Un informe oficial de la Secretaría de Minería reveló que la cal industrial se convirtió en un insumo indispensable para la producción de litio en los salares del norte argentino. Su uso, necesario en volúmenes superiores a otras materias primas, redefine la cadena de valor y posiciona a provincias como San Juan como actores estratégicos en el futuro energético nacional.
Argentina atraviesa una etapa clave en la consolidación de su matriz minera y energética. Mientras el litio, el cobre y el oro concentran la atención global por su papel estratégico en la transición energética, un insumo menos visible emerge como pieza fundamental para el funcionamiento de toda la cadena de valor: la cal industrial. Su rol, hasta ahora subestimado, resulta decisivo para la producción de litio, especialmente en los salares del noroeste del país.
La actualización 2025 de la base oficial de Recursos y Reservas Minerales de la Nación, presentada por la Secretaría de Minería, confirmó que Argentina posee un enorme potencial en minerales críticos. El litio registra 197,9 millones de toneladas de recursos y 18,6 millones de toneladas en reservas; el oro, 138,4 millones de onzas en recursos; el cobre, 116 millones de toneladas; la plata, más de 3.800 millones de onzas en recursos; y el uranio, 36.483 toneladas. Con estos números, la actividad ya representa el 4 por ciento de las exportaciones nacionales y podría cuadruplicarse para 2030.
El insumo que sostiene la producción de litio en los salares del norte
A pesar de este panorama, ningún recurso energético ni metal estratégico puede extraerse sin un insumo que ha adquirido protagonismo: la cal. Su uso es esencial en el proceso de tratamiento de salmueras ricas en litio, ya que permite regular el pH, precipitar impurezas como magnesio o sulfatos y optimizar la eficiencia química de los reactivos utilizados en etapas posteriores.
Las cifras del sector son contundentes. Para producir una tonelada de carbonato de litio se necesitan entre 8 y 10 toneladas de cal industrial. Este dato revela el peso logístico, económico y operativo del insumo, cuya disponibilidad define no solo la eficiencia técnica, sino también la viabilidad de los proyectos ubicados en la Puna.
Además de mejorar la pureza del recurso, la cal actúa como purificadora del proceso, reduciendo costos operativos y permitiendo alcanzar un estándar de calidad internacional. Por ello, las provincias con tradición calera, como San Juan, avanzan en convertirse en proveedores estratégicos para los desarrollos litíferos de Salta, Jujuy y Catamarca.
Un recurso decisivo para la transición energética
Sin cal, la minería del litio sería inviable en la escala que hoy exige el mercado global. Su intervención en la purificación de las salmueras y en la optimización del proceso productivo coloca a este insumo en un rol central dentro de la transición energética. En un país que aspira a convertirse en uno de los grandes exportadores de minerales críticos, la cal se convierte en un aliado técnico indispensable.
Mientras Argentina se posiciona como un actor relevante en el mercado internacional de minerales, la mirada sobre la cal —un recurso abundante en el país— se vuelve cada vez más estratégica. Ni oro, ni litio ni petróleo: el futuro energético argentino depende también de este insumo fundamental que sostiene, desde las bases, el desarrollo de una de las industrias más prometedoras de la década