Indignación en Villa Gesell: Barrera quiso meter un «impuestazo» del 90% mientras los vecinos reclaman por seguridad, salud y servicios

Indignación en Villa Gesell: Barrera quiso meter un «impuestazo» del 90% mientras los vecinos reclaman por seguridad, salud y servicios

Entrevista GLP.

El intento del Ejecutivo de aprobar el aumento chocó con un fuerte rechazo de los vecinos. En un clima de desconfianza y tensión política, crecen las dudas sobre las prioridades reales de la gestión. «La ciudad está en pleno abandono», aseguran.

Adrián Green, concejal de La Libertad Avanza.

La administración de Gustavo Barrera atraviesa uno de sus momentos más críticos, sostenida por la acumulación de conflictos que golpean de lleno la vida cotidiana de los geselinos. Como venimos contando en GRUPOLAPROVINCIA.COMlos reclamos por el deterioro de los servicios públicos se multiplicancalles en estado deplorable, luminarias sin reemplazo y basurales que se expandenA esto se suma el avance de la inseguridad, con modalidades delictivas que hasta hace pocos años eran impensadas en Villa Gesell y que hoy forman parte del día a día de los vecinos. Al clima de frustración se agrega la denuncia por supuestos sobreprecios en la obra del hospital Arturo Illia.

Frente a este escenario, son cada vez más las voces que advierten que la gestión perdió el rumbo y que las prioridades oficiales están cada vez más desligadas de las necesidades reales del distrito. En esta oportunidad, dialogamos con el concejal de La Libertad Avanza, Adrián Green, quien se refirió al fallido intento del intendente Barrera de imponer un aumento del 90% en las tasas municipales para el próximo año.

—¿Por qué La Libertad Avanza decidió no dar quórum y frenar el intento del intendente de aplicar un aumento cercano al 90% en las tasas municipales?

En primer lugar, la gente le dio un mensaje claro al intendente en las últimas elecciones: el 70% no lo acompañó y votó una conformación diferente del Concejo Deliberante. Por eso, nosotros planteamos que ese proyecto tan importante se debata a partir de diciembre, con el nuevo cuerpo. Así que ese fue el primer planteo que hicimos, amén de todo lo que fuimos puntualizando con respecto a este presupuesto, que, la verdad, no es solamente el 90% de aumento.

—Además del aumento general, el proyecto incluye subas específicas en seguridad, salud, agua corriente e incluso playas. ¿Consideran que estos incrementos son injustificables o directamente inviables para los vecinos en este contexto?

El problema es que nuevamente se está cargando el peso sobre los comerciantes, que son quienes deben cumplir con todas las exigencias para mantener sus negocios habilitados. Antes, un comerciante habilitaba su local una vez y no tenía que renovar todos los años. Sin embargo, Villa Gesell es uno de los pocos municipios donde todos los comercios —sean propios o alquilados— están obligados a realizar esa renovación anual.

Cada año vuelven a pedir toda la documentación, lo que no solo es engorroso, sino que tampoco se corresponde con el sistema que se utiliza en la mayoría de los municipios. Si un comerciante firma un contrato de alquiler por tres años, la habilitación debería renovarse cuando vence ese contrato, no cada doce meses. Y si el local es propio, la habilitación debería mantenerse vigente mientras no haya cambios importantes, sin necesidad de revalidarla todos los años.

—También hubo cambios en la tasa de Seguridad e Higiene. ¿Qué implica esta modificación?

Esto también cambió en el caso de la tasa especial de Seguridad e Higiene. Originalmente estaba pensada solo para los grandes contribuyentes, definidos por sus ingresos brutos: unas 20 o 30 empresas de la ciudad, como estaciones de servicio, grandes supermercados o bancos, que por distintos convenios no pagaban otras tasas municipales pero movían un volumen importante de dinero. Esa era la lógica con la que se creó.

Con el paso de los años, esa tasa fue alcanzando a cada vez más comercios, y este año directamente la generalizan para todos. Hoy, para el municipio, todos pasamos a ser “mayores contribuyentes”, de modo que todos debemos pagarla. Y quien busque una excepción tiene que realizar un trámite especial.

—Desde el Ejecutivo argumentan que el aumento propuesto se basa en la actualización del módulo según inflación. ¿Coincide con esa lectura?

Muchos de estos cambios se hicieron además del índice de inflación que el Ejecutivo planteó a través de la modificación del módulo. Ellos hablan de una inflación del 34% de enero a diciembre y ajustan el módulo en ese mismo porcentaje, pero omiten que, del 31 de diciembre al 1° de enero, ya hubo un aumento previo del 20%. Es decir, el incremento real arranca en un 54%.

A eso se suma cómo aplican el módulo: si una tasa —por ejemplo, Seguridad— antes exigía 200 módulos, ahora pasa a 500 o 600. Ahí es donde el aumento pega de lleno y lleva el ajuste de las tasas al 90% o incluso al 100%. Y esto no afecta solo a los comerciantes, sino también al vecino común del barrio, para quien va a ser un golpe muy fuerte.

—Frente a este “aumentazo”, ¿cómo evalúa la contraprestación de los servicios municipales?

Seguimos insistiendo en que la ciudad está en pleno abandono. El sistema de salud no funciona: el hospital tiene serios problemas, no cuenta con médicos suficientes y faltan insumos. En materia de seguridad, la situación también empeora. La inseguridad crece y aparecen modalidades delictivas que antes no veíamos en Villa Gesell, como los motochorros, algo más típico de las grandes ciudades.

Y lo que observamos no pasa por tener más o menos fondos. En una reunión con el secretario de Seguridad, nos explicó que patrulleros y combustible hay; lo que faltan son efectivos. Entonces, ¿cómo se puede diseñar un plan de seguridad así? La única forma sería involucrar a la Guardia Urbana, al personal de tránsito y a todas las áreas posibles para intentar cubrir realmente las necesidades de la ciudad

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