea.
“En este año con alta probabilidad de sequía, donde el productor invierte U$S 542 por hectárea entre costos directos e indirectos, el resultado final es negativo“, explicó para referirse a como quedarían las cuentas para el sector productivo.
A nivel país, y con una intención de siembra estimada en 16,7 millones de hectáreas, Roulet calculó que el Estado se queda con U$S 9.362 millones de los U$S 18.737 millones que ingresarían al país por el cultivo de la soja
– Inforegión