María Eugenia Vidal busca seguir acumulando poder territorial con la llegada de jefes conunales del peronismo. Y ayer trascendió fuerte la posibilidad de que el intendente de Carlos Casares, Walter Torchio, firme el pase al equipo de Cambiemos.
La versión tomó cuerpo en sintonía con la visita de la mandataria a los cercanos Chivilcoy y Chacabuco, comunas controladas por el massismo y la UCR, respectivamente. También, tras la reunión que Torchio mantuvo en las últimas horas con el viceministro del Interior de la Nación, Sebastián García de Luca.
Cambiemos ya logró sumar a Ismael Passaglia (San Nicolás), Hernán Bertellys (Azul), Carlos Berterret (Coronel Pringles) y Adrián Sánchez (Exaltación de la Cruz). Pero además, a Joaquín De la Torre (San Miguel) que ahora es ministro de Gobierno.
Con el objetivo de dotar de mayor despliegue territorial al oficialismo, Vidal coquetea además con los alcaldes de Ezeiza (Alejandro Granados) y de José C. Paz (Mario Ishii), aunque en rigor estos dos barones del Conurbano podrían terminar encabezando un armado electoral por fuera de la estructura peronista con la misión de restarte votos al PJ. Incluso, se habla de que podrían utilizar el Partido Celeste y Blanco, la estructura a la que supo echar mano Francisco De Narváez.
Más allá de las especulaciones, Vidal sostuvo ayer que “un año” de gestión “no alcanza para cambiar lo que no funcionó durante más de veinticinco, pero todos los días damos un paso adelante”, al visitar Chivilcoy y Chacabuco.
Vidal asistió a la planta principal de bombeo de agua de Chivilcoy acompañada por García de Luca; el presidente de Aguas Bonaerenses (ABSA), Rafaelle Sardella; los subsecretarios de Gobierno y Asuntos Municipales, Alex Campbell; y de Infraestructura Hidráulica, Rodrigo Silvosa; y el intendente Britos.
– El Día