Según un informe del Indec, que releva los datos correspondientes al segundo semestre de 2016, el Gran Córdoba es el tercer aglomerado urbano más pobre del país, con 40,5 por ciento de incidencia de pobreza, solo detrás de Santiago del Estero-La Banda (44,0 por ciento ) y Concordia (43,6 por ciento); y el primero en relación al porcentaje de incidencia, con 10,8 por ciento.
Mientras todo el mundo repite como loro la situación de pobreza e indigencia del Conurbano Bonaerense, las cifras del Indec dejan sorpresas dignas de hacernos voltear para prestarles atención. Tal es el caso de la industrial, académica y siempre brillante Córdoba.
¿Qué pasó allí? El informe distribuido este martes por el Indec sobre el área metropolitana norte, «La Docta», en donde viven un millón y medio de personas, llegó en el segundo semestre a opcupar las peores cifras de indigencia del país y algunas de las peores posiciones en pobreza. Considerando la cantidad de personas afectadas (Indec también estima la cantidad de hogares pobres e indigentes), Córdoba comparte los primeros lugares con Concordia (Entre Ríos) y con Santiago del Estero, dos lugares casi clásicos para la pobreza.
Los datos de Córdoba
En la capital cordobesa y sus localidades suburbanas hay más de 453 mil personas cuyos ingresos no les permiten adquirir una canasta de alimentos y servicios que el Indec considera el umbral mínimo de una vida fuera de la pobreza.
En esa misma zona viven casi 165 mil indigentes cuyos ingresos no les permiten comprar ni siquiera la canasta alimentaria básica, sin servicios. Juntos, representan el 40,5 por ciento de la población. Esa es la pobreza. Como parte de ella, los indigentes representan el 10,8 por ciento de la indigencia.
El dato no se puede comparar con registros anteriores, ya que en los últimos años del kirchnerismo la inflación estuvo subestimada por el Indec, lo que «disimuló» una enorme cantidad de pobres. Tampoco con la primera medición de Cambiemos, porque el propio Indec dijo que el dato trimestral publicado a fines del año pasado no es comparable con el publicado ayer. Ese informe indicaba que la pobreza nacional era del 32,2 por ciento. En la Región Pampeana era del 32,6 (no se dieron a conocer en esa oportunidad los conglomerados urbanos por separado).
Con estas cifras, la población indigente de Córdoba es mayor que la del promedio del país (6,1%) y el promedio pampeano (6,7%) y triplica a la del Gran Rosario (3,8%).
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En cuanto a la población pobre (que incluye a los indigentes), a Córdoba sólo la superan Santiago del Estero-La Banda (44%) y Concordia (43,6%). El 40,5 de Córdoba supera con creces el promedio nacional (30,3) y el de la región pampeana (30,5%) y es muy superior a la de Rosario (26,7). La tasa rosarina es «apenas» dos tercios de la tasa cordobesa.
En Río Cuarto, la otra «mancha urbana» que mide el Indec en Córdoba, la pobreza afectó al 29,2 por ciento de sus habitantes, algo por debajo del promedio pampeano. En tanto, la indigencia se ubica en siete por ciento, también muy cerca del promedio pampeano.
¿Por qué Córdoba?
El diario cordobés La Voz indagó en torno a las causas de que hoy esa provincia esté en el foco de los análisis. Algunos analistas prefieren -aun hoy, con el Indec saneado- no creer en las cifras.
Por ejemplo, Diego Dequino, director del Instituto de Investigaciones de la Bolsa de Comercio, recomienda revisar los datos. «Me llama la atención el coeficiente de variabilidad tan elevado. En 2014, por ejemplo, el Cippes hizo un estudio con una canasta de precios propia y datos de ingresos de los hogares de Indec que daba un 30 por ciento de pobreza en Córdoba, con un 29 por ciento en el país. La UCA también da valores similares. De golpe, es difícil explicarse que el dato de Córdoba sea 25 por ciento superior al nacional o 50 por ciento superior al de Rosario», sostuvo.
González Oro también expresa sorpresa porque otras series estadísticas, como la de desempleo o de niveles salariales, no muestran una debacle en comparación con datos nacionales, lo que debería suceder para que la pobreza creciera tanto en términos comparativos.
Pablo Gallo es director del centro de estudios Cippes y remarca lo que a su juicio es más importante: «Por suerte ya no discutimos más que la pobreza es mucha y está en torno a un tercio de la población: los datos de la UCA, de Indec o de centros como Cippes muestran lo mismo. Ahora ya sabemos: es un piso altísimo. Y llegó el momento de decidir qué vamos a hacer para mejorar».
En cuanto a los datos de Córdoba, Gallo propone algunas posibles explicaciones. Cuenta que el Cippes ha relevado precios de alimentos más altos en Córdoba que en el norte argentino o en el Chaco, por ejemplo, pese a que se producen más aquí que allá. «Córdoba es cara. Y si los alimentos son caros, entonces la canasta lo es, el poder de compra de los hogares es menor y habrá más hogares pobres», sostiene.
«Tal vez se deba a una cuestión de presión fiscal, con impuestos de mucho impacto en los precios finales, como Ingresos Brutos. Para mí, estos datos son una señal de que ya es imprescindible que Córdoba empiece a revisar su estructura de impuestos. Si no, la situación puede no mejorar», completó.
– MDZ on line