El conflicto por el traslado de minerales hacia la planta de Casposo escaló con una movilización ciudadana que llegó a manos de Marcelo Orrego. Mientras un sector de la comunidad y los concejales rechaza el paso por Villa Calingasta, Casemica impulsa alternativas viales y advierte que la demora pone en riesgo inversiones, empleo y obras clave para el departamento.
El departamento de Calingasta se encuentra en el centro de un intenso debate sobre el traslado de minerales desde el proyecto Hualilán (Ullum) hasta la planta de procesamiento en Casposo (Calingasta), una actividad fundamental para reactivar la economía local. El conflicto central gira en torno a la ruta que tomarán los convoyes de camiones.
La controversia se originó, según Alfredo Amín, socio fundador e integrante de la Cámara de Servicios Mineros de Calingasta (Casemica), por un «problema comunicacional» inicial. Aunque Casemica se declara «absolutamente prominera,» entendieron que el paso por la plena Villa de Calingasta generaba malestar y no era la solución.
La preocupación comunitaria llevó a Casemica a presentar propuestas alternativas. Una de ellas fue permitir el paso temporal (por dos meses) con garantías de seguridad, incluyendo la zonificación de la zona de conflicto y la colocación de fuerzas policiales o Gendarmería con garitas, con la condición de que los camiones pasaran cada 42 minutos. Esta medida buscaba asegurar el comienzo de la actividad, que representa puestos de trabajo y desarrollo.
Sin embargo, esta moción, presentada en una audiencia pública en Barreal y apoyada por el intendente en ese momento (Sebastián Carbajal), resultó en una negativa total por parte de los asistentes.
Cruce de sectores: el Puntudo como opción necesaria
Las divisiones en torno a la ruta han sido claras. Si bien la sociedad en general se opone al tránsito por la villa, la necesidad de poner en marcha la actividad económica ha empujado a diversos dirigentes a buscar soluciones rápidas, aun si implican el uso de caminos que requieren mejoras.
El sector minero y de servicios (representado por Casemica) impulsó activamente alternativas para evitar la zona de conflicto. Amín relató que se propuso utilizar una huella de cantera y una finca privada cerca de la ribera del río, que no requiere pasar por la villa.
Paralelamente, surgió la propuesta de utilizar el camino de El Puntudo. Amín, junto al diputado departamental Jorge Castañeda, recorrieron la ruta de manera privada, tomando nota de los kilómetros y las mejoras necesarias, y presentaron esta propuesta al gobierno. El camino del Puntudo conecta con la Ruta 436 (camino de Iglesia), y si bien la huella está complicada, se necesitan invertir fondos, principalmente en 9 km del trayecto.
En cuanto al puente, Casemica informó que la empresa Hualilán (por medio de Sonia Delgado) se comprometió a gestionar un puente Bailey prestado por el Ejército Argentino, o bien, a adquirir o alquilar uno de los puentes que dejará de usar la minera Pachón.
Movilización ciudadana: Mil firmas para el gobernador
En medio de la controversia, la necesidad de reactivar la minería y asegurar puestos de trabajo impulsó una acción ciudadana significativa. Emiliano Caballero, miembro de Casemica, lideró la recolección de aproximadamente 1000 firmas de distintas localidades del departamento.
Estas firmas fueron entregadas al gobernador Marcelo Orrego, solicitando su intervención para avanzar en la resolución del conflicto y dar inicio a la actividad minera, siempre y cuando se respeten las leyes y se garantice que el tránsito no pase por Villa Calingasta.
La oportunidad del fideicomiso y los puestos de trabajo
Para Amín, la clave está en la sensatez y en no poner trabas a la única mina que estaría por comenzar a producir, especialmente en un contexto económico complejo. El inicio de la actividad es crucial porque genera empleo (más de 200 puestos de trabajo directos que dependen de que Casposo pueda procesar el mineral de Hualilán).
Además, la operación conjunta tiene un impacto económico incalculable para el desarrollo del departamento a través del Fideicomiso minero. Amín comparó la importancia de este fondo con las obras que Casposo financió en el pasado (luminarias, obras de OSSE, centros culturales y repavimentación).
En una reunión reciente, el Ministro de Minería planteó que existe una «casi seguridad» de que Calingasta podría compartir el 50% del fideicomiso de Hualilán mientras el mineral se procese en la planta de Casposo. Este fondo representaría cientos de millones de dólares para obras de infraestructura en Calingasta durante los próximos tres años.
Amín concluyó que, si el paso se habilita de forma temporal por el puente mientras se arma la alternativa (El Puntudo o el puente Bailey), Calingasta podría gozar de esta inversión millonaria, lo cual es fundamental para una provincia con una recaudación de impuestos deteriorada. «Tenemos que ser responsables, serios y no desaprovechar una oportunidad única que tenemos hoy día en Calingasta para desarrollarnos todos»