Córdoba. Decrecen los barrios tradicionales, mientras crecen los de la periferia

En la ciudad de Córdoba se da un marcado aumento del padrón en las zonas que están fuera de la avenida de Circunvalación. Crecen barrios privados en el noroeste y barrios más humildes en el sur de la Capital.

¿Qué tienen en común los barrios Valle Escondido y Nuestro Hogar III de la ciudad de Córdoba? El primero es un barrio cerrado ubicado en el extremo noroeste con lotes que cuestan 80 mil dólares. El segundo, un barrio que se formó en la zona sur, pegado a un exbasural, con casas que se consiguen por menos de 500 mil pesos.

Pese a esas diferencias, tienen algo en común: multiplicaron por 10 la cantidad de electores en la última década.

En contraste, hay barrios tradicionales de la ciudad con crecimiento negativo, como el Cerro de las Rosas, San Vicente o Villa Belgrano.

Los datos surgen de una medición de Open Data Córdoba sobre circuitos electorales, que se encuentra publicada en el portal de Gobierno Abierto de la Municipalidad de Córdoba.
Allí se compara la cantidad de personas con edad de votar en las elecciones. Si bien no es un dato censal, marca una tendencia de cuántas personas mayores de 16 años tienen domicilio en los distintos sectores de la ciudad.

De acuerdo con esa comparación, el circuito electoral 11-M, que corresponde a Valle Escondido, tenía 423 electores en 2007. Una década después, son 4.742, lo que significa un aumento del 1.021 por ciento.

En la misma zona, están los circuitos 11-L, denominado Countries del Oeste, y el 14-Q- Villa Warcalde. Allí también se registraron importantes incrementos en la cantidad de electores: 175 y 75 por ciento, respectivamente.

En la misma zona, los barrios tradicionales sufrieron una baja en el padrón. El más importante es el Cerro de las Rosas, que perdió 1.688 electores en una década.

En Villa Belgrano hay 1.162 personas menos en el padrón, en Villa Centenario son 900 y en Villa Cabrera, 500.

Una lectura rápida de esos datos explica el corrimiento de habitantes desde los barrios tradicionales del noroeste hacia los barrios privados ubicados en la misma zona.

Zona sur

El otro circuito electoral donde se incrementó fuertemente la cantidad de electores es el 4-E, que 
coincide con barrio Nuestro 
Hogar III, en el extremo sur de la ciudad y a un costado de la avenida Vélez Sársfield.

En 2007 contaba con un padrón de apenas 260 electores. Para este año, están en condiciones de votar 2.596, un 900 por ciento más. Se trata de un barrio que fue tomando forma en la última década, y que sumó muchos habitantes con la radicación de Nuestro Hogar IV sobre las tierras de un exbasural.

En el padrón también se evidencia cómo impactó el traslado de villas miseria. Por ejemplo, el circuito electoral que más electores perdió fue el del aeropuerto, que bajó de 403 electores a 112.

O en Villa Bustos, ubicado en el extremo sudeste de la ciudad, que perdió más de seis mil electores en la última década. Sin embargo, los dos circuitos electorales que lo rodean engordaron su padrón.

Así, Colinas del Sur sumó más de tres mil electores, Ciudad de Mis Sueños 1.700 nuevos votantes y Villa Boedo 900.

En el este, también se ve el impacto del traslado de la villa Sangre y Sol, que se ubicaba en el circuito electoral 6-A, Bajada de Piedra: se registra un 63 por ciento menos de votantes que en 2007.

Estos movimientos deberían ser mirados con atención por el municipio, ya que reflejan cómo la ciudad se hace más extensa y, por lo tanto, más difícil de cubrirla con servicios.

Por Diego Marconetti – La Voz del Interior