Perspectivas auspiciosas

Uno de los problemas estructurales de la economía argentina –la escasez de divisas- podría ir resolviéndose progresivamente si el país avanza decididamente hacia un desarrollo sostenido y sostenible de la actividad minera. Pero para ello deberá resolverse antes la cuestión de la licencia social de la minería, es decir, del apoyo de las comunidades locales a la actividad. Y ésta solo se logra con transparencia, sustentabilidad ambiental y beneficios económicos para el Estado y para los habitantes de la zona donde se encuentra el emprendimiento.

Argentina tiene un gran potencial minero no explotado debidamente. Posee una de las mayores reservas de litio y también de cobre. En el caso del litio, es actualmente el cuarto productor a escala global, y en el caso del cobre, con la producción prácticamente en pausa luego del cierre del yacimiento de Bajo de la Alumbrera, el país podría ubicarse entre los diez productores más importantes cuando se pongan en marcha cuatro proyectos de envergadura. Se trata de dos minerales “con futuro”, pues son considerados clave para la transición hacia energías limpias.

Las perspectivas objetivas auspiciosas de la actividad minera colisionan con factores subjetivos vinculados a la falta de licencia social.

Si el potencial de la minería argentina es impactante, la producción actual es muy reducida y la participación en las exportaciones globales insignificante. Según datos de 2024, la exportación argentina de minerales fue de 3.874 millones de dólares anuales, lo que representa apenas el 0,3% de la participación en las exportaciones mensuales. Países mineros de la región exportan mucho más: Chile representa el 4,5% (58.769 millones de USD) y Perú el 3,1% (40.941 millones de USD).

Si bien la minería argentina se vio beneficiada en la última década por el salto en la producción de litio, perdió volumen por la caída en la producción de cobre, oro y plata que tuvo su pico en la primera década de este siglo, con el auge productivo de los yacimientos de Bajo de la Alumbrera, Cerro Vanguardia (Santa Cruz) y Veladero (San Juan). Pero luego cayó notablemente.

Si se dieran las condiciones –económicas y de licencia social- para el desarrollo en los próximos años de emprendimientos mineros de litio y cobre, el panorama mejoraría sustancialmente. “Argentina puede pasar de exportar 4.700 millones de dólares en minerales a más de 25.000 millones de dólares dentro de siete años. Es un salto notable, que haría que las exportaciones mineras sean más relevantes en la canasta exportadora que lo que hoy es el complejo sojero (19.624 millones)”, señala en un trabajo de Daniel Schteingart, de Argendata Fundar.

Las perspectivas objetivas auspiciosas de la actividad minera colisionan con factores subjetivos, vinculados, como se dijo, a la falta de licencia social. El desafío para los próximos años es compatibilizar la necesidad económica del desarrollo minero con los legítimos intereses de la población respecto al cuidado ambiental y a la generación de beneficios económicos para las comunidades locales, las provincias y el país en general.

EL ANCASTI

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