La educación, la salud y la alimentación son prioritarias para cualquier comunidad, y es lo primeros que se debe atender con esos recursos.
En esta misma columna de opinión hace unos días fue analizado el tema del destino que se le debía dar a las regalías mineras en los departamentos que tienen la suerte de haber sido beneficiados con estos recursos. Se consignó en la ocasión que podría implementarse un sistema parecido al del presupuesto participativo que utilizan algunos municipios de la provincia, para determinar cuáles son las obras prioritarias para los vecinos. Los vecinos proponen los trabajos prioritarios en cada zona, luego se llevan a votación y finalmente el municipio incluye dentro de su plan de obras y servicios los trabajos más votados por la comunidad. Pero a este sistema hay que efectuarle un ajuste y es que las propuestas de los vecinos no debe apuntar a obras de infraestructura, sino a aspectos que son mucho más importantes como la educación, la salud y la alimentación de la comunidad.
Se entiende que sin estos tres factores no puede haber un crecimiento hacia el futuro ya que son la base para que una población se desarrolle convenientemente, de manera íntegra, fuerte, saludable y con aspiraciones de seguir creciendo.
La educación es uno de los aspectos más importantes y para ello hay que invertir en más y mejores escuelas, carreras que se adapten a las necesidades de la zona y a las expectativas de crecimiento. En lo que respecta a salud, el equipamiento de los hospitales y de las salas de primeros auxilios como también el aumento de los planteles médicos y de enfermería constituye una necesidad prioritaria que se puede concretar con esos fondos mineros. Finalmente está la alimentación, ya que preocupa que en departamentos donde se están haciendo explotaciones mineras haya una población, especialmente infantil, que está sufriendo las consecuencias de una mala alimentación. Parte de las regalías podrían ser utilizadas para un completo plan de nutrición que otorgue a los sectores más carecientes la posibilidad de acceder a los alimentos que necesitan sus niños y ancianos.
Existe el convencimiento de que las obras de infraestructura necesarias en cada departamento se pueden seguir haciendo con los fondos municipales o provincias que se puedan asignar a tal fin. El asfaltado de una calle, la construcción de un cordón o cuneta, la iluminación de un espacio verde o el reacondicionamiento de una plaza puede realizarse con fondos municipales, si se disponen, de lo contrario son obras que pueden esperar ya que no son urgentes.
Es mucho más urgente contar con las escuelas en buenas condiciones, tanto en verano como en invierno o contar con los servicios de salud presto para cuando se los necesite. Lo mismo que la alimentación, es un tema urgente ya que no se puede esperar un tiempo para implementar esta ayuda que es fundamental para el crecimiento y desarrollo de los más chicos.
El Grupo Sarmiento, dedicado a analizar diversos aspectos vinculados con la actividad minera, reveló hace poco que uno de los municipios mineros, Iglesia, ha recibido desde que comenzó a trabajar la mina de oro y plata Veladero un total de más de 151 millones de dólares que no han sido invertidos convenientemente en el departamento. Una revisión que habrá que hacer para determinar el destino de esos fondos