El presidente del BID señala que la transformación económica de Argentina depende de este vínculo y de la creación de un ambiente propicio para los negocios.
El buen concepto que el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), IIan Goldfajn, tiene de la transformación económica que está llevando adelante el presidente Javier Milei, lo motivó a manifestar su convencimiento de que será la colaboración entre los sectores público y privado lo que permitirá a la Argentina superar las crisis económicas recurrentes que la golpean cada tanto.
Para Goldfajn la transformación económica de nuestro país depende de la interacción eficaz entre un sector público que ofrezca una regulación adecuada y un sector privado que esté dispuesto a innovar y crecer, creando así un futuro más estable y próspero para el país.
Es necesario un sector privado dinámico que pueda aprovechar las oportunidades de inversión, especialmente en áreas como agronegocios, infraestructura, energía y minería, incluyendo los tan promocionados proyectos vinculados al litio, que tantas expectativas están generando.
Junto a la desregulación que tiene que promover el estado, está la creación de un ambiente propicio para los negocios, que es lo que va a determinar un ciclo de crecimiento sostenible y duradero en el país.
El BID es una organización financiera internacional, destinada a apoyar a los Estados de la Región a alcanzar el desarrollo de una manera sostenible, a través de proyectos e instrumentos financieros y técnicos, priorizando la inclusión social y la igualdad, la productividad y la innovación, y la integración económica regional a lo largo de América Latina y el Caribe. Es la institución financiera de desarrollo regional más grande de este tipo y actualmente ocupa un lugar preponderante como una de las principales fuentes de financiamiento para el desarrollo.
En apoyo a los esfuerzos del gobierno argentino por restaurar el equilibrio fiscal, una de las metas propuestas por el presidente Milei, el organismo internacional ha anunciado una asistencia financiera que estará destinada a mejorar la eficiencia del gasto público, necesario para optimizar recursos y garantizar una mejor protección social para los sectores más vulnerables de la sociedad.
Goldfajn destacó el hecho de que en materia de gasto público se pasó en solo 7 meses de un déficit del 2,9% del PBI a un superávit del 1,5%, y que este logro es el que alentó al BID a trabajar en estrecha colaboración con el gobierno argentino para abordar las ineficiencias en transferencias y subsidios que representan hasta un 3,3% del PBI.
El apoyo del organismo consistirá en U$S 2.400 millones destinados al sector público y U$S 1.400 millones para iniciativas privadas durante los próximos dos años. Un gesto que, junto al recorte de tasas del FMI, contribuirá a generar mejores condiciones económicas y financieras para seguir avanzando en el proceso de transformación que ha delineado la actual gestión de gobierno, con posibilidades que de que la mejora comience a impactar en los sectores más necesitados de la población del país