En el último año, se generalizó que los intendentes cobren una tasa vial en torno al 2% sobre el valor del precio de la nafta y el gasoil
Sofía Diamante LA NACION
Con el fin de recaudar más y sumar ingresos en un contexto en el que “no hay plata”, los intendentes se mantienen firmes en su política de aumentar tasas municipales. Además de la tradicional tasa de seguridad e higiene y otras más creativas como “contribución forestal”, por plantar un árbol e “impuesto al calco”, por exhibir en las vidrieras los medios de pagos, los municipios generalizaron la aplicación de la tasa vial, que se cobra sobre el precio de venta de combustibles en las estaciones de servicio.
Si bien es una tasa que comenzó a aplicarse a mediados de 2000, sobre todo en el corredor norte del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en el último año se generalizó a todos los municipios y como porcentaje del precio de venta, ya que antes era un monto fijo en pesos que quedó licuado con la inflación.
Se trata de una medida más que vienen aplicando los intendentes y que se suma a la queja que realizaron la semana pasada los supermercados y mayoristas por el aumento de la tasa de seguridad e higiene.
Los municipios de Quilmes, Lanús, Almirante Brown, Luján y Pilar son algunos de los que empezaron a aplicar la tasa vial este año, según un relevamiento que realizó la Federación de Empresarios Combustibles de la República Argentina (Fecra). En todos los casos es un porcentaje de 2% sobre el precio de venta, que encarece en $14 el litro de nafta y gasoil, aproximadamente.
Según el relevamiento, sin embargo, Pinamar es una de las localidades más caras para cargar combustible, ya que cobra una tasa de 3% sobre el valor del precio de un litro en el surtidor. Le siguen el municipio de Merlo, con una tasa de 2,5% sobre la nafta súper y 3% sobre la premium, y Moreno, con un 2,5% sobre cualquier tipo de combustible.
Luego, hay una lista de municipios que aumentaron la tasa este año, como el caso de Florencio Varela, que la subió de 1% a 2%, o el de Avellaneda, donde pasó de 0,6% al 2%.
Otros municipios que cobran la tasa de 2% son Ituzaingó, Lomas de Zamora, San Vicente y Berazategui. La ciudad de Mar del Plata, en tanto, cobra una tasa de 1,86%; Rosario, de 1,6%; La Matanza, de 1,5%, y los municipios de Tigre, Escobar y Las Heras, de 1%.
Entre los municipios que cobran un valor fijo están José C. Paz, que subió la tasa este año de $5,10 a $9,28; Castelli, con $4; Hurlingham, $1,44; Malvinas Argentinas, entre $0,75 y $1; San Fernando, con $3; Marcos Paz, con $20,96; y Junín, con $5,07 para nafta y $3,88 para gasoil.
En San Isidro, la tasa vial se llama “tasa por servicios de protección animal”. Es un monto fijo de $6 por litro de nafta o gasoil.
Las estaciones de servicio dicen que las tasas municipales son inconstitucionales, ya que se trata de una doble imposición porque el Estado ya grava la compra de nafta y gasoil con el impuesto a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono (ley 23.966), que son coparticipables. Sin embargo, la mayoría de los municipios aplica la tasa vial para recaudar de manera directa.
En el año, el valor de los combustibles en surtidor aumentó 145% en promedio a nivel país, pero subió 160% en la Ciudad de Buenos Aires (CABA). El objetivo de YPF, la petrolera líder del mercado que marca la política de precios, es equiparar los valores de las estaciones en territorio porteño con lo que cobran en la provincia de Buenos Aires.
Según explicaron fuentes del sector, durante el gobierno anterior se aplicaron subas menores en CABA para que impacte menos en la medición de inflación y porque los canales de televisión nacionales suelen mandar los móviles a las estaciones de servicio porteñas. En los municipios donde se cobra tasa vial, sin embargo, el costo de los combustibles seguirá siendo más caro.
El litro de nafta súper de YPF en CABA cuesta desde este mes $1059, mientras que la premium vale $1309. El gasoil súper vale $1084, mientras que el diésel premium, $1334.
Previo al balotaje del 19 de noviembre pasado, un litro de nafta súper de YPF costaba alrededor de $275 en CABA. Es decir, en este tiempo aumentó 285% debido a la devaluación y a la política del Gobierno de normalizar precios relativos.