La noticia sobre la conformación de un consorcio que incluirá a los municipios del Valle Central de la provincia para que puedan disponer de sus residuos en la planta de tratamiento que posee la Capital en las inmediaciones del parque industrial El Pantanillo seguramente será recibida con beneplácito por más de un ciudadano o jefe comunal por sus obvias implicancias: presupone un acuerdo mayúsculo para generar, entre todos los participantes, una nueva conciencia acerca de la disposición de los residuos.
Las comparaciones con países del denominado “primer mundo”, para este caso en particular, son más bien tediosas argumentaciones de sobremesa, antes que planteos factibles de ser atendidos en toda su extensión para generar proyectos de inversión.
Catamarca no tiene, ni tiene por qué tener, los dispositivos y herramientas de reducción de residuos que puede tener un país como Finlandia o Suiza.
La nueva conciencia sobre cómo disponer de la basura domiciliaria requerirá, sin ninguna duda, una extensa campaña de concientización e incluso también una regulación normativa de carácter coercitivo para que la planta de tratamiento de residuos pueda funcionar en condiciones óptimas.
La principal será la separación de residuos en origen, es decir la categorización y discriminación en casa de lo que se debe colocar en una bolsa y en otra.
La inversión que el municipio capitalino ha gestionado ante el Gobierno nacional -alrededor de 100 millones de pesos, tal como se puede leer en la misma edición de hoy- presupone ese cambio radical en los hábitos y maneras de una importante mayoría de los ciudadanos catamarqueños.
Como siempre, una parte del trato la realiza también una parte del Estado -aquella en la que se han delegado poderes de gestión y legalidad- y otra parte corresponde a la ciudadanía, que también forma parte del mismo.
Hay datos clave que por su propia elementalidad resultan ideales para resaltar la magnitud de la situación en materia de residuos y la importancia prácticamente fundamental de la cooperación ciudadana: la planta, según las autoridades que la administran, recibe entre 150 mil y 200 mil toneladas de basura por día.
La expectativa estará puesta ahora en cada uno de los que conformamos el Estado
– El Esquiú