Ordenamiento territorial: los principales problemas de los municipios

La norma les da plazo hasta setiembre para presentar sus planes, pero la mayoría no llegará a tiempo. El crecimiento de la población está en el foco de todos.

Los municipios todavía están en proceso de elaborar sus propios planes de Ordenamiento Territorial, aunque la mayoría en el Gran Mendoza no logrará cumplir con los plazos que establece la ley que reglamenta este proceso, aprobada el año pasado, que busca organizar la provincia en vista de los próximos 30 años.

Las comunas se encuentran en distintas fases de la etapa de diagnóstico, que luego debe llevarlos a analizar los datos, detectar los problemas a evitar o corregir, y, luego, plantear una serie de proyectos para solucionarlos en orden de jerarquía. Ese plan debe presentarse en los concejos deliberantes para que se aprueben, y luego se articularán con el provincial.

Si bien cada territorio tiene su dinámica particular, un problema común es el crecimiento de la población, sobre todo, en lo referido a vivienda: el avance de barrios y asentamientos sobre zonas rurales o productivas genera complicaciones a la hora de organizar el uso de esos suelos.

Tal es el caso de Guaymallén, que busca potenciar y proteger su cinturón verde, el segundo más grande del país, ante el avance urbano por la demanda de vivienda. La intención de la Comuna es compactar la ciudad para que no expanda su infraestructura hacia el área rural.

Cintia Brucki, directora de Planificación del Municipio, explicó que la cercanía al área metropolitana “es tentadora” para las inversiones destinadas a construir hacia el interior del departamento. “Con un buen estudio de la situación, los problemas se detectan de inmediato y así es fácil plantear soluciones”, indicó.

Guaymallén se encuentra en etapa de diagnóstico aún, por lo que se espera que el plan esté listo para fin de año. El mismo panorama tienen respecto de los plazos en Las Heras, segundo departamento en población en el Gran Mendoza, después de Guaymallén.

En el caso del territorio lasherino, las mayores complejidades se encuentran en el piedemonte. El departamento tiene casi 9 mil kilómetros cuadrados, divididos en 14 distritos, pero una de las zonas más populares para vivir se encuentra ahí.

El director de Ambiente y Ordenamiento Territorial, Pedro Noguera, señaló que debe delimitarse qué zonas pueden ser pobladas y cuáles no son seguras, por ejemplo, por los riesgos aluvionales. “El Challao es una vedete inmobiliaria y hasta ahora no estaba bien trazada esa diferencia”, agregó.

En Godoy Cruz, el plan se comenzó a analizar antes de que se sancionara la ley, por lo que ya se está dando cierre al diagnóstico para empezar a jerarquizar los problemas y, luego, formular los objetivos del plan. Érica Pulido,​ directora de Planificación Urbana y Ambiente, explicó que, en líneas generales, todo apunta a cuestiones de ambiente, infraestructura y transporte.

La decisión que debe tomar este departamento es hacia dónde crecer, porque aún no se determina si utilizar el piedemonte para expandirse.

Quien también se encuentra en una etapa avanzada es Ciudad. Estas dos municipalidades esperan tener listo su plan en agosto, además de tener problemas comunes. Mario Isgró, secretario de Infraestructura, aclaró que el planteo está hecho a complicaciones que no son inmediatas.

“De acá a pocas décadas todo se va a orientar en las ciudades. Somos seis departamentos pero casi todos entran a Ciudad: tenemos que ver la movilidad y la urbanización que queremos”, detalló.

Existe un panorama opuesto en Maipú, donde más de 70% del territorio es zona rural y la base de su matriz productiva. El desafío está en que el Plan para un Maipú Sostenible logre controlar en qué lugares se urbaniza y en cuáles se cultiva.

El secretario de Obras Públicas, Eduardo Mezzabotta, mencionó que debido a que la Ley de Catastro permite fraccionar hasta dos mil metros los terrenos sin contar con servicios municipales, muchas veces se encuentra entre fincas un grupo de familias viviendo en una zona cultivo.

“El mal uso de este tipo es negativo para la actividad y para las familias. El plan va a apuntar a dominar esa situación y que se respeten esos espacios”, aclaró.

A su vez, Luján de Cuyo tiene una diversificación en las actividades que, en algunos casos, ha dejado atrás a la calidad de vida, según explicó la especialista en ordenamiento territorial Nelly Gray de Cerdán. “Se hicieron muchas obras con miras a lo provincial o internación que tuvieron un impacto muy fuerte en lo territorial: tenemos un desarrollo dispar entre lo turístico, lo residencia y las actividades productivas en el sur”, analizó.

El Municipio, que ahora cuenta en su territorio oficialmente con Blanco Encalada, también debe encarar tareas de infraestructura y servicio. “Estamos terminando los talleres de consulta con la población y ahora vamos a analizar todos los datos para llegar a un plan general”, finalizó Gray.

Por: Alexis Montivero alexis.montivero@elsol.com.ar @alexmontivero – El Sol