Y es la tercera ciudad con mayor nivel de pobreza en el país.
Expertos apuntan a la presión impositiva y, también, a posibles problemas en la muestra.
A fines del año pasado, el Indec midió los niveles de pobreza e indigencia en los 31 mayores conglomerados urbanos del país, donde viven alrededor de dos tercios de los argentinos. Y decidió que, por primera vez, mostraría los números en forma desagregada. Es decir, ciudad por ciudad. Hasta entonces, los datos nacionales sólo se desagregaban por regiones geográficas.
Esos datos se conocieron ayer. Y en Córdoba cayeron como un baldazo de agua fría: el cuadro social en el Gran Córdoba, una mancha urbana en la que viven 1,52 millones de personas, expuso, en el segundo semestre del año pasado, el peor cuadro social del país, tras sumar la mayor tasa de indigencia y la tercera mayor tasa de pobreza de la Argentina. Siempre considerando la cantidad de personas afectadas (Indec también estima la cantidad de hogares pobres e indigentes), Córdoba comparte el podio con Concordia (Entre Ríos) y con Santiago del Estero, dos lugares casi clásicos para la pobreza.
En la capital provincial y sus localidades suburbanas hay casi 618 mil personas cuyos ingresos no les permiten adquirir una canasta de alimentos y servicios que el Indec considera el umbral mínimo de una vida fuera de la pobreza. De ese universo, algo más de 453 mil son pobres y casi 165 mil son indigentes, con ingresos que no les permiten comprar ni siquiera la canasta alimentaria básica, sin servicios. Juntos, representan el 40,5 por ciento de la población. Esa es la pobreza. Como parte de ella, los indigentes son el 10,8 por ciento.
Con estas cifras, la población indigente de Córdoba es mayor que la del promedio del país (6,1%) y el promedio pampeano (6,7%) y triplica a la del Gran Rosario (3,8%).
En cuanto a la población pobre (que incluye a los indigentes), a Córdoba sólo la superan Santiago del Estero-La Banda (44%) y Concordia (43,6%). El 40,5 de Córdoba supera con creces el promedio nacional (30,3) y el de la región pampeana (30,5%) y es muy superior a la de Rosario (26,7). La tasa rosarina es “apenas” dos tercios de la tasa cordobesa.
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En Río Cuarto, la otra “mancha urbana” que mide el Indec en Córdoba, la pobreza afectó al 29,2 por ciento de sus habitantes, algo por debajo del promedio pampeano. En tanto, la indigencia se ubica en siete por ciento, también muy cerca del promedio pampeano.
¿Por qué?
¿Cuáles son las razones por las que el Gran Córdoba llega a mostrar semejante situación?
Las respuestas distan de ser contundentes. Diego Dequino, director del Instituto de Investigaciones de la Bolsa de Comercio, recomienda revisar los datos. “Me llama la atención el coeficiente de variabilidad tan elevado. En 2014, por ejemplo, el Cippes hizo un estudio con una canasta de precios propia y datos de ingresos de los hogares de Indec que daba un 30 por ciento de pobreza en Córdoba, con un 29 por ciento en el país. La UCA también da valores similares. De golpe, es difícil explicarse que el dato de Córdoba sea 25 por ciento superior al nacional o 50 por ciento superior al de Rosario”, sostuvo.
Gerardo García Oro, economista del Ieral de Fundación Mediterránea abocado a temas sociales, también advierte sobre cuestiones metodológicas. “A veces, buscando brindar un mayor nivel de detalle, se pueden desagregar datos hasta un punto en que ya se afecta la muestra. Y eso genera algunas dudas”. El experto dice que, entre otras cosas, habrá que estar atentos para ver, en todo caso, un promedio anualizado de los valores de la pobreza y de la indigencia en Córdoba, dado que es probable que muestren una variabilidad importante”.
González Oro también expresa sorpresa porque otras series estadísticas, como la de desempleo o de niveles salariales, no muestran una debacle en comparación con datos nacionales, lo que debería suceder para que la pobreza creciera tanto en términos comparativos.
Pablo Gallo es director del centro de estudios Cippes y remarca lo que a su juicio es más importante: “Por suerte ya no discutimos más que la pobreza es mucha y está en torno a un tercio de la población: los datos de la UCA, de Indec o de centros como Cippes muestran lo mismo. Ahora ya sabemos: es un piso altísimo. Y llegó el momento de decidir qué vamos a hacer para mejorar”.
En cuanto a los datos de Córdoba, Gallo propone algunas posibles explicaciones. Cuenta que el Cippes ha relevado precios de alimentos más altos en Córdoba que en el norte argentino o en el Chaco, por ejemplo, pese a que se producen más aquí que allá. “Córdoba es cara. Y si los alimentos son caros, entonces la canasta lo es, el poder de compra de los hogares es menor y habrá más hogares pobres”, sostiene.
“Tal vez se deba a una cuestión de presión fiscal, con impuestos de mucho impacto en los precios finales, como Ingresos Brutos. Para mí, estos datos son una señal de que ya es imprescindible que Córdoba empiece a revisar su estructura de impuestos. Si no, la situación puede no mejorar”.
– La Voz del Interior