«Voy a jugar, muchachos; ya di mi palabra», habría pronunciado, varias veces, Florencio Randazzo frente al equipo de intendentes que lo acompaña. Es que el ex ministro de Transporte pareció despabilarse de los garrotazos que lo desacomodaron la semana pasada: primero Cristina de Kirchner armó un frente propio y luego Mario Ishii brotó como un endemoniado rival en una PASO peronista.
Detrás del alcalde de José C. Paz, que se lanzó con discurso incendiario y acto ruidoso, el randazzismo dice que se camufla el peronismo K. Sin importar qué tan cierta es esta afirmación, asumen que la primaria es inevitable. «Somos presos de nuestros pedidos» admiten luego de haber martillado sobre las virtudes de ese sistema.
En la terraza del Palacio Raggio, edificio céntrico donde tiene sus oficinas, Randazzo posó con doce intendentes bonaerenses, entre ellos Gabriel Katopodis (San Martín) y Juan Zabaleta (Hurlingham), dos blancos de los operativos de seducción de rivales del ex ministro de Interior. Esta imagen es, además, la mejor manera de espantar dos versiones feroces, una que lo daba yéndose como en 2015 a su casa sin ser candidato, y otra que pronosticaba que sus socios lo abandonaban.
Por el vínculo histórico de Zabaleta con el mundo K y por la amistad de Katopodis con Sergio Massa, la lupa siguió los movimientos de esos dos alcaldes que son, además, quienes más arriesgan desde lo territorial. Incluso, con Eduardo «Bali» Bucca (Bolívar) conforman el bloque de intendentes que de arranque apostó a Randazzo y todavía sigue ahí. Ayer el ex ministro celebró que a pesar de los sacudones no solo mantuvo a los alcaldes que venían jugando con él sino que, incluso, sumó a Francisco Echarren, alcalde de Castelli, efímero funcionario de María Eugenia Vidal.
«Es una elección difícil, vamos a tener que poner lo mejor de nosotros», habría avisado Randazzo, y perfiló cual será de aquí en adelante su hoja de ruta: ir en busca de votos peronistas y de sectores desencantados con el gobierno de Mauricio Macri. «Hay entre un 45 y un 55% de la gente que no quiere a Macri ni quiere a Cristina: ahí tenemos espacio para crecer» dijo el ex ministro y, sin ponerle nombre, terminó de definir que su rival es Sergio Massa con quien quiere salir a disputar el tercer lugar.
En la reunión con los intendentes se habló de una proyección de 20% lo que, a simple vista, suena pretencioso ya que no hay encuesta en la que Randazzo supere el 10%. En ese sentido, el ex ministro renunció, en cierto modo, a seducir votantes que simpatizan con Cristina. Una última ilusión, peregrina, es que la ex presidenta no compita, con lo que podría atraer voto K. Pero con la ex mandataria al frente de una boleta, de ese nicho electoral no rescataría ni migas.
Con nuevo ruteo político y electoral, el ex ministro sale a buscar votos en la avenida del medio donde tuvo su momento de gloria Massa. «Al sumar a Margarita, Sergio aleja a los peronistas», teorizan los randazzistas. Incluso, en el randazzismo afirman el trigrense incentivó a Ishii para meterse en la primaria del PJ y que el intendente cuenta con asistencia de La Plata. La pelea bonaerense se convirtió en un juego de sombras chinas donde no queda claro quien es quien.
En tanto, Ishii, desde José C. Paz, confirmó que le dará batalla a Randazzo y como indica el manual de la política, aseguró que le ganará en las primarias del PJ mientras Randazzo se mostró con sus alcaldes aliados, los cuales son Germán Lagos (Alberti), Jorge Cortez (Irigoyen), Marcelo Santillán (Chávez), Alfredo Fisher (Laprida), Ricardo Casi (Colón), Marcelo Dalessandro (Colón) y Marcos Fernández (Monte Hermoso) que más Katopodis, Zabaleta, Bucca, Echarren y Walter Torcchio (Casares), que no fue pero mandó a su gente, suman doce mientras Massa tiene 11 y los asociados a Cristina llegan a 36.
– el Intransigente