Ya no debe extrañarte drones controlando espacios aéreos, tomando fotos, siguiéndote en un maratón o asistiendo a la seguridad.
Aliado o enemigo. Las tecnologías: oportunidad para unos y amenaza para otros.
Ya no debe extrañarte drones controlando espacios aéreos, tomando fotos, siguiéndote en un maratón o asistiendo a la seguridad. En algunos países entregan pizzas y hasta libros a domicilio. Cambios y más cambios. El futuro llegó, hace rato.
PUBLICIDAD
Los profesionales de la imagen, las empresas de seguridad y cadenas de supermercados entre otras industrias, encuentran en estas innovaciones un aliado que potencia iniciativas, ofrece oportunidades de fidelizar clientes y desarrollar nuevos mercados. En definitiva, innovaciones que prometen para unos enormes oportunidades, para otros son verdaderas amenazas.
El avance de las ciencias y la tecnología de la innovación nos va dotando de un sin fin de herramientas que facilitan el desarrollo humano, también acelera los procesos, todo tiene otra dinámica. El recorrido en términos gráficos (campana de Gauss) que representa la vida de un producto o servicio tiene una curvatura más pronunciada, vertiginosa y acotada que tiempo atrás.
Entre el inicio de la cadena de producción (adonde se desarrolla el potencial, ingeniería mediante) y su final (la venta y los servicios de posventa) se encuentra un segmento «crítico», la tradicional manufactura con un aporte relativo que va decreciendo con el paso del tiempo.
A diario cientos de innovaciones se implementan en mundo: procesos, técnicas, insumos alternativos, una lista interminable de rebeliones rompen el paradigma del estatus qúo y tomando examen de adaptación a sociedades enteras, que en muchas ocasiones subsumidas en la niebla de las ideologías atemporales perdemos oportunidades que nos cuestan futuros.
En los últimos 150 años, la tecnología creó más empleos de los que destruyó. Estudios privados dan cuenta de una población de 2.500 millones de habitantes en 1950 y más de 7.500 en la actualidad con un PBI que se ha duplicado (en u$s corrientes) desde el siglo XXI a hoy. Más de dos terceras partes del PB mundial corresponde a servicios y una cuarta a la industria. Como dato final, 7 de las 10 empresas más grandes del mundo son de servicios y de innovación.
«Las máquinas reemplazan a los humanos», es un comentario infaltable en la cola del cajero bancario. Antes hablabas con una persona al menos, ahora tenés que interactuar con una pantalla…
Es cierto que la automatización se origina allá por la Revolución Industrial (1750-1840). Antes de este megaacontecimiento, la distribución de riqueza era un capricho de los gobernantes que de forma arbitraria y autoritaria decidían sobre el reparto.
La revolución industrial trajo consigo un funcionamiento eficaz del mercado y el reparto se relacionó con la productividad (los salarios crecieron exponencialmente debido al incremento de la eficiencia productiva) y con la organización más eficiente de los trabajadores bajo formatos de ligas o sindicatos.
Es anacrónico y estéril discutir los resultados de ese proceso. El Estado omnipresente brindaba un «bienestar material» y pocas esperanzas de progreso.
La revolución provocó un crecimiento en la disponibilidad de bienes y servicios en términos absolutos y un aumento masivo de producción. La tasa de producción per cápita crecía al 1,5% anual (siglo XIX) y se cuadruplicó a lo largo del siglo. La riqueza material de un inglés promedio antes de 1750 era 6 veces menor que la del mismo ser humano 20 años después. Los pronósticos de Malthus y Marx no se cumplieron, en nada.
Aquellos países que fueron pioneros en éste desarrollo (Inglaterra, Bélgica, Francia, España, Alemania, el Imperio Austrohúngaro y Estados Unidos) ganaron no sólo tiempo sino distancia en términos de desarrollo productivo tal, que hasta la fecha salvo alguna excepción (China), el resto del mundo nunca logró acercarse hasta hoy.
Adaptación
Aquel artesano rústico sin herramientas, vio en pleno desarrollo de la revolución industrial un proceso de «adaptación flexible» en que los avances eran inevitables y ser ágil en términos competitivos le otorgaban chances de futuro.
Debemos obligarnos en dejar atrás inútiles discusiones ideológicas, divisiones como la grieta y embarcarnos en una sola dirección que nos enfoque en producir lo qué sabemos hacer, a especializarnos en las tareas sobre las que como país tenemos ventajas comparativas y así, sólo así, podremos quitarle a la pobreza alarmante de nuestro país, recursos humanos valiosos.
Al Estado debemos exigirle condiciones y apoyo para un desarrollo económico (estímulos a la producción, una política impositiva simple, viable, seguridad jurídica, previsibilidad temporal) y que intervenga en lo que sepa hacer.
Al sistema educativo, que recupere su posición estratégica en la formación de futuros, que reformule la relación con sus millennials, que los conquiste (con lo complejo del caso). Bien vale todo ese esfuerzo porque allí se cimenta la materia prima con la que se construye la dignidad del hombre y la igualdad de oportunidades.
A la dirigencia toda, que no piense en el reparto de poder, sino trabajar junto a quienes les damos la potestad temporal de guiar nuestros esfuerzos y potenciarlos. Que el trabajo diario no se acelere en las etapas preelectorales sino que sea una genuina tarea de construcción conjunta y un proyecto de país sostenido en él tiempo.
A los ciudadanos, que nos olvidemos un tiempo de la grieta que nada aporta y tanto daña. Un país dividido sólo es negocio a la retórica política. El día que comprendamos que debemos dejar de imponernos los unos a los otros y trabajar en conjunto, quizás encontramos la salida que otras naciones lograron.
Los verdaderos actores económicos, pasaron a ser las condiciones políticas, el acceso a la información y servicios, el ambiente para el desarrollo de negocios, la formación de los recursos humanos y especialmente el conocimiento.
Precisamente de este mix surge la empleabilidad y oportunidades en tiempos de cambios. Quien quiera oír que oiga: el futuro llegó, hace rato
por Gustavo Helguera – La Capital