El Gobierno viene explorando nuevas alternativas y no baja los brazos. Javier Milei entre la espada y la pared: ¿dar confianza a los inversores o recuperar la mística perdida? El Presidente quiere mostrarse «normal» compartiendo su avión con parte del Gabinete que lo acompañó a Nueva York, a donde llegó ayer por la noche. El martes por la tarde habla ante la ONU.
El proyecto se inició en el 2022, con Alberto Fernández en el Gobierno y Cristina Kirchner en el Senado. Hasta allá se trasladaron los directivos de la compañía en lo que fue presentado a la opinión pública como si fuera un hecho. Con la nueva gestión, el presidente de YPF lo primero que hizo fue retomar esa agenda que figuró en un Memorando de Entendimiento que Argentina firmó con Petronas y todo parecía encarrilado. Había una administración que fomentaba la inversión, YPF estaba conducida por un hombre que viene de Techint, de gran experiencia en escenario complejos (por ejemplo, estuvo al frente de Tecpetrol durante 20 años en Venezuela).
Petronas deja el megaproyecto de GNL en Punta Colorada, Río Negro
En efecto, Marín es un hombre que entiende el negocio, aunque tal vez no conozca tanto de política. Y ante un Gobierno que es inestable en términos políticos, con decisiones que se toman y luego se anulan, o lo que Bonelli define como «inestable», parece obvio que no está logrando los objetivos planteados.
Hace un mes, el titular de YPF estuvo por la India. Según él mismo declaró, allí se reunió con los CEO´s de siete empresas y con el ministro de Petróleo y Gas Natural. Ante la retirada de Petronas, que se presumía, parece claro que el viaje fue motorizado ante una información que ya se conocía y que en cualquier momento trascendería.
Lo que fue a buscar Marín es vender GNL en grandes proporciones, para esa fenomenal economía, que requerirá mayores provisiones de energía de largo plazo para consolidarse. La discusión pasaría, entonces, por los números, cuánto pueden aportar para financiar la construcción de la planta de licuefacción de GNL, el puerto, los sistemas para recibir el gas. «La mayor inversión en la historia argentina», dice Marín, consciente antes de tomar el cargo que YPF se encuentra en una situación financiera muy delicada en los tribunales de New York por la expropiación realizada por la administración de Cristina.
Es decir, no puede pedir crédito.
Lo que sí puede hacer es juntarle la cabeza a las compañías argentinas para aportar en la megainversión que haría Petronas, que en principio evaluó no concretar. Diseñar ese esquema financiero en medio del cepo tampoco ayuda, aunque por cierto se supone que esa medida de emergencia se levantará en forma paulatina desde fin de año y durante el 2025. Claro que no se trata de una decisión que pase por Marín.
En un marco complejo en términos económicos, desde la Rosada le piden al titular de YPF que acelere el proyecto. Petronas, en cambio, quieren tomarse las decisiones en calma y -todo indicaría- allí está la tensión más grande.
No pudo ser confirmado si los malayos levantaron la oficina en Buenos Aires. Si así fuera, no habrá ninguna posibilidad de retomarlo con esa empresa y tal vez lleve años concretar la iniciativa con otra gran empresa. Petronas, por otro lado, es la número uno en GNL.
Mientras tanto, el Presidente se tomó el sábado para trasladarse en un avión privado Gulfstream G550 donde, por primera vez en un viaje internacional, subió a Patricia Bullrich. Fue acompañado también por el ministro Luis Caputo y la canciller Diana Mondino, una normalidad (hacerse acompañar por ministros de su Gabinete y evitar viajar solo) a la que Milei nunca fue afecto.
Llegó pasadas las 21 y hoy domingo podrá descansar hasta las 20, cuando les dará una entrevista a dos periodistas del New York Times. En Buenos Aires, varios se quedaron rezando para que no ofenda al diario más grande y prestigioso del mundo.
Es muy probable que haya preguntas que ronden por su vínculo con Donald Trump. El viejo outsider sigue empatado en las encuestas con Kamala Harris, la candidata demócrata, pero el Gobierno argentino no quiere sobreactuar la relación con el republicano.
Se conoció, incluso, que hubo propuestas de argentinos que trabajan en la campaña de Trump para organizar una actividad que una a ambos, pero ni siquiera fueron oídas. Hay quienes creen que Milei cree que la elección la ganará Harris. Y tal vez por eso mandó a su vocero a decir que «no vamos a dar una preferencia sobre las elecciones de otro país». Hasta parece que nadie vio el debate Trump-Harris. Por lo menos, nadie quiso opinar ni siquiera off the record.
Hay otros que se ilusionan con que una nueva reunión con Elon Musk será para anunciar una inversión contante y sonante, a desplegarse en territorio argentino.
El momento clave se dará el martes a las 17, cuando hablará ante las Naciones Unidas en un discurso que se anticipa disruptivo en materia de cambio climático y políticas a favor de la igualdad del género.
Un gran viaje para un Presidente en dificultades, que lleva en la valija una semana cargada con los éxitos y fracasos de su exigente política económica, que tiene a más de la mitad del país en una compleja recesión que Milei se resiste a aceptar.
En Nueva York, lo que se quedaron esperan que el Gobierno retome la mística inicial, que parece inmune a los escenarios locales. ¿Logrará revertirlo en la ciudad de los rascacielos?