Tornquist, ¿un distrito rehén de la grieta entre políticos?

La hostilidad entre el intendente Bordoni y su antecesor Trankels llegó a la Justicia con denuncias cruzadas. Muchos vecinos dicen estar hartos.

La ciudad cabecera presencia una escalada en la disputa de poder entre Gustavo Trankels y Sergio Bordoni.

Bordoni-Trankels, Trankels-Bordoni. La historia política de los últimos años en Tornquist está indudablemente signada por la pelea entre el intendente municipal Sergio Bordoni, de Cambiemos, y su antecesor Gustavo Trankels.

Históricamente enfrentados por cuestiones políticas más allá de compartir un sentimiento peronista de origen, la enemistad avanzó mientras Trankels era intendente y, Bordoni, presidente del Concejo Deliberante.

Hoy la realidad de ambos es diferente, pero las diferencias se mantienen. A tal punto que en las últimas semanas, y en pleno tiempo de descuento para las PASO, la pelea se trasladó al plano judicial, con denuncias penales cruzadas de corrupción, pago de sobreprecios y licitaciones truchas.

De ambos lados hay personas que, a su modo, toman parte del enfrentamiento. Por ello hay quienes se animan a hablar de una «grieta local» en un distrito que apenas ronda los 13 mil habitantes.

Conscientes (o no) de esto, nieguen o afirmen si la grieta existe, la pelea entre Bordoni y Trankels dista mucho de tener un punto final. Y en las calles de Tornquist ya se empieza a ver el efecto típico que este tipo de situaciones genera en la gente común: hartazgo.

“La gente está cansada de ver cómo se pelean porque cortaron los árboles de la plaza. Hoy lo que le preocupa al vecino es cómo llegar a fin de mes”, resume uno de los dirigentes que enfrentará a los sectores de Trankels y Bordoni en las PASO.

La palabra grieta, sin embargo, no gusta; es más, se evita. Por una cuestión semántica o política, pero sobre todo porque duele la idea de una sociedad dividida por los dos políticos más influyentes de los últimos años.

“Lo que está pasando no está bueno: Trankels y Bordoni tienen que disentir y discutir, pero no tiene que pasar de ahí”, reconoció otro de los referentes políticos consultados por La Nueva.

Dirigentes de entidades locales lamentan por lo bajo que se dé esta pelea. Y rescatan lo bueno: pese a la virulenta pelea, ambos dirigentes han trabajado y han colaborado con las instituciones a las que representan.

“Si hay una grieta, eso no se vio en la gestión. Los dos han hecho una buena labor en el municipio”, dijo un dirigente consultado.

A nivel electoral, las aguas están divididas: algunos creen que la disputa decantará en una clara polarización entre las listas que ambos apadrinan; otros, en tanto, estiman que la disputa perjudicará a ambos.

“En los comicios se va a juzgar lo hecho por Bordoni, no su pelea con Trankels”, arriesga un veterano periodista. El tiempo dirá.

Bordoni sobre Trankels
“Es un cadáver político”
Sergio Bordoni no anda con vueltas: para él, Trankels es lisa y llanamente “un cadáver político”; y no hay ninguna grieta en Tornquist.

“Tengo una forma distinta de hacer política. La gente sabe quién es cada uno. Acá quieren hacer una grieta y decir que fue causada por mí”, señala a “La Nueva.”.

“Soy honesto y transparente, y la gente lo sabe. No miento, y si no puedo cumplir con algo que dije, es porque los de arriba no cumplen con el compromiso que tomaron conmigo”, asegura.

En cuanto a las denuncias, señala que tiene pruebas del “robo de $ 1,3 millones”. En ese marco, el jueves se presentó espontáneamente a declarar ante la Justicia.

“La gente sabe quién es cada uno. Él (por Trankels) no lo entiende y quiere seguir gobernando”, finaliza.

Gustavo Trankels asegura que él no tiene “ningún problema” con Bordoni, aunque remarca que el hoy intendente de Tornquist lleva “todo a un plano personal”.

“Él mismo reconoció que presentó la denuncia en contra nuestra porque nosotros lo denunciamos a él por irregularidades. Dijo que nos paga con la misma moneda”, explica.

“Entonces ¿quién lleva todo esto a un plano personal y caprichoso?”, se pregunta.

Sin embargo, Trankels aclara que estas cuestiones no deben entorpecer el funcionamiento del municipio y que no es su intención hacerlo.

“Esto no es un Boca-River. Y espero que él actúe con la misma prudencia. Tenemos que tratar de separar estas cuestiones, por buenos vecinos y por los cargos que ostentamos”, dice.

– La Nueva Provincia