A nivel local, gracias al ferrocarril se sostuvo parcialmente la operatoria en las terminales cerealeras de Ingeniero White y Galván, hasta que en la tarde del jueves las medidas de fuerza fueron levantadas.
Más allá de la barbarie que terminó con la vida de un camionero, en cercanías de Daireaux, el último paro de los transportistas autoconvocados, esta vez volvió a tener un duro impacto en el sector agroindustrial, con directa incidencia en la operatoria portuaria.
Unos 100 buques en espera, 350 mil toneladas de granos inmovilizadas y pérdidas por más de 200 millones de dólares eran, a mediados de la semana, algunas de las consecuencias de las medidas de fuerza adoptadas frente a la falta de gasoil y los sobreprecios.
Pero más allá de la justificación que pueda llegar a tener, o no, el reclamo de los transportistas (en Corrientes el litro de gasoil se vendía a más de 300 pesos), el conflicto puso en evidencia, una vez más, la vulnerabilidad del sistema agroexportador argentino, elemento clave para la obtención de dólares frescos para una economía que los necesita como el agua.
Si bien la falta de gasoil obedece a una alta demanda, incremento de la producción de combustibles por debajo de lo que requiere el mercado e importación insuficiente, también es cierto que el impacto de esta coyuntura podría haberse morigerado, por ejemplo con el biodiesel.
Días atrás varias entidades del sector agroindustrial, entre ellas la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, emitieron un comunicado mencionando el duro impacto de las medidas de fuerza en los puertos de la zona del Gran Rosario, zona núcleo, Bahía Blanca y Quequén.
Pero entre otras consideraciones, aludieron a un hecho que no debe pasar desapercibido en un país que necesita exportar cada vez más.
En tal sentido, señalaron que muchas veces se ha calificado al origen argentino como “puerto sucio” por la cantidad de conflictos sindicales que ha sufrido, poniendo en crisis el cumplimiento de obligaciones internacionales.
“Además de ese daño, las medidas de fuerza también pueden afectar las operaciones futuras de compradores porque, frente a un mercado tan demandante, lo más probable es que esos compradores desistan y vayan a otro países como Brasil o Estados Unidos a buscar mercadería”, indicó Gustavo Idígoras, en diálogo con Argenports.com
Incluso precisó que el impacto de las medidas es enorme ya que “cada buque son 50 mil dólares por día de costo adicional, no previsto”.
A nivel local, sobre un promedio diario en esta época del año de mil camiones, al menos hasta el jueves venía siendo casi nulo, aunque no hay una acumulación de buques en fondeadero mayor a la habitual,
En tal sentido, muchas terminales ingresan la cantidad de buques justa para la cantidad de mercadería disponible gracias al ferrocarril.
Normalmente por esta vía llega el 30 por ciento de los granos y es probable que la merma total se sienta con los números finales de junio
Adrian Luciani aedgarluciani@gmail.com – La Nueva Provincia