MAR DEL PLATA.- Casi medio siglo pasó desde que en Punta Mogotes se quebró aquella imagen de playa agreste y casi virgen para que el cemento de los edificios y las lonas de las carpas se adueñaran del paisaje que se extiende al sur del puerto. Una combinación de espacios verdes, mar y arena que recién renacería algunas décadas después, con el surgimiento de los paradores que crecieron y se jerarquizaron a un par de kilómetros, en tierras privadas y más allá del faro.
La reciente y manifiesta decisión del municipio de General Pueyrredon de recuperar la administración de ese complejo de 24 balnearios que hoy está bajo la órbita provincial sacó a la luz los proyectos en danza para renovar el sector, adaptarse a los nuevos tiempos y atender las demandas de una clientela que empieza a buscar algo más que sombra, duchas y sanitarios.
La propia Administración de Punta Mogotes, el organismo que tiene una conformación mixta con una conducción de un funcionario bonaerense y una participación de un director municipal, es la que ahora dispone de su propio máster plan para pensar en la renovación de contratos que se deben encarar a corto plazo, antes que en 2026 venzan las actuales concesiones.
El lugar se quedó en el tiempo y ya nadie lo discute. Las últimas mejoras importantes se dieron a partir de 2001, con algunas obras que buscaron romper con la monotonía de la construcción original y sumarle algunos atractivos. En particular, las piscinas y otros servicios que convirtieron a esas unidades a un formato más próximo al de clubes de playa.
Los actuales responsables de esas unidades ya dieron a conocer su propio proyecto. Están convencidos de que tienen que dar un paso hacia el cambio y con una fuerte inversión propia. Saben que no solo deben apostar por rediseñar las construcciones donde prestan servicios, sino también revisar qué ofrecen a una clientela que ahora tiene hábitos y exigencias bien distintos a los de hace un par de décadas.
Unos y otros coinciden en un mismo objetivo: Punta Mogotes no puede ser nada más que balnearios ni solo verano. Por eso, impulsan una reconversión que le dé a este tramo de la costa marplatense una renovada propuesta que tenga vida todo el año y, además, se integre a un frente urbano que se encuentra a menos de 100 metros de las playas y busca desde allí algo más que una buena vista al mar.
El proyecto
Este máster plan es una iniciativa de la sede marplatense de la Universidad Atlántida, que para llevarlo adelante contó con el financiamiento del Consejo Federal de Inversiones (CFI). Con arquitectos, licenciados en administración y abogados de su cantera más el aporte de profesionales externos, se trabajó en la generación de esta propuesta que tiene algunas vetas innovadoras, con una fuerte impronta en el aprovechamiento del espacio público y, como novedad, el proyecto de un nuevo hotel vinculado de manera directa al complejo de balnearios.
LA NACIÓN accedió al conjunto de este proyecto, con sus conceptos e imágenes. Consultó a autoridades de la Administración de Punta Mogotes para que brinden sus opiniones. Sin embargo, explicaron que, por el momento, no harán declaraciones públicas sobre el tema.
“En la actualidad está pensado y construido exclusivamente para usos de verano y permanece desocupado e inactivo durante los nueve meses restantes”. Ese es el diagnóstico sobre el que partieron los profesionales, que reconocen un mínimo aprovechamiento en temporada baja, tanto en el sector duro como en las áreas parquizadas que acompañan el frente de lagunas.
Lo pretenden, entonces, como un complejo que “debe convertirse en un sector urbano integrado por funciones y espacios que lo relacionen al máximo con el entorno y desarrollarse como un nuevo Distrito de Punta Mogotes que le brinde servicios urbanos a la comunidad vecina y al resto de la ciudad”.
Así es que priorizan el espacio público con “un rol fundamental” y la posibilidad de uso durante los 12 meses, con acceso abierto para la gente, medidas de sostenibilidad y el diseño de espacios inclusivos y sin barreras. Incluidas, puntualizan, las bondades como patrimonios ambientales que representa ese frente de lagunas y la lindera Reserva Natural Puerto.
Dentro de ese corredor de más de tres kilómetros de extensión aspiran a cristalizar un modelo de usos de los espacios inclusivos y conectados.
Hay también una búsqueda de devolver ese verde que era parte de la postal de Punta Mogotes hasta fines de los 70, cuando se puso en marcha la construcción de un macizo de cemento que vinculaba en dos plantas los edificios de los 24 balnearios, unidos mediante escaleras y pasarelas en el primer piso. Quieren que refresque la imagen del paseo y esté en sintonía con un corredor que también quiere ser un lugar de disfrute al aire libre.
Vinculación
Como en el proyecto de los actuales concesionarios, en el de la administración hay una fuerte apuesta en las bajadas públicas que vinculan al frente urbano del barrio con las playas. Eso implica atravesar ese frente de lagunas, lo que requiere puentes y sendas peatonales. Apuntaron que la idea es la de un recorrido público que organiza distintos espacios de uso lúdicos, de descanso, gastronómicos y comerciales. “Que conecten la ciudad con el mar, fortaleciendo así la relación entre ambos espacios y fomentando la integración urbana”, explicaron los autores.
Los renders muestran circuitos de running y bicisendas y, vital por las dificultades que se han palpitado en los últimos tiempos, una vía rápida para ambulancias así como un helipuerto, que en la actualidad Punta Mogotes tiene junto a una unidad sanitaria.
En cuanto a la nueva estructura de los balnearios se anticipa una reducción de altura, que hoy es equivalente a una unidad de tres plantas debido a las cisternas de agua. Anuncian grandes ventanales para todos los espacios cubiertos y, otra vez, más verde. En este caso, desde los muros.
La oferta de servicios propone un hotel en el extremo sur, de escasa altura, pero de categoría y con el bonus de esa cercanía inmediata con la playa. Además una guardería náutica y, sobre el sector parquizado y sobre el frente de lagunas más próximo al casco urbano, un espacio gastronómico con anfiteatro.
Pensado como espacio recreativo, el circuito verde de Punta Mogotes, que se ubica entre Avenida de los Trabajadores y el propio complejo, contempla zona de juegos, oficinas administrativas, un sector destinado a food trucks, áreas deportivas para distintas disciplinas y hasta un skate park público.