«En el último año, por cada empleo nuevo en el sector agrario, se destruyeron más de 39 en el sector industrial».
Esa es la tajante conclusión de un informe publicado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda dejando entrever la crisis que atraviesa el sector productivo industrial de nuestro país.
Hace 5 décadas se vienen registrando procesos de automatización, robotización y deslocalización que impactan profundamente en las formas de organización del trabajo. La industria 4.0, ligada a la utilización de nuevas tecnologías desarrolladas y que se aplican al mundo de la producción, ha significado la obsolescencia de muchas tareas que antes realizaban las personas. Gracias a la posibilidad que brindan los avances en las telecomunicaciones y del transporte, tanto marítimo como aéreo, se distribuye el proceso productivo a lo largo y ancho del planeta.
Bajo el contexto de la crisis económica nacional y de los nuevos paradigmas que surgen a partir del avance tecnológico y la globalización, se presenta una caída importante de puestos de trabajos en el sector industrial de nuestro país.
El informe es crítico a la gestión del Gobierno nacional al exponer que «en un contexto internacional de profundización de las posiciones de defensa de la producción nacional» se eligió pasar «de un modelo que priorizaba el consumo interno como tractor del crecimiento económico, apuntalando los ingresos reales de las clases media y baja, se buscó mutar a un perfil productivo traccionado por las exportaciones».
Situación del país
«En Argentina, tras el proceso desindustrializador de la década de los 90 y luego de la crisis del 2001/2002 el mercado laboral había quedado fuertemente fragmentado, con una porción importante de la población excluida del circuito productivo formal y que apenas podía sostener sus condiciones materiales de vida con trabajos de baja calidad y productividad, con asistencia social o con una combinación de ambas. El crecimiento económico de la siguiente década, con políticas activas en la actividad económica y en el mercado laboral, permitieron una fuerte recuperación del empleo registrado tanto privado como público. Sin embargo, los desafíos en materia de regularización de las condiciones laborales y generación de empleo todavía estaban presentes», detalla el informe elaborado por la institución académica.
Además agrega que: «Sin embargo, desde diciembre de 2015, se intentó virar hacia un modelo basado más en las libertades de mercado y en un sector público que intentaba retirarse de las regulaciones del funcionamiento económico. El nuevo enfoque de la política cambiaria y del comercio exterior es un claro ejemplo de ello. Pero con una macroeconomía que acumulaba fuertes desequilibrios no cabía esperar otra cosa que una profunda crisis en el mediano plazo»..
La consecuencia fue directamente a impactar de lleno en el mercado interno que disminuyó su tamaño tras la abrupta caída en el consumo. El reflejo de ésto, fue reflejado en el deterioro de los indicadores laborales, que marcan que la desocupación trepó al 9,1%, significando que 1.185.000 personas pertenecientes a la población económicamente activa, es decir que están en condiciones de trabajar, no tienen empleo. La subocupación (ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales y que al mismo tiempo ofrecen más horas de trabajo como forma de aumentar sus ingresos salariales) alcanzó el 12%. Además, «desde el cuarto trimestre de 2016, la ocupación demandante subió 2,7 pp., es decir, que los ocupados necesitan mayor cantidad de horas de trabajo para poder alcanzar los ingresos salariales necesarios a raíz de la crisis del 2018», marca el informe elaborado por la UNDAV.
En total son cerca de 250 mil puestos de trabajos los que se perdieron respecto al año pasado. Específicamente en el sector privado 157mil personas perdieron su trabajo, mientras que unas 79mil dejaron de abonar mensualmente el impuesto en el monotributo social.
Los sectores más
afectados
También el informe explica que: «El sector industrial fue uno de los más perjudicados en estos tres años. Esto se vio reflejado en los indicadores de empleo formales durante el período. Los mismos muestran que la caída en la industria fue constante. Desde noviembre de 2015, fueron 137.000 los puestos laborales perdidos en la rama de industrias manufactureras».
Mientras que: «El sector de comercio en cambio creció, aunque moderadamente, hasta marzo del 2018, momento a partir del cual comienza su caída al compás de la recesión económica. Son 16.000 puestos perdidos con respecto a noviembre de 2015».
Los datos de la Encuesta de Indicadores Laborales(EIL) que elabora el INDEC, demuestran que en el último año las pequeñas empresas (10 a 49 ocupados) fueron las que más sufrieron en cuanto a la pérdida de empleo, la cual se vio disminuida en un 2,8%. En las de tamaño mediano (50 a 199 ocupados) cayó un 2%, mientras que en las empresas grandes (más de 200 empleados).
Panorama según cada provincia
Midiendo a nivel provincial se observa en el informe que «en febrero de 2019, en términos interanuales, apenas 3 de las 24 provincias (incluida la Ciudad de Buenos Aires), han tenido un crecimiento en el empleo en el último año». Las tres provincias en las cuales creció el nivel del empleo son las relacionadas a la actividad minera como es el caso de Santa Cruz (+1,2%) y La Rioja (+1,4%), o con la actividad hidrocarburífera, como en Neuquén (+3,7%) con la explotación en el yacimiento de gas en Vaca Muerta.
Para el resto de las provincias los porcentajes son negativos y el empleo formal registrado marcó los siguientes porcentajes: «Tierra del Fuego (-9,6%); las del noreste, Formosa, Chacho (ambas con -6,7%) y Corrientes (-3,4%); en el noroeste, Catamarca (-7,4%) y Santiago del Estero (-5,1%); en cuyo, San Luis (-4,4%),; y en la región pampeana, Entre Ríos (-3,7%), La Pampa (-3,5%), Córdoba (-3,2%) y la Provincia de Buenos Aires (-3%). Otras provincias golpeadas pero en menor medida son San Juan (- 2,6%), la Ciudad de Buenos Aires y Tucumán (ambas con – 2,3%), Jujuy (-2,2%), Misiones (-1,9%), Santa Fe y Rio Negro (ambas con -1,7%), Mendoza (-1,5%), Salta (-1%) y Chubut (- 0,6%)».
En Rafaela
CASTELLANOS entrevistó a Andrés Ferrero, presidente del Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región; Roberto Oesquer, secretario general de la CGT y la UOM en Rafaela; Juan Berca, secretario general del Centro Empleados de Comercios en Rafaela, con el fin de conocer el contexto local laboral tanto en el sector comercial como industrial.
El referente de la gremial empresarial, Andrés Ferrero explicó que a partir de los datos arrojados por el Censo Industrial yel Observatorio Industrial, se nota que «hay un sostenimiento del empleo en la ciudad a pesar de que conjuntamente se ve una caída del nivel de la actividad como en todo el país. El nivel de empleo es sostenido, cosa que parece ser una marca de Rafaela respecto a sostener el principal capital de la empresa, que es el capital humano».
En el caso del sector metalúrgico hay situaciones particulares donde hubo pérdidas de empleo considerable. Roberto Oesquer recordó el caso del cierre de la empresa Topline, que fabricaba tapas de cilindros para motores, que dejó a 17 nuevos desempleados. Por otro lado también contó que «hubo un achique bastante importante en Vecal (empresa de Fundición de Aluminio Inyectado), que de 25 personas quedaron 10 o 12. Además, tenemos 7 empresas con preventivo de crisis». Sin embargo dijo también que en general «podemos tener despidos sueltos, pero no masivos. Dentro de todo estamos de alguna manera conservando los puestos de trabajo salvo esas situaciones puntuales».
Por su parte, Juan Berca, expresó que «el sector del comercio no escapa a la regla general, si bien nosotros no notamos que hubo una gran caída en la cantidad de empleados de comercio, seguimos teniendo más o menos lo mismo».
Agregó que: «El sector está bastante deprimido. Con los comerciantes que tenemos contacto, ellos nos explicaron que para poder mantener las ventas tuvieron que tener una caída fuerte en la rentabilidad y analizar seriamente los costos».
En cuanto a las expectativas, el principal referente de la CGT local, dijo que «con la política que lleva este gobierno creemos que va empeorar la situación. Ojalá que se dé vuelta y cambiemos de gobierno por uno que se preocupe por la industria nacional, que es la que genera puesto de trabajo». Mientras tanto, el secretario general del CEC afirmó que «tenemos una mirada optimista. Creemos que esto en algún momento va a tener que arrancar pero depende mucho del consumo de la gente. La expectativa es que se puede incrementar el consumo a partir una mejora salarial para todos los trabajadores».
– Diario Castellanos