Una encuesta como GPS para ver hacia dónde vamos + Sondeo nacional puso a la pobreza a la cabeza de los problemas del país + Más del 80% de los encuestados vincula a la Justicia con la corrupción + A la gestión Macri la aprueba por poco, pero le señala que hizo menos de lo esperable.
Pistas, señales, guías. Con esa verdad irrefutable de que ya no son lo que eran, las encuestas están menos visibles, pero como las brujas, que las hay las hay. Ahora más bien usadas por algunos partidos o determinados políticos que precisan sondeos puntuales para evitar dar pasos en falsos o que buscan tener claro dónde apuntar.
Devaluadas sobre todo en relación a las elecciones, siguen siendo una herramienta valiosa para el GPS de la dama y el caballero del arco político, económico y social.
Una encuesta nacional realizada por Gustavo Córdoba & Asociados ofrece pistas de cómo late el termómetro (dato no menor es que fue realizada antes del jueves al rojo vivo dentro y fuera del Congreso). A diferencia de los sondeos preelectorales, donde suelen cabecear los temas económicos, cuando el consultado se relaja su visión hace otro tanto y las respuestas fluyen distintas.
Así es como la pobreza, por lo general marginada en cualquier ránking que se la invoque, aquí aparece en lo más alto cuando se pregunta ¿cuál considera que es el principal problema del país? Le siguen la educación y la corrupción. La inflación, una abonada de estas consultas, recién aparece en el 5º lugar.
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En cuanto a la pobreza (13,5 millones de argentinos la padecen, según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA), se planteó quién es el principal responsable de solucionar esa situación. El 61,4% opinó que debería ser el Estado, a través de las políticas públicas. Mientras que el 31,2% dijo que los individuos a través de sus propios esfuerzos.
En cuanto a la evaluación de la gestión de Mauricio Macri, ésta salva el honor por poco: el 33,1% «aprueba algo» más el 22% que «aprueba totalmente» versus el 30,2% que «desaprueba totalmente» y el 14% que «desaprueba algo».
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Volviendo al sensible órgano del bolsillo, puestos a hacer futurología el 32% de los encuestados consideró que dentro de un año estará mejor frente al 30% que cree que estará peor 30,2%.
Para alivio de Durán Barba, en cuestión de imagen positiva a Macri los números aún le dan a favor:
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Capítulo inquietante el que sondea «¿qué tan corrupta cree usted que es la justicia argentina?». El 49% se apunta en la opción «muy corrupta» y el 34,1% «algo corrupta». Es decir que el 83,1% la vincula, en mayor o menor medida, con la corrupción. Apenas un 3,6% la califica de «nada corrupta».
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Ahora bien, como sintonizando con este diciembre de ánimos caldeados, bochornos políticos al por mayor, reforma jubilatoria fuertemente resistida y DNU amenazante, cuando se sondeó el balance de lo hecho hasta ahora por Macri y su gobierno, el veredicto es implacable: el «Ha hecho menos de lo que esperaba» se impone con el 55,8% frente al 33,2% del «Ha hecho lo que esperaba».
En esa línea se inscriben las respuestas ante las reformas económicas planteadas por Cambiemos ya que el 46,6% piensa que «provocarán una crisis económica». El 38,8%, en cambio, intuye que impulsarán el crecimiento del país.
La comunicación de las políticas y decisiones de gobierno sigue siendo un talón de Aquiles para la gestión Macri y así lo perciben los encuestados: 52,5% («algo en desacuerdo» + «muy en desacuerdo») versus 42,3% (algo de acuerdo + «muy de acuerdo»).
A la luz del rechazo generalizado que está cosechando la reforma jubilatoria, que en realidad lo único que reforma es la posibilidad de echarle mano a $100.000 millones y usarlos para abonar el camino hacia el 2019, más relevancia adquiere el ítem que pregunta si Macri escucha los reclamos y necesidades de los ciudadanos. El sí a favor del mandatario se impone 52,3% al 43,6% que dice que no. Un changüí que por estos días, se supone, quedará en un inquietante paréntesis.
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Conclusión ad hoc: las encuestas no son toda la verdad, pero tampoco necesariamente otra posverdad. Tómense como pistas, señales, guías, que un conductor sensato debería tomar en cuenta si no quiere terminar abrazado a un árbol después de una noche de copas.
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#El resaltador
«La corrupción en nuestro país es sistémica. Está organizada. Recorre a la sociedad de arriba a abajo. Se roba en grande y se saca ventaja en chico. Cambiar el sistema es un buen ideal. Que se lo haga con el ejemplo no estará de más. Que se controle a los que están ahora es lo primordial. Que se juzgue a los que estaban antes es necesario mientras sea con mesura, seriedad, respetando las garantías, y sin circo… Hay golpistas de toda índole y merecen un auténtico desprecio, y nada más. No hace falta agregarle la sanata conocida que comienza un nuevo país, que en el anterior sólo había piratas. Y menos que amanecerá sin pobreza…».
Rubén Valle – Mdz on line