Aunque contribuyen a la identidad neuquina y son parte esencial de su motor productivo, las petroleras no habían logrado una simbiosis plena o contundente, con el resto de la sociedad, muchos de cuyos componentes las interpretaban y sentían como distantes. O, en todo caso, como un objetivo laboral, más que prometedor pero nada sencillo de alcanzar. No obstante, la realidad (y con ella la percepción) ha comenzado a cambiar a partir de las estrategias que puso en marcha la gestión que conduce Rolando Figueroa. La provincia se encuentra ahora ante una nueva etapa: la de la construcción coordinada entre los sectores público y privado.
Por Diariamenteneuquen
En los meses que lleva de gestión (poco menos de un año), el gobernador desplegó estrategias empapadas de algo que, si bien es conocido, no suele abundar demasiado: la lógica. Y, en base a ella, convenció a las compañías que operan en la cuenca neuquina de que deben tener un protagonismo importante en el desarrollo de la provincia y de la sociedad.
Lo llamativo o quizá no tanto, es que estas respondieron de inmediato, como si en todo este tiempo hubiesen estado esperando lo que hasta ahora -al parecer- no les habían pedido. De hecho, las promesas de prosperidad que nacieron hace décadas y que se fortalecieron con el ingreso de Vaca Muerta a la era de los no convencionales comienzan a materializarse de manera palpable recién ahora… Y van más allá de los ingresos (por producción) que siempre estuvieron, pero que no siempre se distribuyeron o invirtieron de manera equitativa y estratégica.
El primer hecho visible de la administración Figueroa fue el aporte de las compañías a las becas estudiantiles Gregorio Alvarez, con las que la gestión de gobierno sembró la igualdad de oportunidad a lo largo y ancho del territorio provincial, con la premisa de que nadie quede afuera del sistema educativo, desde el jardín de infantes a la universidad.
Luego vinieron los compromisos de las grandes petroleras con la preparación de estudiantes de escuelas técnicas, para su futura inserción en la actividad productiva. Después las capacitaciones a los ciudadanos, para que el trabajo sea para los neuquinos. Y, este viernes, irrumpió lo que bien puede llegar a considerarse la frutilla del postre, aunque seguramente habrá más: YPF anunció que financiará la pavimentación de Cortaderas. Se trata, básicamente, de un tramo de unos 100 kilómetros de la Ruta Provincial N 7, que literalmente les cambiará la vida a los habitantes de la región norte (hoy, Alto Neuquén).
Es un trabajo en equipo que también les conviene a las petroleras que, con mejores rutas, podrán acelerar el traslado de las producciones de esta formación que bate sus récords mes tras mes.
Quizás como nunca antes, la industria se muestra integrada a la sociedad de la que siempre formó parte. Ahora, las petroleras se sienten neuquinas. No fue casual, entonces, la emoción del presidente de YPF, Horacio Marín, cuando -este viernes- compartió el anuncio de la pavimentación, junto con el gobernador.
“No hay proyecto económico rentable sin sustentabilidad social y ambiental. Queremos que el progreso llegue a toda la provincia”, sostuvo el gobernador y reflexionó que se trata de “una reivindicación histórica para nuestra gente”. “Más de 100 años esperando la pavimentación de Ruta 7 hasta el Alto Neuquén”, reforzó.
Marín, en tanto, señaló que “uno de los pilares de YPF es la productividad y la eficiencia; y no hay eficiencia sin infraestructura, y estamos coincidiendo siempre con el gobierno provincial en que tenemos que desarrollarla en toda la provincia para poder vender nuestro gas y nuestro petróleo”.
Ahora la provincia tiene un rumbo bien definido que, si todo resulta como se espera, la llevará a una integración plena que, claro está, es indispensable para el desarrollo equilibrado del que se habla desde diciembre último. Es una oportunidad histórica, que se encuentra en plena construcción