«Nos hemos puesto de acuerdo», afirmó De Marchi anoche, después de negociar con el Poder Ejecutivo. El intendente planea destinar esas 55 hectáreas a la reubicación del INTA y luego ocupar los terrenos que quedarán libres en la construcción de un parque urbano y cultural. La Provincia sólo puso como condición que Luján «ponga la plata».
Hubo al final acuerdo entre el Gobierno provincial y el intendente de Luján, Omar de Marchi, en el conflicto por los terrenos de Agrelo que la Provincia pretendía rematar.
La solución consistió en que Luján se quedará con las 55 hectáreas en discusión. «Nos hemos puesto de acuerdo», afirmó De Marchi anoche, ante la consulta de este diario.
A lo largo de la jornada, funcionarios del Gobierno también se habían mostrado optimistas, aunque ponían como condición que Luján pusiera el dinero de los terrenos.
El clima se tensó a partir de una ordenanza que sacó el Concejo Deliberante de Luján la semana pasada, por pedido del intendente De Marchi. Allí se disponía que los terrenos de Agrelo serían «zona de Educación Pública, Investigación y Desarrollo» y se ponían trabas para el uso de agua de pozos de la zona.
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El Concejo Deliberante emitió una ordenanza que crea en el lugar una «zona de educación pública e investigación» y que condiciona el uso del agua. Además, el intendente De Marchi dijo que sería «un error gravísimo» vender esas parcelas. La comuna pretende que allí se reubique al INTA.
Con esta medida, Luján buscaba neutralizar el remate de los terrenos, que había sido anunciado para este jueves por el secretario Legal y Técnico de la Gobernación, Ricardo Canet.
Luján no quería que esas tierras dejaran de ser de dominio público. De Marchi anunció, en ese sentido, su intención de que las 55 hectáreas ubicadas en la calle Cobos sirvieran de nuevo emplazamiento para el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El INTA funciona desde hace décadas en un predio de la localidad de Drummond. Pero la idea del intendente es que el instituto nacional se mude a Agrelo para construir en la zona que quedaría libre un parque urbano y cultural que se integre al Museo Fader.
Ante estas pretensiones de De Marchi, la Provincia sólo puso como condición la cuestión económica. Se calculaba que la subasta de los terrenos de Agrelo (las 55 hectáreas fueron divididas en 11 parcelas) le permitiría a la Provincia acceder a cerca de 1 millón de dólares. Es decir que Luján debería invertir menos de 20 millones de pesos en la operación.
No se trata de algo muy común, pero desde el Poder Ejecutivo ayer se consideraba muy probable la venta de los terrenos de la Provincia a Luján. Eso sí, se remarcaba la necesidad de que la operación fuera convalidada por una ley.
En el caso de los terrenos de Agrelo, no sería la primera. Desde hace varios años se vienen sacando leyes para buscarle un destino al lugar donde alguna vez funcionó la Colonia 9 de Julio para menores.
La primera se emitió durante el gobierno de Francisco Pérez, quien había pensado rematar la mayor parte del terreno para construir un «centro de campamentismo» en lo que quedara para el Estado de ese predio, que tiene más de 70 hectáreas en total.
Pero aquel remate fracasó en 2015. Alfredo Cornejo retomó la idea y para ello modificó la ley de Pérez. En lugar de utilizar los fondos para el centro de campamentismo, el gobernador pensó en realizar una inversión edilicia, más concretamente, la compra o edificación de un hogar de niños.
La subasta iba a realizarse mañana en el auditorio Bustelo, pero surgieron las quejas y la nueva idea de De Marchi. Por ello, todo indica que otra vez habrá que discutir en la Legislatura qué se hará en estos terrenos, que se encuentran en la mejor zona productiva de Luján y rodeados de bodegas importantes
Juan Carlos Albornoz – Mdz on line