De Gobernadora impensada a pieza clave de Cambiemos

Tras derrotar en las urnas al peronismo, Vidal se convirtió en una referente a nivel nacional de la fuerza

Desde su asunción en la Provincia, Vidal se convirtió en una de las figuras más rutilantes del nuevo ciclo político

María Eugenia Vidal se ha convertido, desde que protagonizó el histórico triunfo electoral frente al peronismo en la Provincia, en un eslabón fundamental de la estructura de Cambiemos. Con altísimos niveles de popularidad en todas las encuestas, se perfila -aún sin ser candidata, naturalmente- como portadora del mayor capital político para enfrentar el decisivo proceso electoral de este año.

El puntapié inicial fue la excelente perfomance electoral de 2015, cuando, sorpresivamente, Vidal logró derrotar al peronismo en su principal bastión electoral. No sólo se impuso por amplio margen en el interior, sino que superó en cantidad de votos al Frente para la Victoria en varios distritos del Conurbano bonaerense.

Desde entonces, Vidal se ha convertido en la figura más rutilante y novedosa del nuevo ciclo político.

A partir del 10 de diciembre de 2015 empezó a construir una gestión con su propia impronta, asegurándose acuerdos políticos -sobre todo con el massismo- para avanzar con las leyes que se propuso en la Legislatura. Mostró flexibilidad, también, para incorporar a figuras del PJ, especialmente a intendentes como Mario Ishii y Alejandro Granados.

Ese acuerdo de gobernabilidad con el massismo, a quien entregó el control de la Cámara de Diputados el primer año de su gestión, le valió no pocos cuestionamientos internos.

Buscó cambiar la lógica de negociación con los gremios estatales al acordar sobre el final del año una pauta salarial para todo el 2017, aunque sometida a una cláusula de revisión de acuerdo con las mediciones del Indec.

Enfrentó algunos corcoveos del radicalismo -que no se siente del todo representado en el gabinete- y tuvo momentos de tensión con Elisa Carrió, cuando la líder de la Coalición Cívica reclamó la renuncia del jefe de la Bonaerense, Pablo Bressi.

Las tensiones con Carrió lograron despejarse luego de una cena que la Gobernadora compartió con “Lilita” en la casa que la diputada nacional tiene en Exaltación de la Cruz. Luego de ese encuentro, Carrió no volvió a mencionar a Bressi, quien venía de ser blanco habitual de sus críticas.

LEYES CLAVES

El armado político en la Legislatura fue clave para avanzar con iniciativas como la reforma administrativa, a la que Vidal asigna una especial importancia, y con el endeudamiento que le permitiría poner en marcha un ambicioso plan de obra pública.

En la Cámara de Diputados y el Senado, en el año que transcurrió desde el desembarco de Vidal en la Gobernación se logró la sanción de leyes de peso que fueron presentadas desde Cambiemos como producto de un cambio de época en la política.

El límite a las reelecciones indefinidas de los intendentes que se votó en 2016 con el impulso de Cambiemos y el Frente Renovador promete terminar con la eternización en el poder de los “caciques”.

En tanto, la sanción de la denominada “ley de paridad” -para que las listas de candidatos deban estar integradas en igual proporción por hombres y mujeres- también promete traer otro cambio sustancial a la vida política bonaerense, acorde al cambio de época que llegó de la mano de la primera mujer al frente de la gobernación de la provincia más importante del país.

Hacia fin de año, la mandataria provincial se anotó otro triunfo en materia legislativa cuando logró la sanción de los proyectos de Presupuesto y Ley Impositiva 2017, con la polémica autorización para tomar endeudamiento este año por unos 52 mil millones de pesos.

Las leyes se trataron en las últimas sesiones del año en la Cámara de Diputados y el Senado luego de una extensa negociación en la que Vidal ratificó su alianza con el Frente Renovados y su diálogo cada vez más fluido con los intendentes del denominado “Grupo Esmeralda”, los interlocutores favoritos de la Gobernadora dentro del peronismo.

En materia institucional, Vidal logró el objetivo de designar a un hombre de su propio riñón (como Julio Conte Grand) al frente de la Procuración de la Corte. Fue el corolario de un largo proceso de negociación para lograr la salida de María del Carmen Falbo de ese lugar estratégico de la Justicia bonaerense

– Diario Río Negro