Tres de Febrero. Valenzuela: «Es necesario un mandato, o varios más, de nuestro proyecto»

No define si él irá por otro período, pero «para profundizar el cambio», apuesta por la continuidad de Macri y Vidal. Tilda a la gobernadora provincial como la anti-Scioli

Economista, historiador, ex periodista, actualmente intendente de Tres de Febrero. En diálogo con El Cronista, Diego Valenzuela reclama más tiempo para el proyecto de Cambiemos a nivel nacional. A nivel distrital, también plantea que la gobernadora María Eugenia Vidal podría avanzar con un debate central para Buenos Aires: un reparto de los recursos que beneficie más al Conurbano, por sobre el resto de la provincia.

¿Van más de dos años de su gestión. ¿Es lo que esperaba?

Uno aprende a ser intendente siéndolo. Me encontré con un municipio parado, estancado, en el que la gente no veía el presupuesto en la calle. Los gobernantes explicaban porque las cosas no sucedían, con una mirada desde la lógica partidaria. La oficina del intendente tenía símbolos propios de las tribus que adhería, y eso para mí es negativo porque divide y aísla a los que no son de esa tribu. Curto (Hugo, ex intendente) tenía símbolos del peronismo, Boca Juniors y de la religión católica, en exceso. Yo creo que el Estado es el lugar de todos. Para mí, arrancar fue instaurar prácticas nuevas y poner el recurso donde tiene que estar. Eliminar una municipalidad paralela, con gestores y punteros.

¿Cree que algunos cambios se están demorando más de lo que esperaba?

Creo que los cambios macroeconómicos llevan más tiempo por el lugar desde dónde venimos. Hay un gran trabajo para sentar bases de crecimiento e inclusión económica. También hay cambios palpables que son los que explican el apoyo que tiene el proyecto de Mauricio y María Eugenia. La gobernadora recibió una provincia que era producto del marketing durante ocho años. Scioli quería ser presidente a costa de los bonaerenses y logró la candidatura con un costo de ocho años de ostracismo, de falta de obras, de hacer los numeritos para ver si se podía pagar el medio aguinaldo. Hoy dejó de ser un debate el medio aguinaldo en la provincia. Y eso derrama en municipios que tenemos mucha más capacidad de hacer. No soy necio. Sé que en muchos sentidos falta, que hay sectores sociales a los que les duele la realidad social y económica. Pero veo que estamos en la buena senda y con un nuevo paradigma de la administración pública.

¿Cómo se debería combatir la pobreza estructural del Conurbano? ¿Es una tarea que excede la autonomía distrital?

Creo que hay que lograr una política de Estado en relación a la pobreza, trabajándola horizontalmente con San Martín y Hurlingham, en nuestro caso. Por ejemplo, Fuerte Apache tiene un estigma negativo injustamente. ¿Puede darlo vuelta un solo municipio? Tiene a la Ciudad enfrente; es un tema metropolitano. Tiene una envergadura de tanto tiempo que requiere una intervención de los tres niveles de Gobierno y lo estamos haciendo . La pobreza estructural va más allá de un gobierno.

¿Cuánto tiene que ver la cuestión presupuestaria?

Hay otro tema importante que es de los municipios, la Provincia y los recursos. Ahora que la Provincia empezó a recuperar recursos, creo que tenemos que dar el mismo debate respecto de los municipios. Nosotros tenemos el 50% de los recursos de la coparticipación del Conurbano, cuando en este sector vive el 75% de la población. Donde está la densidad poblacional es donde hay más demanda de salud y educación. Lo hablé con Vidal y Hernán Lacunza (ministro de Economía provincial) para que se contemple una tendencia estructural en la forma de repartir los recursos, vía CUD. La gente vive en el Conurbano por conectividad, porque está más cerca del trabajo, porque hay una tendencia de urbanización en todo el mundo. Entonces, es momento de contemplar las necesidades de los municipios densamente poblados del Conurbano. Gestionamos con mucho ingenio y pocos recursos.

¿Van a debatirlo este año?

La gobernadora es la «anti-Scioli» (en alusión al ex gobernador), quien escondía la cabeza y trataba de durar. Da los debates y me parece que este se va a plantear. Se está estudiando una modificación que se base en dónde está la población y la densidad. En Tres de Febrero viven casi 8000 habitantes por kilómetro. Estamos entre los municipios que menos recursos reciben y estamos en el top 20 de la población del país. Agrandar la torta también es recibir lo que nos corresponde por el nivel de demanda y la población que tenemos.

Después de 24 años de Curto. ¿Está pensando en la reelección?

No me quiero perpetuar, ni lo siento. Hay una figura del intendente amurallado, que hace poco, arma un aparato, consigue obras, diseña la oposición y amuralla su distrito. Ese es el modelo que está en crisis. Yo creo que la renovación es buena y por eso promovimos el limite de los mandatos. A mi me descansa saber que hay una limitación, porque sé que puedo dar el máximo un tiempo limitado y no voy a tener la tentación que a alguna persona le puede agarrar de estar cómodo en este cargo y tener la botonera a mano.

¿Otro mandato es necesario?

Es necesario un mandato, o varios más, de nuestro proyecto. No sé si yo voy a encarnar el próximo mandato en Tres de Febrero, lo que sí se es que estoy convencido de que este proceso de cambio, con Macri y Vidal, es un proceso sano y positivo que tiene que continuar. Sería una picardía que se interrumpa este proceso de cambio. Ojalá en 2019 la gente nos dé otra oportunidad para profundizar ese sueño de progreso que, para mí, empieza a verse, más allá de que a algunos no les llegue todavía.

¿De qué habla con Macri?

Macri es un presidente-alcalde. el primero quizás. Tiene historia de gestión local, en Boca y en la Ciudad. El foco es la gestión y las preguntas son orientadas a producir resultados sobre los recursos públicos, como por ejemplo: «¿cuántos empleados tenés en relación al presupuesto?». No es un comentarista de la realidad. Es alguien que está muy encima de los temas y siempre exigiendo resultados. Respecto al Metrobus, te pregunta a cuánto salió tu última licitación y le tenés que dar el numero preciso. Tiene una visión política, pero basada en hechos de gestión.

Se ha puesto en cuestionamiento la transparencia del Gobierno con casos como los de Valentín Díaz Gilligan, o de los ministros Luis Caputo y Jorge Triaca. ¿Qué opina al respecto?

A nosotros, por suerte, se nos exige más porque somos distintos, y eso está bueno. En el caso de Díaz Gilligan, en el kirchnerismo, era un caramelo en un supermercado…, en Cambiemos fue un debate de varias semanas, que se saldó como corresponde, que es permitiendo que el funcionario dé las explicaciones y renuncie. Es un ejercicio y un aprendizaje donde la transparencia tiene que ser una política de Estado y un objetivo estructural. Hay que ajustarse a las normas, promover mejores prácticas, ir a fondo con la transparencia y, quien no lo haga, que rinda cuentas con la Justicia. Hay que acompañar este cambio de paradigma

por BERNARDO VÁZQUEZ y MARTÍN TORINO – Cronista