La producción convencional de petróleo y gas en Argentina en general pero en las cuencas santacruceñas en particular enfrenta una tormenta perfecta: el informe reciente de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH) alerta sobre la disminución de reservas comprobables en los campos maduros del país.
Al mismo tiempo, los datos de la Secretaría de Energía muestran cómo la perforación en la Cuenca del Golfo San Jorge se desplomó. A ello se le suma un tercer factor: la International Energy Agency (IEA) proyecta una sobreoferta mundial de crudo para 2026 que presionara a la baja el precio del barril.
Esta combinación expone al mercado interno argentino a riesgos crecientes de escasez, mayor dependencia externa y presión sobre costos y abastecimiento.

Reservas convencionales: el corazón productivo que se debilita
Según la CEPH, las reservas probadas de petróleo convencional alcanzan cerca de 1.450 millones de barriles –en el caso de crudo pesado equivale a la demanda de tres años de demanda del parque refinador argentino– y las de gas convencional suman aproximadamente 140.000 millones de m³, lo que cubriría unos ocho años de demanda interna.
El informe destaca que, aunque los recursos no convencionales crecen, el petróleo pesado del sur y el gas de cuencas maduras siguen siendo esenciales para el abastecimiento del país. En particular, se advierte que:
“La explotación convencional tiene márgenes de rentabilidad casi nulos o negativos, con costos operativos muy elevados y precios de venta que se han reducido en los últimos meses”.
Este debilitamiento de las reservas presupone menor oferta en el mediano plazo, lo que puede afectar la seguridad energética, los ingresos provinciales y la estabilidad del mercado interno de combustibles y gas.

Alarmante caída de perforación en la Cuenca del Golfo San Jorge
La región petrolera más antigua del país, la Cuenca del Golfo San Jorge (abarca partes de Chubut y Santa Cruz), está viviendo un deterioro acelerado de su actividad de perforación. Un informe de la consultora Economía & Energía muestra que la perforación cayó 45% en un año y 56% en dos años en Chubut.
Datos adicionales publicados por la Secretaría de Energía de Nación confirman esta tendencia:
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En 2015 se terminaron 691 pozos en la cuenca (378 pozos en Chubut, 313 en Santa Cruz).
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En 2024 se concretaron 338 pozos en el Golfo (252 pozos en Chubut y 86 en Santa Cruz)
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En 2025 hasta ahora se han finalizado 146 pozos (De ese total 131 pozos en Chubut y apenas 15 en Santa Cruz )
Estos números muestran la aceleración del declive en la región argentina más dependiente del convencional.
El impacto es doble: menor inversión, menor producción futura, despidos en empresas de servicio y mayor vulnerabilidad para la región petrolera y sus economías.

Pronóstico adverso sobre los precios internacionales en 2026
A nivel internacional, la IEA proyecta que en 2026 el mercado global de petróleo enfrentará una sobreoferta récord. Según Bloomberg Línea, la agencia incrementó sus expectativas de exceso de oferta para ese año, lo que generaría una caída de los precios del barril.
Para los campos maduros argentinos —que ya operan con márgenes ajustados— una caída prolongada del precio del crudo significa:
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Menor incentivo para perforar nuevos pozos o recompletar los existentes.
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Mayor costo unitario de producción, pues en campos maduros se extrae menos petróleo por pozo y los costos fijos permanecen.
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Riesgo de abandono de pozos o de paralización de trabajo de mantención, lo que conduce a declino más pronunciado y acelerado.
Como señala la CEPH: “Cada pozo que no se perfora hoy, es un barril que faltará mañana. Sin inversión, la producción convencional entra en zona de inviabilidad”.

Impactos potenciales en el mercado interno argentino
Abastecimiento de crudo pesado
El crudo pesado proveniente del sur es fundamental para las refinerías argentinas, dónde hoy sobreabunda la oferta de petróleo liviano (Vaca Muerta) que requiere ser densificado con el petróleo del Golfo San Jorge. Si esa oferta sigue reduciéndose, el país deberá importar crudos equivalentes, lo que encarecerá la producción de naftas y gasoil.
Gas convencional y demanda interna
El gas de las cuencas maduras patagónicas es clave para la demanda de invierno, sobre todo en el sur y centros urbanos como el AMBA. Menor producción implicará mayor necesidad de importar GNL o habilitar transporte desde Neuquén, con incremento de costos.
Las provincias como Chubut y Santa Cruz obtienen regalías sobre la producción convencional. Si la actividad cae, la recaudación se comprime y se pone en riesgo la financiamiento de servicios locales. Además, el empleo ligado al convencional desciende, con las consecuencias sociales que ello implica.
Competitividad de la industria
Un escenario de precios más bajos globalmente para el crudo reduce la rentabilidad del convencional argentino, el que ya está sobre el punto mínimo de sustentabilidad. Esto puede llevar a que las operadoras decidan posponer inversiones, acelerar el cierre de yacimientos maduros o trasladar sus capitales hacia sectores más rentables como el shale.

¿Qué se necesita para frenar la caída?
La CEPH propone un Régimen de Reactivación de la Producción Convencional, que incluya:
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Regalías reducidas al 6%.
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Cero retenciones a la exportación para el petróleo y gas convencionales.
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Estabilidad fiscal y cambiaria de 30 años.
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Amortización acelerada de inversiones en recobro mejorado.
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Trámites integrados, digitalizados y agiles.
Sin estas medidas, advierte el informe de la Cámara que nuclea a las operadoras, las cuencas maduras entrarán en zona de inviabilidad, con consecuencias estructurales para la matriz energética, el empleo formal y el abastecimiento nacional. Pero los Estados serían receptivos sólo a algunos puntos de ese listado.
Impulso a la reactivación pero con condiciones
Cabe recordar que tanto las provincias de Chubut y Santa Cruz, como el Gobierno nacional están dispuestos a ceder en términos de retenciones y regalías, pero no en forma generalizada.
La intención es analizar, caso por caso en tanto la reinversión se asegure y apunte a recuperar pozos inactivos, mejorar la producción y ampliar la oferta de empleo. Así lo establece el acta acuerdo que firmó Chubut con Nación y que también rubricó la CEPH.
En el mismo sentido fueron las declaraciones de los gobernadores Claudio Vidal e Ignacio Torres, cuando adelantaron que se adoptarían medidas de incentivos, pero siempre atadas a “generar reactivación” y no a “mantener” lo que ya está, entendiendo que las cuencas maduras necesitan quebrar la curva productiva descendente, lo que generará un círculo virtuoso en la economía relacionada a la actividad y su impacto en los ingresos provinciales.
El desafío a cumplir
La convergencia entre la caída de reservas convencionales, la drástica merma de perforaciones en el Golfo San Jorge y la perspectiva de precios internacionales a la baja conforman un escenario de alto riesgo para Argentina. El país debe actuar con rapidez para evitar que la debilidad del segmento convencional se traduzca en una crisis energética, fiscal y laboral.
El tiempo apremia: por cada pozo que no se perfora, el retroceso en las reservas es sostenido. Y ante un mercado interno que no puede descuidar su abastecimiento, la contención de la caída del convencional es una prioridad que no admite demoras