
Con una expansión poblacional que duplica la media nacional, la ciudad se prepara para afrontar el acelerado desarrollo de la región. El plan urbano combina impulso residencial, industrial y productivo sin descuidar la identidad chacarera.
Cipolletti transita una etapa de expansión que exige anticipación. En las últimas tres décadas duplicó su población y las proyecciones marcan que el ritmo se repetirá. Ante esta tendencia, el municipio decidió responder con planificación: obras de servicios, nuevas centralidades y lineamientos que eviten loteos improvisados, básicamente.
En el polígono de 600 hectáreas entre los puentes y la Ruta 151, el proyecto Entre Puentes propone un modelo de ciudad jardín, con densidad amable y usos mixtos.
La mitad del suelo se destina a calles, espacios públicos y equipamientos, para sumar viviendas y servicios sin desordenar el territorio. Con el parque industrial casi colmado, la expansión de actividades limpias, concesionarias, oficinas y logística se orienta a la vera de las rutas.
- 600
- hectáreas. Es la superficie que abarca el proyecto «Entre Puentes».
La localización favorece la accesibilidad y evita presiones sobre el valle productivo, clave para sostener empleo y diversificación económica. La planificación preserva la chacra y al mismo tiempo impulsa emprendimientos de valor agregado: queserías premiadas, producción orgánica, propuestas gastronómicas y experiencias turísticas en quintas.
De este modo, la ciudad apuesta a calidad y cercanía, fortaleciendo un sello propio del Alto Valle.
Conexión con otras ciudades

El desarrollo requiere accesos fluidos. El municipio insiste en la importancia de mejoras sobre Ruta 22 y 151, nuevos trazados de conexión con Fernández Oro y Cinco Saltos y a futuro, la priorización de un puente adicional sobre el río Neuquén. Reducir cuellos de botella es condición para sostener inversiones y vida cotidiana.
La agenda local se articula con la provincial para acelerar servicios (agua, cloacas, iluminación) y respaldar reclamos de infraestructura nacional.
La cercanía con Vaca Muerta y el dinamismo privado colocan a Cipolletti en un mapa de oportunidades que demanda reglas claras y previsibilidad.
Ciudad más sustentable

La planificación urbana de Cipolletti no se limita a barrios y corredores productivos: también incorpora un fuerte componente de espacio público y movilidad sustentable. En los últimos años se consolidaron proyectos de parques lineales sobre la isla Jordán y la margen sur, que funcionan como áreas de recreación, turismo y preservación paleontológica.
A esto se suma la construcción de bicisendas que recorren distintos sectores de la ciudad y que, según los planes oficiales, se expandirán hacia los nuevos distritos en desarrollo. El concepto es conectar los barrios mediante trazados seguros, fomentar el uso de la bicicleta y reducir la presión del tránsito vehicular.
Las plazas y espacios comunitarios también forman parte de la estrategia. Cada nuevo loteo debe contemplar áreas verdes de acceso libre y equipamiento público: canchas, senderos, juegos y zonas de encuentro. El objetivo es garantizar calidad urbana en cada rincón de la ciudad, con infraestructura que acompañe la vida cotidiana y refuerce el sentido de pertenencia.
El efecto Vaca Muerta
El desarrollo energético de Vaca Muerta tiene un impacto directo sobre Cipolletti. La cercanía con la formación y con los corredores viales que la conectan convirtió a la ciudad en un lugar elegido por profesionales y trabajadores del sector para instalarse con sus familias.
Esto genera una presión adicional en la demanda de viviendas, escuelas, comercios y servicios de salud. La municipalidad proyecta que en las próximas décadas el crecimiento poblacional seguirá por encima de la media nacional, duplicando nuevamente la población en apenas 30 años.
Ante ese escenario, la planificación busca ofrecer suelo urbano bien servido y al mismo tiempo diversificar la matriz económica local. No se trata solo de absorber familias que llegan por la industria hidrocarburífera, sino de consolidar una ciudad con identidad propia: con una fuerte base productiva chacarera, servicios de calidad y una oferta cultural y deportiva que la distinga dentro de la región