| El metano se coló en el debate
Por Héctor Huergo Hoy con ganas de entrometerme en el escatológico tema de las emisiones de metano entérico de las vacas. Estamos en el medio de un lindo alboroto, generado por una diputada kirchnerista, Lucía Klug, de la provincia de Buenos Aires con su proyecto de ley para meterle una tasa a los eructos y flatulencias bovinas. Obviamente, con fines recaudatorios, bajo la pátina del loable objetivo de la mejora del medio ambiente. Por supuesto, todo el agro se puso en pie de guerra. Mark Twain decía: “tiemblo cuando sesiona el legislativo. Alguna libertad, o alguna propiedad, está corriendo riesgo”. Se siente una nueva espada de Damocles blandiéndose ahora sobre el cuello de los ganaderos. La reacción ha sido generalizada y difícilmente el proyecto prospere. La cuestión es que, en el fragor, las redes se llenaron de insultos de todos los colores y olores. Dije que voy a entrometerme. Me parece que hay que dejar en claro algunas cuestiones, porque no es un tema menor. Guste o no, el tema está en agenda en todo el mundo. La batalla comunicacional tiene por ahora un claro ganador, que es el eficaz menjunje de la ignorancia con los prejuicios y las emociones fáciles. Se mezclan cuestiones éticas, como el bienestar y el derecho de los animales, con la atendible cuestión del cuidado del medio ambiente. El primer punto en el que hay que ponerse de acuerdo es si existe o no el fenómeno del cambio climático. Es el tema de base. Hay muchos, en lo más granado de la inteligencia del sector agropecuario, que lo niegan de plano, más allá de las evidencias acumuladas por la ciencia sana. Por supuesto que la cuestión está ideologizada, que aprovecha la bolada para meter un discurso anti capitalista extremo. Pero reaccionar tildando a todo el que se preocupe por este tema de “comunista” es un error grave. No todos vienen a contramano. El cambio climático existe y la cuestión es atender el origen, intentar frenarlo, ver si es posible revertirlo y mientras tanto, mitigar sus consecuencias. Si lo miramos con esta óptica, pronto veremos que para el agro es una gran oportunidad. Acaba de finalizar la cumbre ambiental COP30 en Belem do Pará, en el norte de Brasil. Allí hubo una gestión espectacular del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura. Bajo la conducción del argentino Manuel Otero, que en enero próximo finaliza su mandato, el IICA vino participando en las últimas COP muy activamente, para instalar que la agricultura americana es diferente. Los nuevos avances tecnológicos, que combinan prácticas de protección de los suelos y el aire, con el impulso a la siembra directa y la biotecnología, han permitido reducir el consumo de energía (que es CO2 fósil que va al aire). La intensificación de la agricultura, con uso racional y eficiente de los fertilizantes, permite capturar más CO2 en el proceso de producir más alimentos y bioenergía. La bioenergía sustituye a las fuentes fósiles, que son las que agregan carbono a la atmósfera. Es la fotosíntesis, estúpido, le diría a Bill Clinton. Es la habilidad de las plantas de capturar CO2 y convertirlo en alimentos, para lo que usa la energía solar. Pero una parte importante de esa fotosíntesis, va a alimentar rumiantes. Y los rumiantes (vacas de carne, lecheras, ovinos, caprinos) no saben hacer fotosíntesis. En el proceso de convertir los fotosintatos en proteínas animales, tienen la costumbre de emitir CO2 (como los humanos y todo ser que respira) y acometen la grosería de eructar metano y lanzar algún vientecillo. Aquí está el tema. La cuestión es el metano, que permanece diez años en la atmósfera antes de convertirse en alimento de las plantas (CO2). En ese “mientras tanto”, tiene un efecto 20 veces más fuerte que el CO2 como gas de efecto invernadero. Es al cohete querer resolver esto con impuestos. Pero sí es posible modificar la ecuación, para lo cual todos los nutricionistas serios del mundo están trabajando. Por supuesto que hay un gigantesco negocio atrás de esto, con grandes laboratorios lanzando aditivos al mercado, y profesionales que buscan la forma de lograr más kilos de producto con menos emisiones.
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