La distancia entre los pronósticos electorales y los resultados de las últimas elecciones abrieron un dilema en las consultoras. Algunas han decidido no difundir sus trabajos, pero otras mantendrán sus publicaciones.
Las elecciones Paso tuvieron varios derrotados. Además del gobierno de Mauricio Macri, los que más sintieron el impacto por los resultados fueron los encuestadores: ninguno logró ver la amplia diferencia que se cocinaba en la sociedad argentina.
Los 15 puntos que Alberto Fernández le sacó a Macri no aparecieron en ningún estudio sobre intención de voto, aunque sí hubo algunos encuestadores que anticiparon que la victoria sería amplia.
Como sea, las consultoras han quedado en una posición incómoda de cara a las próximas elecciones: la primera vuelta, el próximo 27 de octubre.
Entre las críticas que han recibido, una fue referida al método de recolección de datos por el uso del teléfono fijo (ha demostrado que no sirve para obtener una muesta representativa de la sociedad). Lo que sucede es que este tipo de trabajo resulta más barato que una encuesta presencial.
Un encuestador de reconocido prestigio asegura que, para llevar adelante un estudio completo, en campo, son necesarios al menos «unos cuatro millones de pesos».
¿Qué harán ahora los especialistas con sus estudios? ¿Invertirán ese dinero para cambiar, en algunos casos, sus metodologías? Y si hacen esos estudios, ¿los difundirán en la prensa masiva?
Alejandro Catterberg, director de Poliarquía, contó el pasado lunes, en el programa de Carlos Pagni (Odisea, por LN+), que la tendencia es no publicar más encuestas.
«A nivel internacional hay un proceso en el que hay varias razones que están llevando a un cuestionamiento a los resultados que otorgan las encuestas en términos de predicciones políticas. Hay tres variables que tienen una influencia en esa tendencia. La principal es la caída sistemática de la tasa de participación: cada vez menos gente acepta participar de las encuestas», dijo.
«La segunda variable es la multiplicidad de las firmas y empresas que se dedican a hacer eso, y las nuevas metodologías de recolección de datos que usan, de forma más rápida y barata, pero que aumentan la imprecisión», alertó.
Como tercera variable, el director de Poliarquía remarcó la multiplicidad de medios de comunicación que reproducen las encuestas.
FEDERICO GIAMMARÍA – La Voz del Interior