
Una empresa familiar cordobesa vende maíz directamente a Chile; durante 2023 y 2024 exportaron sin intermediarios 1500 toneladas cada año
Ramiro Digón es contador público, fue profesor de inglés en China, trabajó en una petrolera y en el área de finanzas de una empresa agropecuaria líder, pero su amor por el campo corre por sus venas desde su infancia.
Establecimiento Don Claudio
Hoy forma parte de una pyme familiar en Monte Cristo, al este de la provincia de Córdoba, y pasa sus días en el establecimiento rural Don Claudio, donde instalaron un puerto seco o aduana y acaban de inaugurar un parque solar para proveer energía de manera sustentable un equipo de riego y el resto de instalaciones. Allí cultivan maíz, soja, trigo, maní, girasol y garbanzo. Además, hacen alfalfa y ganadería de ciclo completo con cría y recría en Santiago de Estero.
La empresa está compuesta por su padre, Rubén Adelqui Digón, su madre Alicia, su hermano Álvaro, que es ingeniero agrónomo, él, que se encarga de la parte de administración, finanzas y comercio exterior, y sus hermanas, Agustina, abogada, y María Paula, odontóloga, que son accionistas y participan de decisiones estratégicas.
Hace un mes la empresa inauguró un parque solar para abastecer el puerto seco y el equipo de riego. “Nuestro objetivo siempre fue ser más competitivos y uno de los principales costos del establecimiento era la energía eléctrica que consume la bomba que utilizamos para el riego por pivot. Así surgió la posibilidad de instalar paneles solares: ahorramos un 70% el consumo de la red eléctrica», explicó Ramiro en diálogo con Agrofy News.
Un cordobés en China
Ramiro es la tercera generación de productores agropecuarios. Nació en Monte Cristo, y aunque pasó su infancia y adolescencia en el campo, decidió estudiar Contador Público en la Universidad Nacional de Córdoba. Luego realizó un posgrado en Finanzas en Capital Federal y volvió a su Córdoba natal para hacer una maestría en Administración de Empresas.
Pero en mitad de su carrera académica, cuando se recibió de la facultad, realizó un viaje de mochilero a China y se quedó con ganas de volver. Al regresar decidió informarse y le dijeron que la forma más fácil de conseguir trabajo en ese país era ser profesor de inglés. Así, logró que un instituto chino lo sponsoreara y en 2017 le otorgaron la visa.
Pasó un año entre el sudeste asiático, Nueva Zelanda y China, hasta que recibió el llamado de su papá.»Me dijo que tenía el deseo de que los cuatro hermanos se hicieran cargo de la empresa y me preguntó si yo quería seguir el legado que ellos, junto a mi madre, nos dejaban», recordó. La respuesta fue un sí y volvió a Argentina con 29 años.
“La visión corporativa que adquirí durante mis estudios, lo que me aportó mi trabajo en la petrolera y en la empresa agropecuaria, más lo que viví en el sudeste asiático, que es el centro de compra de nuestros commodities, fue un poco lo que me despertó a posterior volver a nuestro país y empezar en la empresa familiar un desarrollo de internacionalización. Si bien mamé el campo desde chico siempre sentí la necesidad de conocer otros rubros”, contó el joven de 37 años.
El desafío de instalar un puerto seco
Durante su viaje Ramiro había observado a las firmas asiáticas y se preguntó por qué ellos no podían venderles sus productos. Esa fue la semilla para internacionalizar la empresa. “Ese concepto fue el que nos tentó, el que nos movilizó a decir: estamos a 400 kilómetros del puerto de Rosario, los fletes son caros, el precio del maíz es bajo: dejamos de ser competitivos. O bien convertimos nuestra producción en carne o bien buscamos alguna alternativa comercial distinta. Y ahí entendimos que el productor puede ser exportador”, explicó.
Fue así que la familia Digón trabajó con la Agencia ProCórdoba en un programa de asesoramiento y en 2019 realizaron su primer envío de tres camiones de maíz con 84 toneladas rumbo a Chile desde un depósito fiscal. “Pero en ese momento nos dimos cuenta de que el depósito no era tan diferente a lo que nosotros teníamos o podíamos disponer en el campo y empezamos a hablar con el despachante de aduana para instalar un puerto seco en Don Claudio» , recordó.
Luego de agregar y mejorar la infraestructura (instalar balanzas, fosas, partidoras, seleccionadoras, etc.) y tras varios trámites y papeleo, en 2021 lograron las habilitaciones y permisos para tener una aduana propia, sin intermediarios y lista para exportar. Durante 2023 y 2024 vendieron 1500 toneladas cada año.
“Elegimos Chile porque es un importador que abastece a granjas de engorde ganadero, porcinas y avícolas, a tambos y a productores de salmón. Ellos consumen gran parte del maíz argentino y parte del maíz norteamericano. Una empresa chilena compra desde maíz y aceite de soja hasta pellets de alfalfa», explicó.
Cambio de paradigma
Pero los Digón fueron por más y aparte de productores y exportadores sabían que podían ser compradores. “En las campañas anteriores nos agarró la sequía y la chicharrita y eso provocó que tuviéramos bajos volúmenes de producción de maíz. Entonces hicimos los trámites para poder adquirir a terceros. Esto representó un cambio de paradigma porque generamos otro tipo de empresa, desde lo cultural hasta lo administrativo. Además, estamos constantemente analizando cómo mejorar nuestra matriz energética y también distintas posibilidades de agregado de valor en origen, de hecho nos han visitado empresas de Paraguay, Chile, Brasil y Uruguay que quieren comprar directo”, contó.
Y concluyó: “Forma parte de un proceso que elegimos de pensar que no estoy solamente tranqueras adentro viendo cómo produzco más y mejor (que lo seguimos haciendo), sino también abrirte a la mirada de nuestros consumidores. Yo creo que hay que generar una apertura: entender que las empresas agropecuarias son multidisciplinarias»