Este 2025 se cumplen 20 años desde el inicio de operaciones de la mina Veladero, ubicada en Iglesia, San Juan. Su puesta en marcha marcó un antes y un después en la historia económica y social de la región. En este marco, el intendente de Jáchal, Matías Espejo, compartió su mirada sobre los beneficios, desafíos y aprendizajes que dejó la minería en estas dos décadas en el departamento.
Consultado sobre cómo se reflejó el desarrollo de Veladero en la economía local, Espejo señaló: “Es importante tener en cuenta cuál ha sido la inversión y fundamentalmente lo que ha dejado en términos estrictamente económicos la mina, que entre el 2005 y el 2024 tiene un aporte de casi 13 billones de pesos entre exportaciones, bienes, servicios, impuestos, salarios. Todo esto lógicamente redundan beneficios para nuestra comunidad, para la provincia y para el país. Y por exportaciones, tenés casi 16 billones de pesos. Eso le genera a la Argentina, pone a Veladero como uno de los principales exportadores de commodities y a la región andina de la provincia de San Juan como uno de los principales representantes en términos de exportaciones”.

El intendente destacó que “Veladero ha generado inversiones por más de 8 billones de pesos solo en bienes y servicios, muchos de ellos provistos por comunidades locales. Si bien seguramente respecto de otras grandes empresas, de otros proveedores, como han sido en su momento proveedores de maquinaria pesada, de equipos. De grandes proveedores de servicios, seguramente se llevan la mayor parte de esa masa de dinero. No podemos desconocer que muchos proveedores locales han ido desarrollándose bajo el paraguas de esta mina”.
Además, subrayó que los impuestos, donde hay 3,5 billones de pesos, es importante para ellos, ya que todos esos impuestos luego terminan formando parte de la masa coparticipable y respaldan a cada uno de los presupuestos municipales.
En lo salarial, remarcó un cambio significativo: “La mina generó una movilidad social ascendente. Muchos de los primeros trabajadores venían de la agricultura a pequeña escala o de la construcción informal. La minería no solo dio sueldos en relación de dependencia, sino también una transferencia de conocimientos que hoy se aplican en otros ámbitos de la vida laboral y comunitaria. Entonces no es solo una cuestión económica, sino también que hay una transferencia de conocimientos que es muy importante para las comunidades”.

Respecto a aportes económicos, Espejo explicó: “Nosotros en concepto de regalías no tenemos aportes porque quien aporta regalías es la mina Gualcamayo, cuya producción ha declinado. Entonces las regalías provienen de Gualcamayo, no así de Veladero, pero sí en los fideicomisos mineros donde hay muchísimo dinero. Las obras más importantes para Jáchal han estado relacionadas con ello. Entonces nosotros no podemos desconocer que tanto del fideicomiso de Veladero como de Gualcamayo en Jáchal se terminó y equipo el Hospital San Roque, tiempo atrás también se realizó toda la construcción y equipamiento del Hospital de Buenaventura Luna de Huaco, ha habido reconstrucción de escuelas, gracias al aporte de la minería, obras de saneamiento como cloacas, pavimentación de rutas y calles, que permiten sacar la producción agrícola y ganadera de Jáchal, hay obras críticas como es el acueducto, todo el sistema bombeo y acueducto de Pampa del Chañar, que provee de agua segura para gran parte de Jáchal Centro y Norte. Entonces no podemos desconocer, si bien en términos nominales no te puedo decir hoy en dinero, cuánto significa, pero sí te puedo cuantificar en acciones todo lo que ha generado la minería para el departamento».

Además, agregó “Hoy, hay obras críticas como es el agua potable en la zona de Villa Mercedes y zona norte, como es el agua potable en la zona de San Roque, parte del sur, que también están llevándose adelante o debiesen llevarse adelante porque el dinero ya está comprometido con dinero de fideicomisos mineros. El mejoramiento de la red de riego del departamento también, si bien en parte se ha hecho con fondos del BID, otra parte se ha realizado con fondos de la minería».
Sobre la relación de Jáchal con la minería, Espejo hizo una diferenciación: “Gualcamayo fue un desarrollo enorme, con gran aceptación. Veladero es distinto, porque estuvo atravesado por incidentes ambientales, mucha especulación y mala información. Hubo un fuerte movimiento antiminero que derivó en la ordenanza Agua Segura. Hoy contamos con un procurador ambiental que construye líneas de base para los controles, aunque aún esperamos información oficial de organismos provinciales”.

El jefe comunal también valoró el cambio en la política de relacionamiento: “Barrick ha generado una lógica interesante de participación ciudadana a través de comités de desarrollo comunitario en distintas zonas de Jáchal. Allí se llevan proyectos que se validan comunalmente, deben ser realizables y sostenibles. Esto permitió un salto cualitativo en el vínculo con la comunidad”.
Al analizar los sectores más impactados, Espejo señaló: “La educación no acompañó el proceso de formación de mano de obra calificada. No se preparó a futuro a la población local para insertarse en la industria. Y el empresariado también fue tímido, aunque hoy existen firmas locales que se consolidan con certificaciones y mano de obra genuina”.
Sobre la percepción social, fue claro: “Falta mucha información. Ha habido egoísmo en no comunicar fehacientemente el aporte de la minería. Estamos convencidos de que es importante que la gente sepa cuál es el impacto porque no tenemos muchísimas más alternativas. La minería debe ser una fuente de desarrollo para Jáchal, pero para eso hay que informarse y prepararse”.
Cuando se le pidió un resumen en una frase, Espejo respondió: “Veladero significó desarrollo”. En lo personal, recordó: “Yo estaba estudiando en La Rioja cuando se anunció la construcción de Veladero. Entendí que se comenzaba a diversificar la matriz productiva y creí que iba a ser algo bueno. No me equivoqué”.

También reconoció que antes tenía dudas: “Fundamentalmente, desconocimiento de la actividad, de la logística, del ambiente, y como impactaba en la sociedad. La minería trajo desarrollo económico, pero también flagelos como consumo problemático de sustancias, violencia familiar, prostitución o embarazo adolescente. Es el Estado el que debe conducir esos procesos junto a las empresas, los gremios y la comunidad”.
Tras dos décadas, Espejo afirmó: “Los beneficios fueron mayores que los costos. Falta medir con más detalle, pero estoy seguro de que la ecuación ha sido positiva”.
Y proyectó hacia adelante: “Veo a Jáchal consolidándose como un núcleo de provisión de servicios, con industrias complementarias a la minería que generen mano de obra genuina y transferencia de conocimientos. La minería es una gran oportunidad para mejorar la vida de nuestra comunidad. Pero más allá de los recursos naturales y de la industria minera, creo que hay muchas de actividades que son necesarias, que son complementarias de la minería, que podemos desarrollarlas nosotros y que van a dejar grandes beneficios en el departamento”