Si bien el Ejecutivo nacional pretende avanzar con cambios tributarios, las dificultades fiscales en algunos distritos se transforman en obstáculo para el nuevo ministro de Hacienda.
La promesa del designado ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, de bajar más que el 4,2% presupuestado el déficit fiscal para este año, como se lo encomendó el presidente Mauricio Macri, está supeditado en términos de recursos a los fondos provenientes del blanqueo de capitales y, en términos políticos, las necesidades del oficialismo en las que serán las elecciones legislativas de medio término.
También ese segundo elemento condicionará, por no decir que postergará hasta mejores fechas, cualquier cambio sustancial en el régimen de impuestos entre la Nación y las Provincias, incluida una eventual reducción de empleados públicos en los distritos, aun cuando ello sea un objetivo estratégico de la Casa Rosada, incluidas las postergadas modificaciones, desde la reforma constitucional de 1994, del régimen de Coparticipación Federal de impuestos.
“Todo está en pañales. Hay que esperar para las definiciones de fondo”, dijo a este diario una fuente cercana al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, a cargo de la relación política y económica con los gobernadores, al tiempo que el cuarto funcionario en las decisiones económicas, después de la mesa chica que conforman Macri, su jefe de Gabinete, Marcos Peña y sus vicejefes, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.
Un alto funcionario de esa cartera, por su parte, dijo que la directiva presidencial es impulsar cambios en las provincias a los impuestos al patrimonio (autos e inmuebles), bienes personales y régimen de coparticipación, pero que nada de ello se hará precipitadamente en un año electoral como el actual.
Para probar esta afirmación dijo que hubo una reunión con las provincias en noviembre pasado, antes de la renuncia de Alfonso Prat Gay y de la negociación por los cambios en Ganancias, pero que no habrá otro sino hasta entrado febrero.
Durante enero, dijo, sólo habrá visitas técnicas a “provincias más difíciles”, no sólo en lo político sino también en lo fiscal, desde Tierra del Fuego y Santa Cruz hasta Formosa.
Racionalidad, pero con sensibilidad
Las especulaciones alrededor de un fuerte ajuste fiscal en las Provincias impulsado por la Nación tomaron vuelo después del anuncio del viernes pasado en el que en conferencia de prensa el sucesor de Prat Gay, si bien descartó un ajuste mayor este año, dijo que buscaría reducir el déficit respecto del 4,2 presupuestado, en base a mayores posibles ingresos y mayor “racionalización” del gasto público en la administración nacional.
No incluyó entonces a las Provincias, aunque ante una pregunta acerca de si planeaba reducir a la mitad la cantidad de empleados públicos nacionales, como lo sostuvo en alguno de sus artículos de opinión periodísticos, Dujovne aseguró: “De ninguna manera es una visión…. y es algo que nunca lo he expresado. A nivel nacional no nos sobra ningún empleado”.
Pero dijo en cambio que en las Provincias “no se generó más empleo” y utilizando una “lógica muy perversa para las incorporaciones masivas en el sector público, se aumentaron impuestos. Aspiro a que las provincias sean más austeras”, aunque sin descuidar la “situación social”.
“En las provincias, el empleo público ha jugado un rol de remplazo del empleo privado, que no se ha creado. La Argentina hoy, lamentablemente, tiene una tasa de desempleo muy grande, del 8,5% del PBI. Queremos que las provincias sean más austeras en lo fiscal, pero que también cuiden la situación social. Cuando el sector privado genere empleo de calidad y de cantidad, no va a ser necesario seguir aumentando el empleo público en las provincias”.
A la especulación sobre un fuerte ajuste en las cuentas provinciales, también contribuyó el Presidente, cuando en declaraciones periodísticas desde su descanso en Villa La Angostura dijo que Dujovne impulsaría cambios en impuestos como Ganancias e IVA, que son coparticipables
Horacio Serafini – Corresponsalía Buenos Aires – Los Andes