La cantidad de fracturas realizadas son el mejor indicador de la producción futura. Se hacen más de 500 por mes.
Argentina es uno de los 4 países que desarrolla petróleo y gas no convencional. Y para eso cuenta con una compleja red de empresas locales y multinacionales, universidades de primer nivel que forman ingenieros, sindicatos que capacitan a sus afiliados, proveedores de servicios competitivos, infraestructura adecuada y un marco regulatorio que permite el normal desarrollo de la actividad.
Vaca Muerta es actualmente una realidad que está cambiando el balance energético y macroeconómico del país. A fin del 2018 se superaron los 1.000 pozos perforados en yacimientos tipo shale.
La cantidad de fracturas realizadas son el mejor indicador de la producción futura: pasó de menos de 100 fracturas mensuales en 2015 (casi todas realizadas por YPF) a 544 por mes en los primeros cinco meses de este año. Y ya participan otras 9 empresas del sector.
En mayo, la producción de gas creció un 7,6% con respecto al mismo mes del año anterior y es la más alta desde julio de 2009. En petróleo, creció un 4,2% y acumula 15 meses de crecimiento interanual ininterrumpido.
En mayo se cumplieron 13 meses sin importaciones de crudo, algo que no ocurría desde el 2012.
Así y todo hoy solo se explota menos del 4% de la superficie de Vaca Muerta.
Está lejos aún la escala imprescindible para que los costos continúen bajando. El año pasado las empresas invirtieron US$ 4.200 millones en exploración y explotación de gas y petróleo no convencional; se necesitan muchas más inversiones.
La disponibilidad de hidrocarburos competitivos permite pensar en un fuerte crecimiento también de la petroquímica y otras industrias usuarias intensivas de energía.
Por primera vez se exportó GNL desde el mismo puerto en que hace más de una década se importaba.
Ahora se están comenzando las obras de infraestructura logística imprescindibles para trasladar el producido de Vaca Muerta.
La primera de estas licitaciones es la de un gasoducto troncal hasta los grandes conglomerados urbanos, con una etapa desde el yacimiento hasta Salliquelló, cercano a nuestra zona, y luego otra etapa será hasta Buenos Aires y centro del país.
La otra gran obra, pendiente por el momento, pero con perspectiva de avanzar, es el tren que unirá Vaca Muerta con nuestro puerto.
Será una opción logística competitiva tanto para la producción que sale como la que entra a la región.
La nueva infraestructura de los trenes más que duplicará la velocidad de operación. Será una nueva opción de transporte eficiente para los insumos necesarios para el yacimiento de petróleo y gas no convencional, como arena, cemento, tubos, baritina, cabezales y tubulares para armar el pozo, y también otros productos regionales.
Se calcula que el tendido tomará un mínimo de 4 años. Como todas las obras que requieren financiamiento están paralizadas, la formalización del proceso recién podría arrancar cerca de 2020.
Paralelamente los privados locales están comenzando a elaborar planes de ampliación para el Polo Petroquímico, herramienta fundamental para darle valor agregado al producto de Vaca Muerta.
Profertil ya ha aprobado su plan de ampliación y en breve licita la obra cuya construcción comenzará en el próximo año.
De todo esto mucho depende el futuro de crecimiento de nuestra región.
– La Nueva Provincia