Gracias a una alianza entre el INTA y la Unión Europea trabajan para dar con un método económicamente rentable que permitirá mejorar suelos contaminados en la localidad de La Planta, Caucete. Científicos de cuatro naciones están utilizando plantas nativas para extraer metales pesados de la tierra. La última reunión anual convocó a los integrantes a San Juan, que es el único lugar de Argentina que está participando. Hasta ahora, han logrado que la vegetación extraiga los tóxicos y luego la utilizan para hacer biocombustibles para barcos y autos, además de como insumo de siderurgia.

El trabajo de los especialistas empezó en plena pandemia, a pesar de las dificultades que esto planteaba. Gonzalo Roqueiro, integrante del INTA San Juan que encabeza la investigación, contó que gracias a que venían trabajando en el lugar, eligieron la provincia para el estudio. En la actualidad ya han logrado buenos resultados en lo técnico, logrando mejorar una zona profundamente afectada por pasivos mineros de los años ’70, que se creía tierra perdida para cualquier producción.

Los investigadores consiguieron darle un uso al problema más grave de los suelos contaminados con metales pesados. Es que las plantas son capaces de absorber estos compuestos y alojarlos en sus hojas, tallos y frutos. De esta manera no se puede utilizar para consumo porque es peligroso. La investigación le da un giro a esta capacidad y aprovecha que los vegetales sacan del suelo los compuestos y luego le dan otros usos controlados. El proceso se denomina fitoremediación: utilizar la capacidad de “bombear” contaminantes para darles una utilidad social y económica.

Roqueiro contó que en la provincia eligieron trabajar en la localidad de La Planta debido a que es una de las zonas afectadas por pasivos ambientales de una antigua mina de oro, que dejó desechos en el siglo pasado. Al usar métodos tradicionales y debido a que no había controles, quedó toda una zona del terreno con altos valores de metales pesados, entre los que hay por ejemplo zinc.

Cuando fueron convocados para ser parte de la sociedad con la Unión Europea, los investigadores locales usaron datos que ya habían recolectado. Así decidieron hacer fitoremediación con plantas nativas, que se adaptan bien a la zona, pero también quínoa. El estudio se está haciendo en simultáneo en España, Lituania y Serbia, solo con vegetación típica. Pero en San Juan sumaron esta semilla, típica de las culturas andinas, porque “ya habíamos demostrado que tiene un gran potencial de bombeo”, contó. Además, crece más rápido.

Los investigadores lograron producir variedades vegetales muy cerca de la antigua planta de tratamiento de minerales de la comunidad caucetera, donde está lo que se conoce como la pluma de contaminación. Con dolomitas que les dio Calera San Juan neutralizaron la acidez y una alianza con el Estado les proveyó compost del PTA.

Lo producido viaja a Alemania ya seco, donde una firma las usa para producir biocombustibles. Al no estar destinadas a consumo, no hay riesgo en su uso. Tras esto, queda un residuo que sigue teniendo los metales pesados, pero estos son extraídos en otra empresa germana que los reutiliza en la siderurgia. Así, por ejemplo, el zinc que es venenoso en la tierra de La Planta, se puede convertir en acero galvanizado.

Todo este proceso, que todavía están ensayando, es lo que los investigadores conocen como economía circular. Ahora, contó Roqueiro, deben confirmar que se pueden hacer todos estos pasos de forma económicamente rentable. La última definición será el próximo año, cuando se cumplan los cinco años de estudio. Mientras tanto, los especialistas de todos los países involucrados ya conocieron la provincia, ya que la reunión anual fue en San Juan, lo que les permitió mostrar a Anchipurac, recorrer La Planta donde están los ensayos y algunos hitos ecológicos de la provincia.

Si obtienen buenos resultados, dijo el investigador, puede ser un paso clave. “Hoy es importante encontrar maneras de remediar el suelo in situ, para recuperar de cualquier impacto”, dijo. A la vez, decidieron abrir el juego en la última reunión y convocaron a un workshop para que todas las actividades del proyecto la puedan conocer más investigadores y empresarios locales