Renta petrolera, tributación distorsiva y recaudación fiscal

El reciente libro publicado por la editorial EUDEBA, titulado “La renta del petróleo en la Argentina” analiza cómo la modificación relativa de las reglas previsibles y explicitadas de apropiación y distribución de la renta, a través de mecanismos que desvíen a los precios internos de sus referencias económicas reflejadas en los costos de oportunidad (precios de frontera) tiene un impacto negativo en las decisiones de producción e inversión de las empresas.

De esta manera, se puede observar que cada vez que los precios internos estuvieron disociados de las referencias internacionales durante un año, la producción cayó en los años siguientes (92% de los casos). Algo similar ocurre con las reservas: cuando los precios se disocian durante un año, el 77% de las veces ocasiona una caída en las reservas probadas de petróleo en los años siguientes.

Calculando la renta de un barril como diferencia entre precios y costos, la disociación de los precios internos respecto a los de frontera también genera ganadores y perdedores entre los diferentes niveles del Estado que participan de su reparto (gobierno nacional, provincias petroleras) junto a otros actores (productores, refinadores y consumidores finales).

En tal sentido, toda vez que los precios internos del crudo fueron distorsionados hacia la baja (generalmente, vía derechos de exportación), el Estado Nacional recaudó ingresos adicionales pero las provincias productoras de petróleo vieron reducidos sus ingresos recaudando menores regalías e ingresos brutos. Los datos muestran que entre 2003 y 2014 los Estados provinciales productores resignaron 8.266 millones de dólares. Corresponde mencionar también que en años donde el “barril criollo” tuvo precios domésticos superiores a los de frontera, los fiscos de las provincias petroleras resultaron favorecidos.

Pero este no es el único impacto distorsivo que puede evaluarse desde el enfoque de la renta. En el mencionado libro se exhibe cómo en muchas ocasiones un tributo que grava los ingresos petroleros “brutos” (como una retención sobre el precio del barril exportado) puede generar menor recaudación y reducir la renta que apropia el Estado (Nación y Provincias).

Vamos a un ejemplo concreto: supongamos que un país hipotético produce 1.000 barriles de petróleo. Consume el 90% y exporta el 10% restante, esto es 100 barriles. Con un precio de 100 dólares por barril, y una regalía petrolera del 13%, el Estado (a nivel agregado) recaudaría 13.000 dólares: (1000 barriles x 100 dólares x 13% regalías). Supongamos también que el Estado introduce un derecho de exportación del 20%. Los precios internos se reducirían a 80 dólares.

¿Cuánto se recaudaría? Vía regalías los ingresos serían (1.000 barriles x 80 dólares x 13% regalías) = 10.400 dólares. Y vía derechos de exportación: (100 barriles x 100 dólares x 20% derechos de exportación) = 2000 dólares. Es decir, bajo este nuevo esquema, el Estado recauda 12.400 dólares en lugar de los 13.000 originales. El Estado, a nivel agregado, perdió casi un 5% de la recaudación (o de renta apropiada). Esto es una simplificación: considerando pérdidas en ingresos brutos e impuestos a las ganancias, entre otros, las pérdidas hubieran sido mucho mayores.

Este mecanismo perjudicial para la recaudación y la renta apropiada por los distintos niveles de gobierno (Nación y Provincias) ha sido cuantificando en el mencionado libro, donde se ha estimado que el Estado perdió 23 mil millones de dólares, entre 2003 y 2014, sólo por utilizar una tributación distorsiva de los precios internos, y, por ende, de los mecanismos de apropiación y distribución de la renta petrolera.

De allí que, como principio, resulta recomendable que los tributos graven las ganancias en forma neta y no recaigan sobre los ingresos brutos de la explotación. Gravar los ingresos en forma bruta, como ocurre con los derechos de exportación, puede dar lugar a pérdidas netas de recaudación y además puede convertir áreas de producción marginal en inviables económicamente, reduciendo la producción.

De esta manera, el enfoque de la renta es fundamental para analizar tanto las decisiones de inversión al inicio y en la continuidad del negocio, como para formular políticas tributarias que no sean contraproducentes y distorsivas para la expansión de la industria petrolera.

(*) Autores de «La renta del petróleo en la Argentina» (Eudeba, 2021).

Daniel Montamat y Agustín Torroba – La Mañana de Neuquén / Más Energía