Estafas: cayó la banda que usaba una falsa web de la Municipalidad de Córdoba

Están detenidos el líder, un contador cordobés y los “hackers”, una pareja que vivía en El Bolsón.
Además hay ocho “mulas virtuales” imputadas.
Se secuestraron criptomonedas.

Un contador, dos hackers y varias “cibermulas” integraban una banda de estafadores que, a través de una página web trucha, pero similar en su estética a la de la Municipalidad de Córdoba, estafó a varios morosos. La desarticulación ocurrió en la última semana, 10 meses después de que La Voz expusiera el caso, y tras una sistemática investigación de la Fiscalía de Delitos Informáticos que conduce Franco Pilnik.

De acuerdo con los primeros resultados tras distintos allanamientos, Pilnik cree que la organización había perfeccionado el método iniciado en Córdoba y se preparaba para atacar bases de datos de bonaerenses, con la “tentadora” oferta de un “descuento del 50 por ciento y 12 cuotas” para abonar impuestos. La página web tenía diseños prácticamente idénticos a los originales de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (Arba).

En total, hay 12 imputados y 10 pedidos de detención (de los cuales se concretaron seis hasta ahora), quienes están acusados de integrar una asociación delictiva abocada a realizar estafas de manera reiterada.

Apócrifo. Este es el e-mail falso que enviaba la banda a los contribuyentes. (Gentileza Ministerio Público Fiscal)

Apócrifo. Este es el e-mail falso que enviaba la banda a los contribuyentes. (Gentileza Ministerio Público Fiscal)
En resumen, la maniobra era la siguiente: a través de un e-mail con el logo de la Municipalidad de Córdoba y la cara de Martín Llaryora, enviados a bases de datos, interesaban a deudores de tasas municipales de un plan de pagos en cuotas y con una quita del 50 por ciento.

Al responder el contribuyente, ese correo redireccionaba hacia la página web ilegítima que copiaba la estética de la web oficial de la Municipalidad y que embebía el Portal Tributario de la Municipalidad, a través del cual se generan los cedulones de pago de las tasas de Automotores, Inmuebles y Comercio, entre otras.

La primera denuncia fue radicada el 23 de abril de 2020 por Andrés Varizat, asesor letrado de la Municipalidad de Córdoba, tras detectar que “sujetos a establecer (…) generaron una página similar a la página web municipal y contactaron por correo electrónico a distintos contribuyentes, persuadiéndolos de generar pagos a cuentas de terceros”.

La denuncia no trascendió por lo que los estafadores volvieron a actuar un mes después, cuando La Voz puso en alerta a las autoridades y publicó la historia de V.T., una vecina que había sido estafada en más de 50 mil pesos.

Cómo operaba

El mecanismo de la estafa era el siguiente: una vez establecido el contacto con la banda, el usuario bajaba el cedulón y, aparentemente, el propio líder de la banda era quien generaba el botón de pago en Mercado Libre. La cuenta a la que se acreditaba el pago falso no era de él, sino de “mulas cibernéticas”, captadas en avisos clasificados o en redes sociales que, por lo general, comienzan con el sueño del chanta: “Gane dinero sin moverse de su casa”.

El rol de estas mulas era recibir el dinero desde Mercado Pago y adquirir criptomonedas USD Coin a través de la plataforma Ripio, bajo jurisdicción argentina. Luego, ya trianguladas, las criptomonedas se cambiaban y el dinero ingresaba en la cuenta del contador. Las criptomonedas quedaron inmovilizadas y la clave de acceso a esa billetera virtual fue cambiada, por lo que ahora estará en poder del Juzgado de Control.

Algunas de las “cibermulas” detenidas tenían antecedentes por estafas con cheques, o por haber prestado su nombre para la creación de Sociedad por Acciones Simplificadas. “Subyace una cuestión social, similar a la que ocurre en el narcomenudeo: las mulas utilizadas para estas estafas quedan a su merced, con imputaciones graves y en reiterados hechos; gente de bajo recursos que termina muy endeudada”, dice Pilnik.

Y agrega: “La complejidad de la operación desplegada en Córdoba y lo rudimentario en términos tecnológicos, que contaba con varios pasos ‘artesanales’, no automatizados, hacía que sea poco lucrativa. Sin embargo, creemos que ahora habían perfeccionado ese mecanismo para atacar a contribuyentes de Buenos Aires, donde el volumen es mayor”.

Los primeros datos tras las imputaciones indican que el contador detenido (con antecedentes por estafa en la Justicia provincial) tendría varios lotes a su nombre, en una habitual maniobra de capitalización. Los hackers, una pareja santafesina que estaba en El Bolsón, provincia de Río Negro, eran “grandes consumidores” de droga, y a eso habrían destinado las utilidades.

De acuerdo con un primer organigrama, la mujer que operaba desde El Bolsón era la encargada de conseguir y administrar las bases de datos de los e-mails, y enviar miles por día. A ella y a su pareja les secuestraron varios discos que serán peritados por la Policía Judicial.

Con la lógica de un quiosco, los estafadores recibían poco dinero en cada operación, por lo que el negocio estaba en el volumen; lo que también evita que se disparen alertas en el sistema financiero. Los investigadores de la Fiscalía de Delitos Económicos debieron unir varias direcciones de IP correspondientes a los dispositivos de las “ciber mulas” con la cuenta del contador que lideraba la banda. “Fue encontrar agujas virtuales en un enorme pajar”, grafica Pilnik.

Al contador le secuestraron un cuaderno con espirales en el que, de puño y letra, llevaba una bitácora de las estafas: nombres de correos utilizados y claves de Facebook están ahí, asentados analógicamente.

Las “cibermulas”, el eslabón más vulnerable de la cadena

Son personas que “prestan” una cuenta bancaria digital que es utilizada en los delitos.

Varias “cibermulas” operaban en el mecanismo de estafa detectado en Córdoba. Normalmente, estas mulas virtuales entran al negocio a través de ofertas de trabajo que “pueden realizar desde su propia casa”. Las suelen “contratar” empresas financistas, grandes emprendimientos o firmas de cobranzas. Lo único que se les pide es una cuenta bancaria, preferentemente en la banca digital, que también ofrecen la posibilidad de transaccionar dinero de forma rápida desde una aplicación en el celular. Pero suelen ser el eslabón más vulnerable de la cadena de estafas, ya que al poco tiempo enfrentan a un sinnúmero de problemas legales, al quedar en medio de operaciones ilegales

JUAN MANUEL GONZÁLEZ – La Voz del Interior