Es decir que en estos últimos 19 años Iglesia ha dispuesto fondos para inversiones por un total de U$S 204.096.000 que debieron emplearse en lo que las leyes de regalías mineras y de FF establecían, y que evidentemente no se ha cumplido ya que el departamento carece de numerosas obras básicas reclamadas tanto por la comunidad como por actores de la economía local.

El Grupo Sarmiento y gran parte de la comunidad iglesiana se pregunta ahora dónde están los dineros de la minería ya que en la misma villa de Rodeo hay calles en mal estado; canales del sistema de riego deteriorados y otras carencias que en este contexto no deberían existir.

Más allá de los cuestionamientos que han surgido cada vez que hubo un cambio de gobierno municipal, no se avanzó en mejorar el sistema de fiscalización vinculado a la utilización de esos fondos y, en la actualidad se hace muy difícil conocer como se usaron a no ser de que se disponga una estricta auditoría que sirva para esclarecer la cantidad y destino de esos dineros.

Durante todos estos años se han difundido diversas obras realizadas con fondos de la minería, pero para muchos observadores los montos invertidos nunca estuvieron cerca de las cifras que este grupo especializado en temas mineros acaba de revelar conforme a datos debidamente chequeados y confirmados. Es más, el Grupo Sarmiento ha llegado a ejemplificar que Iglesia con 204 millones de dólares hubiese podido construir canales de hormigón para la red secundaria de riego, que transporten 700 litros por segundo, en una extensión de 1.700 kilómetros. Para graficarlo mejor sería como construir un canal que arranque en San Juan, llegue a Mar del Plata y se extienda hasta el balneario de Claromecó.

De todo esto surge la necesidad de mejorar los sistemas de control de la utilización de esos fondos provenientes de la minería, especialmente cuando nos aproximamos a que la provincia pueda contar con otros importantes proyectos mineros que comenzarán a exportar sus productos, liquidando sus regalías en favor de San Juan y del país