Llevaban años paralizados y aguardaban el visto bueno municipal. El conflicto latente sobre uno de los emprendimientos.
La última semana tuvo fuertes novedades en el mundo del desarrollismo urbano de la ciudad de Córdoba, con dos noticias sobre proyectos que llevaban años paralizados a la espera de acciones por parte de la Municipalidad.
La primera tiene que ver con la autorización municipal para que la desarrollista Proaco comience las obras de construcción de dos torres y de un edificio corporativo en una de las playas de estacionamiento del Córdoba Shopping, en barrio Villa Cabrera, en la zona noroeste de la Capital.
Se cierra así una historia que comenzó en 2018, cuando Irsa, la propietaria del centro comercial, presentó ante la Municipalidad de Córdoba un convenio urbanístico para erigir dos torres de viviendas de 14 pisos más planta baja (44,1 metros de altura y 18 mil metros cuadrados construidos), con área verde recreativa a su alrededor. Son 256 departamentos.
En la zona del frente, dentro del predio y en la superficie que corre entre Virgen de la Merced, Obispo Lazcano y Gato y Mancha, se ubicaría un edificio corporativo de seis plantas, para 74 oficinas.
En su momento, los funcionarios municipales del gobierno de Ramón Mestre elogiaron la iniciativa.
“Esta gran parcela hoy es una playa de estacionamiento subutilizada, sin vida, que no aporta al paisaje urbano ni irradia calor. El proyecto genera una renovación y agrega valor: permite sumar viviendas, más espacio público abierto, incorporar verde y reconciliar todo el perímetro con el resto del barrio, abrirlo”, enumeraba ante La Voz Pía Monguillot, quien era subdirectora de Planeamiento Urbano municipal.
A cambio de las exenciones normativas, Irsa debía construir dos dispensarios valuados en $ 16 millones, que, actualizados por inflación, hoy equivalen a $ 632 millones.
Del proyecto no se supo mucho más. Cambió la gestión municipal, llegó la pandemia y, en junio del año pasado, la desarrollista cordobesa Proaco relanzó el emprendimiento, esta vez bajo su órbita.
Lo que no había sucedido cuando se presentó, pasó cinco años después: la resistencia vecinal al emprendimiento. Situación que no se definió, ya que el centro vecinal de Parque Chacabuco anticipó en septiembre de 2023 que presentaría un amparo ambiental cuando lo considerara oportuno.
Por entonces, Proaco aún no tenía la autorización para iniciar los trabajos, ya que se debía saldar una duda: si necesitaba la licencia ambiental provincial, algo que hace unos meses el Ministerio de Ambiente de la Provincia resolvió que no.
Con ese trámite cumplido, la empresa tiene todas las autorizaciones necesarias para comenzar con la construcción. La duda es qué hará el centro vecinal, ya que uno de sus argumentos era justamente que Proaco debía contar con la licencia ambiental.
Un estadio para la salud
El otro proyecto que se destrabó es el cambio de uso del estadio Orfeo Superdomo, también en la zona noroeste de la ciudad de Córdoba. Este jueves, el oficialismo presentó una iniciativa para que por ordenanza se cree el “distrito de la salud Orfeo”, que permitirá que el espacio que albergó cientos de espectáculos artísticos y deportivos ahora sea un lugar destinado a la salud.
Es el fin a un conflicto entre la Municipalidad de Córdoba y el empresario Euclides Bugliotti –dueño del Grupo Dinosaurio, propietario del Orfeo– que tiene su correlato en la Justicia.
La historia es así: en la pandemia, Bugliotti presentó en el municipio un proyecto para demoler el Orfeo y construir torres de departamentos. El entonces intendente, Martín Llaryora, entendió que era una pérdida para la ciudad.
Por eso, sus concejales avanzaron en una ordenanza que declaró al estadio “de interés municipal”, lo que implicaba fuertes limitaciones a lo que quisiera hacer Bugliotti sobre el inmueble. Si quisiera modificarlo o demolerlo, debería contar con la autorización de la Dirección de Patrimonio Cultural y Turismo. A cambio, el dueño puede recibir exenciones impositivas, y que el propio municipio sea el encargado de mantener el estadio.
El empresario presentó una denuncia ante la Justicia, en la que también pedía un resarcimiento económico por el lucro cesante.
Con la llegada de Daniel Passerini a la intendencia, se tendieron nuevos puentes entre el municipio y el Grupo Dinosaurio, con el objetivo de destrabar la situación.
Así tomó forma la idea de que el Orfeo se pudiera transformar, pero que esos cambios tuvieran el carácter de “reversibles”.
La idea se transformó en proyecto, y fue adelantada por La Voz en mayo pasado. El Superdomo se convertirá en “Orfeo Plaza, Distrito de Salud”, destinado a consultorios médicos externos y oficinas.
El estudio de arquitectura ZAP Arquitectos fue el encargado de rediseñar el estadio y reconvertirlo, sin alterar su estructura original.
Con el ingreso de la iniciativa al Concejo Deliberante, sólo resta la aprobación para que se cierre el capítulo. Bugliotti no sólo conseguirá destrabar el destino del Orfeo, también tendrá exenciones impositivas por una década