La discusión del Presupuesto 2026 en la Legislatura neuquina volvió a poner en primer plano una característica que distingue a la provincia del resto del país: la economía local se apoya, cada vez más, en Vaca Muerta. La explotación de petróleo y gas no solo explica el crecimiento económico sino que se consolidó como la principal fuente de financiamiento del Estado.
Según las proyecciones oficiales, la combinación de regalías hidrocarburíferas y la recaudación del impuesto a los Ingresos Brutos —fuertemente concentrada en las compañías petroleras y de servicios— tiene suficiente volumen para cubrir el 100% del gasto en salarios de los casi 70.000 empleados públicos. En términos fiscales, el shale se transformó en el ancla que garantiza la estabilidad del aparato provincial.
Ingresos que sostienen al Estado
El esquema de recursos muestra una contundencia inédita: de los 7,5 billones de pesos que se estiman como ingresos corrientes para 2026, más de 2,9 billones provendrán de regalías y otros 2,3 billones de impuestos provinciales, con el 80% aportado por empresas vinculadas al sector energético.
La coparticipación nacional, en cambio, tendrá un rol mucho más acotado. Neuquén recibirá alrededor de 1,2 billones de pesos, confirmando la estructura fiscal asimétrica que históricamente caracteriza a la provincia.
En paralelo, el gasto en personal —uno de los ítems más sensibles del presupuesto neuquino— trepará hasta 4,2 billones de pesos, lo que representa el 67% del gasto corriente. Con esos números a la vista, la ecuación queda expuesta: Vaca Muerta financia la administración pública.
Producción en alza, precios a la baja
Las proyecciones energéticas que utilizó la provincia para elaborar el presupuesto anticipan que la actividad seguirá en expansión. Se espera que la producción de petróleo alcance un promedio diario de 105,8 mil metros cúbicos, lo que implicaría un incremento del 28,7% respecto de este año. En cuanto al gas, el crecimiento previsto es más moderado, de 1,6%.
Sin embargo, esa mayor producción convivirá con precios internacionales más bajos: el gobierno estimó un barril de regalías a 55 dólares y un valor del gas de 2,94 dólares por millón de BTU, ambos por debajo de los niveles proyectados para 2025.
La combinación de más volumen y menores precios expone la fragilidad del esquema: cualquier variación brusca del mercado internacional o del tipo de cambio golpea de lleno la recaudación provincial.
Autonomía fiscal con vulnerabilidades
El ministro de Economía, Guillermo Koenig, explicó que el Presupuesto fue elaborado respetando las pautas macroeconómicas fijadas por Nación y el marco del Consenso Fiscal. Con esos lineamientos, la provincia prevé un resultado financiero positivo de 132 mil millones de pesos, aun descontando el servicio de la deuda.
La solidez del plan, sin embargo, descansa en un factor común: la continuidad del ciclo expansivo en Vaca Muerta. El 95% de la producción neuquina de crudo es no convencional y depende de inversiones que requieren estabilidad macroeconómica, infraestructura y reglas claras.
El peso de la hidrocarburífera en el Neuquén que viene
El contraste con el escenario nacional es inevitable. El monto total del Presupuesto neuquino —unos 7,2 billones de pesos— es equivalente a lo que el sistema universitario reclamó para poder funcionar en todo el país. La comparación dimensiona la escala de recursos que mueve Vaca Muerta y la particularidad de la economía provincial.
Para 2026, Neuquén espera recaudar:
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$2,3 billones en regalías petroleras (+24% interanual)
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$680.707 millones en regalías gasíferas (+21%)
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Una expansión del 29% en la producción total respecto del Presupuesto 2025
La provincia vuelve a mostrar números robustos. Pero también confirma que su destino fiscal —y buena parte de su desarrollo— continúa atado al comportamiento de un recurso no renovable y a un mercado que Neuquén no controla