Con reservas y una demanda en auge, Argentina enfrenta el desafío de superar barreras estructurales y atraer inversiones para impulsar una industria clave.
El shale es una realidad. Las incógnitas que había sobre Vaca Muerta quedaron totalmente disueltas y el país se prepara para ser un neto exportador de hidrocarburos. Si bien el gas es el combustible para la transición energética, el cobre es el conductor para la nueva era en materia de energía.
En el marco del 23° Seminario ProPymes, Oscar Scarpari, CEO de Techint Ingeniería y Construcciones, destacó el enorme potencial de Argentina para posicionarse como un jugador clave en el mercado mundial del cobre.
Asimismo, el directivo comparó este desarrollo con el impacto que tuvo Vaca Muerta en la industria, señalando que el cobre podría convertirse en un motor transformador para la economía nacional.
El cobre es un recurso esencial para el futuro energético y tecnológico global. Su demanda se encuentra en constante crecimiento, impulsada por la transición hacia energías renovables y el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial y los centros de datos.
Este escenario presenta una oportunidad única para Argentina, que comparte la misma geología rica en cobre que países líderes como Chile y Perú.
Aunque Chile y Perú lideran la producción mundial con millones de toneladas anuales, Argentina hoy no produce cobre. Sin embargo, Scarpari aseguró que el país tiene depósitos con leyes de mineral superiores a las de sus vecinos. Estas reservas representan una oportunidad invaluable para posicionar a la Argentina como un actor relevante en la minería global.
Una demanda en crecimiento
El CEO de Techint resaltó que el crecimiento proyectado de la demanda mundial de cobre en las próximas décadas es extraordinario. Actualmente, la producción global alcanza los 24 millones de toneladas anuales, pero se espera que esta cifra crezca a 35 millones en los próximos 10 años y hasta 50 millones en 25 años.
Para aprovechar este panorama, Argentina necesita superar barreras estructurales que han retrasado el desarrollo de su industria minera. Entre los principales desafíos, Scarpari mencionó la necesidad de eliminar restricciones cambiarias y garantizar políticas económicas estables que ofrezcan seguridad a los inversores internacionales interesados en proyectos a largo plazo.
Los proyectos de cobre en Argentina podrían requerir inversiones de hasta 20.000 millones de dólares. Estos emprendimientos no solo implican capital, sino también una planificación a gran escala que demanda años de estudios, exploración y preparación antes de su puesta en marcha. Además, su desarrollo transformaría las economías regionales y la industria nacional.
Scarpari explicó que la minería del cobre no solo representa una oportunidad económica, sino también un desafío técnico y logístico. Estos proyectos suelen construirse en regiones remotas, donde es necesario desarrollar infraestructura como campamentos para miles de trabajadores, sistemas de transporte, hospitales y redes de energía en condiciones extremas.
El alcance del cobre
El impacto positivo de esta actividad se extiende a toda la cadena de valor. En proyectos mineros chilenos, empresas argentinas ya participan como proveedoras de estructuras metálicas, estaciones de bombeo y otros insumos. Según Scarpari, replicar este modelo en territorio argentino permitiría potenciar la industria local y generar miles de empleos directos e indirectos.
El directivo también destacó que la calidad de los depósitos argentinos es una ventaja competitiva clave. Mientras que muchas minas chilenas tienen leyes de cobre en declive, los proyectos argentinos podrían comenzar con niveles de pureza significativamente más altos. Esto aumenta su atractivo para los inversores y garantiza una mayor eficiencia en la producción.
El desarrollo de la industria minera en Argentina también ayudaría a cubrir la creciente demanda mundial de cobre. El CEO de Techint subrayó que el mundo necesita sumar 10 millones de toneladas adicionales de cobre para 2035, y los proyectos argentinos podrían aportar entre 200.000 y 300.000 toneladas anuales cada uno, consolidando al país como un proveedor estratégico.
Además, Scarpari señaló que los proyectos de cobre tienen un impacto multiplicador en las economías regionales. Durante su construcción, pueden generar ciudades temporales con miles de trabajadores, infraestructura avanzada y una logística compleja. Este nivel de actividad dinamiza tanto a las comunidades locales como a las industrias vinculadas.
Para que esta visión se concrete, Scarpari subrayó la importancia de generar un marco normativo claro y estable. Argentina necesita políticas que garanticen la libre disposición de divisas y que ofrezcan previsibilidad a largo plazo. Esto será crucial para atraer inversiones extranjeras y concretar proyectos de gran escala en el país.
La experiencia de Techint
Otro punto que mencionó el CEO de Techint es que la compañía ya tiene experiencia en el desarrollo de proyectos mineros en Chile y Perú, donde han trabajado en el 80% de los grandes yacimientos. Este conocimiento podría ser aprovechado en Argentina, transfiriendo tecnología y buenas prácticas a los futuros emprendimientos locales.
El caso de Escondida, la mina de cobre más grande del mundo ubicada en Chile, ejemplifica el impacto que la minería puede tener en un país. Este proyecto produce el 5% del cobre global y se ubica en la misma cordillera que los depósitos argentinos, lo que refuerza el potencial del país para emular este éxito.
Asimismo, Scarpari señaló que desarrollar la minería del cobre en Argentina es una oportunidad estratégica para el país. No solo se trata de satisfacer la demanda global, sino también de impulsar un crecimiento económico sostenible que beneficie a toda la sociedad.
La transición energética y las tecnologías del futuro dependen del cobre como un recurso esencial. Argentina tiene la geología, el conocimiento técnico y la capacidad industrial para convertirse en un jugador clave en este mercado. Sin embargo, será necesario un esfuerzo coordinado entre el sector público y privado para transformar este potencial en una realidad concreta