
EN LA DÉCADA DE 1920 SE TENÍA COMO VÁLIDA EL 8 DE FEBRERO
El cumpleaños de Bariloche está tan instalado que puede llamar la atención que, durante 67 años, no se supo a ciencia cierta cuándo festejar, a tal punto que hasta la década de 1920 se tuvo como válido al 8 de febrero como aniversario del poblado. La nebulosa recién se terminó de disipar en 1969 cuando después de un congreso de historia, el Concejo Municipal convirtió en ordenanza uno de sus dictámenes e instituyó el 3 de mayo.
En efecto, “durante muchos años se debatió la fecha fundacional de San Carlos de Bariloche y siempre permanecía la incógnita” trae a colación “Crónica histórica del lago Nahuel Huapi” (Editorial Caleuche – 2003), libro de Juan Martín Biedma que se publicó originalmente en 1987. “Se daba como tal el asentamiento de don Carlos Wiederhold. Tanto es así que el 8 de febrero de 1925 se realizaron grandes festejos con motivo de celebrarse el 30° aniversario de este evento”, cuando, si tomáramos en cuenta el famoso decreto, se reducirían a 23 años.
Sucedió que “movilizado por Primo Capraro, se embanderó el pueblo, hubo solemne Tedeum en la Iglesia Parroquial” y “almuerzo campestre en el recreo de Oscar Runge”, reconstruye el relato de Biedma. “En esa oportunidad fue don Carlos el invitado de honor y pronunció ese discurso donde, como vimos, señalaba los orígenes del pueblo”. Por entonces, el empresario chileno de ascendencia alemana ya no residía por estas latitudes.
A pesar de ese antecedente, “fue en 1902 cuando se decretó su fundación. Año histórico para esta ciudad porque a partir de entonces se la conoció como San Carlos de Bariloche. Antes se conocía el lugar como San Carlos, simplemente”, aclara el aporte de Biedma. La norma tuvo una serie de antecedentes: «en agosto de 1899 el Poder Ejecutivo había encomendado al ingeniero Carlos E. Martínez la exploración y mensura de las tierras fiscales que circundaban el lago Nahuel Huapi, trabajo que fue aprobado por decreto del 2 de febrero de 1902”, es decir, un mes y un día antes del decisivo.
Inauguración del puente sobre el Ñirihuau en 1928, tres años después del supuesto 30° aniversario de Bariloche. Colección Capraro en Archivo Visual Patagónico.
“Esta mensura fue la base la colonia Nahuel Huapi de acuerdo con la Ley del Hogar, del 2 de octubre de 1884”. Como más o menos se sabe, esa norma “ofrecía lotes de 625 hectáreas y fue decretada el 9 de abril de 1902. En este decreto que firmaron Roca y W. Escalante como ministro de Agricultura, se ofertaban los lotes en Buenos Aires y en la Gobernación de Neuquén”. Transcurría la segunda presidencia del tucumano y Wenceslao era uno de sus ministros con más incidencia en los Territorios Nacionales.
El tercero fue el vencido
El andamiaje legal determinaba que “los que resultaren adjudicatarios podrían tomar posesión provisoria hasta que se hiciera la mensura definitiva”. Finalmente, “complemento de estos dos decretos fue un tercero con fecha de 3 de mayo, por el cual se disponía la reserva de 400 hectáreas para la fundación del pueblo de San Carlos, en el territorio de Río Negro”. Se trata del instrumento jurídico que se considera acta fundacional de Bariloche.
Fue el propio Wiederhold el encargado de explicar el origen de la denominación completa, porque en el discurso que pronunció aquel 8 de febrero, estableció que “el nombre de San Carlos de Bariloche se debe a don Enrique Neil, que cuando me escribió la primera carta la dirigió al que habla a San Carlos y como en la Argentina hay muchos San Carlos le añadió más el de Bariloche, por haber estado antiguamente el Boquete de Bariloche cerca de aquí”.
Admitió Biedma que “la correcta ortografía debería ser Vuriloche porque éste es el nombre correcto del paso aludido, pero no podemos hacer cargo de este error a quienes lo emplearon porque la confusión ya venía de mucho tiempo atrás”. En efecto, “Francisco P. Moreno escribía Bariloche y lo mismo hacían Guillermo E. Cox en 1859, Roberto Christie, Emilio Valverde y Jorge Rohde”.
El primero estuvo a orillas del Nahuel Huapi en 1876 y en 1880, cuando el poblado que estaba donde hoy se levantan Dina Huapi y Bariloche era mapuche tehuelche. El segundo navegó por el lago en el verano de 1863 y naufragó en cercanías de la confluencia entre el Limay y el Traful. Rohde integró las tropas de Villegas que llegaron hasta aquí en 1881 y Christie fue un británico que trabajó a las órdenes del gobierno chileno en la misma época. De Valverde, el que firma no conoce antecedentes.
Sigue Biedma: “el primer documento oficial con el nombre completo que ha llegado a nuestro conocimiento es un telegrama que envió el juez Beovide al gobernador Tello, fechado el 12 de julio de 1902”, quiere decir que unos meses después del decreto gubernamental, ya se imponía la designación que perduró. No obstante, se ve que por aquí no se le concedió importancia a la norma hasta fechas relativamente tardías.
La indefinición permaneció hasta que “en noviembre de 1968 se realizó el I Congreso de Historia de Río Negro, precisamente en S.C. de Bariloche”, consignó el investigador. “En esa oportunidad el presbítero Raúl Entraigas presentó un trabajo de investigación fundamentando y recomendando adoptar el 3 de mayo de 1902 como fecha fundacional de esa localidad. En consecuencia, la municipalidad local dictó una ordenanza con fecha 3 de marzo de 1969 haciendo suyo el dictamen del Congreso aceptando la ponencia del padre Entraigas”.
El autor de la contribución fue un sacerdote salesiano, descendiente de los Linares -parientes de Sayhueque- por el lado paterno y de linajes tehuelches por el materno. Fundó la Junta de Investigaciones y Estudios Históricos de Río Negro y también incursionó en estudios eclesiásticos. Se debe al carácter minucioso de su investigación que el aniversario de la ciudad lacustre se instituyera el 3 de mayo. Bariloche recién esclareció la fecha de su formalización hace 56 años