Internas y aumento de tensiones
Antes de las internas abiertas que se celebrarán en agosto, internas más cerradas se recalientan hacia el interior de los frentes políticos. Son las pugnas por los más privilegiados lugares en las listas de concejales y diputados provinciales, que ya emergen a esta altura a pesar de que se oficializarán recién en junio. Las de la alianza Cambiemos revisten la conflictividad más visible por ser el oficialismo gobernante, aunque no por eso dejan de rutilar las del Frente Renovador y las del Frente para la Victoria, donde dirigentes de cada vertiente ya están listos para salir con sus proclamas a escena.
Si bien el intendente, Julio Garro, enfatizó en su primer encuentro de gabinete ampliado que en su gobierno hay representación de “todas” las líneas de Cambiemos tras la incorporación de un secretario peronista y tres radicales a su gestión, el escenario oficialista se muestra cargado de una fuerte tensión. A nivel local, muchos afirman que el jefe comunal buscará ocupar los primeros lugares de la nómina de concejales con nombres “puros”; a nivel seccional, si bien se trata de una lapicera que empuñará la Gobernadora, la competencia recala inexorablemente en los acuerdos locales.
En este marco, además de pelear por su lugar dentro de la alianza, el radicalismo oficialista plantea sus propias pujas internas, dado que en los incipientes ensayos de posibles repartos y compensaciones para la representación de cargos electivos, las distintas vertientes avizoran que no habrá lugar para todos. Por citar ejemplos, se dice que el actual diputado del alfonsinismo Diego Rovella buscaría su reelección, pero será un lugar que también aspiraría a ocupar el salvadorismo, que en La Plata impulsaría al concejal y presidente de la Junta Central, Claudio Frangul.
Pero la UCR mantiene abierta hacia su interior otra grieta que va aumentando su profundidad: la que divide al oficialismo partidario del sector de los discrepantes ex precandidatos radicales Sergio Panella, Claudio Pérez Irigoyen y la edil Florencia Rollié, quienes, tras haber peleado la interna del año pasado junto a otros dirigentes, no sólo blanquearon ahora sus intenciones de competir en las PASO sino que esta semana volvieron a manifestar fuertes críticas a la gestión municipal.
Pero si bien este grupo de radicales críticos viene cuestionando al intendente Garro desde poco después de su asunción, con el reciente ingreso de tres radicales al gabinete, sus duras observaciones a una gestión en la que la UCR local está aún más involucrada provoca una incomodidad adicional.
En el Frente Renovador marzo arrancó mostrando las tensiones guardadas hasta ahora bajo la alfombra. Dirigentes que se oponen a la línea liderada por el diputado Juan Amondarain reclaman “autocrítica” por las cinco listas que en las anteriores PASO provocaron fuertes enfrentamientos y también reglas claras sobre el acuerdo con los dirigentes del GEN. Le pedirán a Sergio Massa una “unidad equitativa” o poder competir en una interna. De esta partida son Carlos Melzi, Raúl Pérez, Hugo Mársico y Oscar Vaudagna.
Pies de plomo mantienen en tanto los principales dirigentes locales del PJ. Porque mientras el bruerismo, el kirchnerismo y un sector del sindicalismo sostienen fluidas conversaciones para una mutua conveniencia, admiten que el esquema de unidad local será casi “imposible”. Atentos a las señales de Cristina Fernández y de Florencio Randazzo, saben que un sector de La Plata identificado con el ex ministro y algunos intendentes del grupo Esmeralda podrían alentar la idea de que el peronismo “resetee” los propios alineamientos de sus grupos y ofrezca en agosto dos posibilidades locales.
Nada es definitivo. Son tiempos de borradores y expectativas.
Por LAURA ROMOLI – El Día