Al cabo de dos años en los que estuvo suspendida por la pandemia, y luego de que un incendio destruyera los ranchos, fue reabierta al público en acto oficial y con muchos visitantes.
Después de dos años de permanecer apagada por la pandemia de covid-19, la feria de Simoca recobró su brillo tradicional. Aunque desde hace varios sábados ya recibía a los visitantes, ayer el encuentro tuvo dos motivos especiales de celebración: la apertura de la 42° edición de la Fiesta Nacional de la Feria y la declaración de esta centenaria romería comercial como Patrimonio Cultural e Inmaterial de nuestra provincia. Este último hecho se concretó a través de la resolución 1.480 del Ente Cultural de Tucumán. Se enmarca en los lineamientos de la Unesco, por medio de su Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural e Inmaterial.
“Nuestra feria representa las huellas de la historia de nuestro pueblo, como también de todos los tucumanos, y se incorpora al listado de los bienes protegidos en conformidad a la ley 7.500 y su modificatoria por la 8.645 de preservación y conservación del acervo patrimonial”, expresó el intendente Marcelo Herrera, al referirse al acontecimiento.
La jornada de celebración, fría aunque con concurrencia numerosa, se inició con un acto en el portal de acceso, en el que se procedió al descubrimiento de una placa que recuerda la declaración. Asistieron funcionarios y representantes de la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural y del Ente Tucumán Turismo. El sacerdote Edmundo Molina tuvo a cargo una invocación religiosa. Después se desarrolló un desfile de caballerías gauchas.
En el escenario Virgilio Carmona se realizó la puesta en escena de “Estampa a la Feria”, una coreografía musical realizada por los profesores Ricardo Contreras, José Romano y Sonia Galván. También se realizó un homenaje al poeta y recitador local Chacho Ocaranza. Los discursos oficiales terminaron de darle forma al acto.
El predio ferial fue ampliado y cerca de un centenar de ranchos fueron reconstruidos luego del incendio que los destruyó el año pasado. El humo y el aroma de los asados abrazaron el sitio mientras la música matizó la fiesta durante toda la jornada.
La 42° Fiesta de la Feria se desarrollará hasta el primer sábado de agosto y desplegará una atractiva cartelera de artistas folclóricos locales y nacionales. Ayer cerró la celebración el conjunto jujeño Los Tekis. Además actuaron Las Voces de Simoca, el humorista Capuchón González, Nahuel Mendiolar y Sangre Mansera, entre otros.
Los servicios
“Estuvimos casi dos años sin feria y trabajando muy poco en casa. Por eso estamos muy contentos con volver a recibir a la gente que llega de todas partes a vivir esta fiesta. Es una de nuestras principales fuentes de ingreso. De ahí que todos nos pusimos de acuerdo para ofrecer productos de buena calidad y a precios accesibles. Queremos que la gente se vaya conforme y regrese”, destacó doña Mani Fiad, una puestera de venta de comidas.
En los distintos ranchos se podía conseguir el plato de locro a $600, la docena de empanadas entre $800 y $1.000, una porción de pollo con guarnición a $600, el de asado a $1.000 y un tamal a $300. En los puestos de embutidos el kilo de chorizos se ofrecía a $600 y de carne de cerdo también al mismo precio. “Para nosotros es un día especial luego de dos años en que padecimos las restricciones por la pandemia y que llevaron a que esta feria permaneciera cerrada y después con sólo algunos puestos. Nuestros ingresos se vinieron abajo y tuvimos que pelearla feo para sobrevivir. Ahora volvimos a la normalidad y esperamos que nunca más volvamos a sufrir esa desgracia”, expresó Ricardo Herrera, otro puestero.
Los visitantes también se mostraron entusiasmados con el retorno de la fiesta, que se extendió hasta después de las 22 con el amplio repertorio de música que desplegaron los Tekis. “La verdad es que se extrañó bastante esta celebración, que es una de las más autóctonas que conozco en el país. Seguramente con el paso de los sábados va a ir reuniendo mucha más gente. Ojalá así sea por el bien de todos los que trabajan aquí”, comentó Germán Díaz, un visitante llegado desde Lules. La seguridad en el predio fue garantizada por más de 150 policías, a los que se sumó el personal de la guardia municipal
– La Gaceta