En el Congreso, avanza el proyecto de ley para que los usuarios residenciales puedan generarla e inyectarla a la red para reducir sus gastos en electricidad. Pero el costo de los equipos que deben instalarse en las casas para que sea posible es alto.
En tiempos de aumento de tarifas, generar la propia energía a través de fuentes renovables es más que tentador para muchos consumidores y todavía más si esa energía puede volcarse a la red de distribución. La Cámara de Diputados ya aprobó el proyecto para que los usuarios residenciales puedan generar su propia energía e inyectarla a la red. Una vez aprobada en Senadores y reglamentada, se espera que surjan en todo el país esos nuevos «hogares prosumidores». Es decir, consumidores pero también productores de energía que compartirán.
Pero instalar en una casa un equipo que permita sumarse a este sistema tiene un costo alto. Las empresas del sector estiman valores superiores a los u$s 8000, que incluyen paneles solares e inversores, y su colocación.
Teniendo en cuenta el pago y el ahorro que representa en las facturas de electricidad, se calcula no menos de 6 años para recuperar la inversión. En el sector, coinciden que para que el sistema sea un éxito es necesario generar líneas de financiamiento específico con tasas más bajas que las actuales.
La noticia del avance de la iniciativa -conocida como «Generación Distribuida»- generó igualmente muy buenas expectativas entre las empresas. Durante la BIEL Light + Building Buenos Aires, la exposición que acaba de realizarse en La Rural y que reunió a numerosas compañías proveedoras de equipamiento para generar este tipo de energías, la posibilidad de que los hogares se sumen como productores fue el centro de todas las conversaciones.
En rigor, la medida prevé que accedan al sistema los usuarios, cooperativas o pymes del mercado de la electricidad con demandas de potencia menores a 300 kilovatios.
El Presidente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), Jorge Luis Cavanna, dijo que «nuestras pymes están en condiciones de fabricar el equipamiento requerido con estándares internacionales de calidad». Aún así, la gran mayoría de los equipos son importados por simples cuestiones de precios.
Según Maximiliano Miodowski, gerente de tecnología de Exo, un equipo para un hogar ronda los u$s 10.000 y dura hasta 30 años sin necesidad de mantenimiento. «Ese costo es la tercera parte de lo que ese hogar pagaría la energía en ese tiempo, por lo que si bien el costo inicial es alto, el retorno de la inversión es conveniente», explicó.
Coincidió Roberto González, titular de Electrosistemas de Energía. Calculó que para un hogar de 70 m2 que consume unos 3 kw/hora, la instalación de un equipo con unos 12 paneles necesarios para abastecerlo está en alrededor de $ 150.000.
Aun sin los detalles de como se regulará la bidereccionalidad de la energía (si se compensan los saldos de producción y consumo o hay tarifas diferenciales para los productores), González reconoce que todavía el costo del equipo es algo alto para pensar en la masividad de hogares sumándose al sistema, pero que con el impulso del Estado para generar mejor financiamiento podría mejorarse.
En esta línea, también Evelin Goldstein, de Solar Miron, sumó la posibilidad de que «haya un fomento para las empresas nacionales que hagan la instalación» y coincidió que «hay que trabajar en los incentivos, con alguna tarifa diferencial para que los usuarios tenga una motivación más».
por FLORENCIA LENDOIRO – CRONISTA